Harry y Meghan cumplen uno de los sueños de Lady Di
El traslado de los Sussex a Los Ángeles supone un fuerte vínculo con uno de los deseos que nunca pudo realizar su madre
Harry y Meghan ya disfrutan de su nueva vida lejos de las ‘cadenas’ que supone pertenecer al clan Windsor y trabajar de forma activa para la estructura de “La Firma”. La pareja ha dejado Canadá y se ha instalado en Los Ángeles donde, fuentes cercanas a los Sussex, el pequeño Archie, ya está disfrutando de los primeros rayos de sol a pesar de la complicada situación actual.
El matrimonio se ha decantado por la exclusiva zona de Malibú para iniciar una nueva etapa en la que, pese a que no podrán evitar que suscite interés cada uno de sus pasos, sí que tendrán independencia para decidir cómo quieren vivir su vida y con qué iniciativas colaborar.
Aunque en principio se pensaba que los Sussex se habían decantado por Los Ángeles por ser la tierra natal de Meghan y porque además de ser ahí donde reside la madre de la exactriz y donde puede retomar con mayor facilidad su carrera cinematográfica, lo cierto es que hay un motivo más por el que han escogido esta zona. Es cierto que el Gobierno de Canadá aseguró que ya no iba a colaborar más en financiar los costes de seguridad de los Sussex, pero tampoco lo iba a hacer el Ejecutivo estadounidense, por lo que la elección de California nada tiene que ver con esto. Lo cierto es que hay una razón más que ha llevado a Meghan y a Harry a escoger Malibú y tiene que ver con la madre del Príncipe, Diana de Gales.
Si nos remontamos a hace casi veinte años, poco antes de la muerte de la Princesa, el que entonces era su pareja, Dodi Al Fayed adquirió una propiedad precisamente en Malibú, apenas a unos metros de la que ahora han elegido los Sussex. Paul Burrell, mayordomo de Diana confirmó que la ex de Carlos de Inglaterra había pensado en mudarse a Los Ángeles para escapar del acoso de la prensa. Una nueva vida que quería iniciar junto a Dodi Al Fayed y que quedó truncada en el accidente de París que le costó la vida a ambos. Si las cosas hubieran sido de otra manera, quizás ahora Meghan y Harry podrían ser vecinos de Diana en su nuevo hogar de Malibú, un sitio que la Princesa consideraba tranquilo y alejado de las presiones y ataduras de las que precisamente su hijo ha querido escapar.