Meghan y Enrique, ¿al borde del divorcio?: las claves de su presunta crisis
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De un tiempo a esta parte, los duques de Sussex están en el punto de mira. Más allá de la polémica por su relación con el resto de miembros de la familia Windsor, sus declaraciones incendiarias sobre la etapa en la que formaron parte de ‘La Firma’ o los desplantes de la pareja al Rey y su entorno, lo cierto es que Meghan Markle y el príncipe Enrique han acaparado titulares por su propia situación personal. Son muchos los medios que apuntan a que la pareja está atravesando una fuerte crisis, que podría acabar incluso en divorcio.
Unas especulaciones que ninguno de los miembros del matrimonio ha confirmado o desmentido pero que comenzaron a raíz de la falta de celebraciones oficiales por su quinto aniversario de boda. Poco antes, en un acto en Nueva York, a pesar de que ambos se habían mostrado cómplices y sonrientes, fueron muchos los que insinuaron que algo podría estar pasando entre ellos, ya que Meghan no lucía su sortija de compromiso. Un detalle llamativo al que puede darse más o menos importancia según lo que se quiera pensar de la pareja ya que, mientras algunos vieron en la ausencia de la sortija un síntoma de crisis, otros lo vieron simplemente como un retoque de la pieza, por el quinto aniversario. Sea como fuere, todavía no hemos podido salir de dudas a este respecto.
Sin embargo, no han sido estos los únicos indicios que apuntan a una crisis. La pareja no solo no celebró públicamente su aniversario, sino que tampoco lo han hecho con los cumpleaños de sus hijos, algo insólito en ellos. No obstante, esto puede responder a su deseo de salvaguardar aún más su privacidad, en medio de la guerra en los tribunales contra los medios, por parte especialmente del duque de Sussex. Más allá de esto, la realidad es que los varapalos profesionales de las últimas semanas no ayudan a crear un clima de tranquilidad en la pareja que, según algunas fuentes, continúa centrada en buscar nuevas fuentes de financiación para mantener su objetivo de ser independiente.
Pese a que se ha hablado de que el príncipe Enrique habría visitado a un abogado matrimonialista y se ha insinuado que Meghan Markle podría pedirle hasta 75 millones de euros en caso de divorcio, la realidad es que la pareja no se ha pronunciado sobre este tema. Tampoco sobre la presunta suscripción por parte del hijo menor de Carlos de Inglaterra a un exclusivo hotel a dos horas de su residencia, en el que se le garantiza la privacidad.
Según apunta el diario The Telegraph, la situación en la pareja no es la más idílica, sobre todo, porque el príncipe Enrique echa de menos su hogar y a su familia, aunque esté asentado en California. Una información que corrobora el periodista Tom Bower, autor del libro Revenge, sobre la salida de los duques de Sussex de la estructura de ‘La Firma’. Bower no se muestra tajante sobre la separación, pero sí considera que están pasando una crisis a raíz de los varapalos profesionales. Es más, en caso de divorcio, al príncipe Enrique probablemente se le daría la posibilidad de volver a ser un miembro activo de la Corona.
Lo que sí es cierto es que este mismo fin de semana, los paparazzi captaban a la pareja en Santa Barbara de la mano, en las inmediaciones de su casa. La Duquesa se mostraba sonriente, mientras que el príncipe Enrique estaba algo más cabizbajo. Si hay crisis entre ellos, parece que el matrimonio sabe muy bien cómo mantener las apariencias fuera de su hogar, aunque la realidad es que hasta que ellos mismos hablen no sabremos qué pasa tras las puertas de su mansión. Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.