La ‘bomba de humo’ de Carlos III ante el regreso más difícil del príncipe Enrique

Carlos III cumple un mes desde que fuera coronado en una solemne e histórica ceremonia en la Abadía de Westminster. Una jornada en la que se volcaron no solo los británicos, sino que todo el mundo puso la mirada en Londres. Era la primera coronación en los últimos 70 años y, como era de esperar, la expectación era máxima.

Tal como se esperaba, el nuevo monarca hizo algunos cambios con respecto a la coronación de su madre. Menos pompa en las vestimentas e invitados de todo el mundo, incluidos jefes de Estado y miembros de la realeza de diferentes países. Una muestra clara de la vocación internacional del nuevo soberano, sin dejar de poner la vista en la tradición, algo fundamental en este tipo de eventos.

A pesar de que los grandes protagonistas de la ceremonia fueron el Rey y su esposa, la reina Camila, los príncipes de Gales y sus hijos también acapararon parte de la atención. No obstante, el gran día de Carlos tuvo dos invitados incómodos: Andrés y Enrique, sobre todo este último.

El duque de Sussex llegó a Westminster, aguantó la ceremonia y se marchó inmediatamente para poder volver a tiempo para el cumpleaños de su hijo mayor, el príncipe Archie. No se le vio cruzar ni una sola palabra con su padre o con su hermano, prueba de que las relaciones con ellos están en un punto más que complicado.

Un regreso incómodo

Sin embargo, ahora, justo cuando se cumple un mes de la coronación, el príncipe Enrique regresa de nuevo a Londres. El duque de Sussex no tiene ya casa en el Reino Unido, después de que el monarca reclamara a la pareja que desalojara Frogmore Cottage, y tampoco cuenta con seguridad oficial. No obstante, Enrique vuelve por un motivo que para él pesa más que cualquier otra cosa: su guerra abierta contra los medios, a los que ha tenido en el punto de mira desde hace mucho tiempo, por lo que le ocurrió a su madre, los titulares que se han publicado sobre él y los continuos ataques a su mujer.

Tal como ha trascendido, este lunes comenzaban los interrogatorios a los testigos y las declaraciones el juicio contra el Mirror Group Newspapers (MGN), el editor de Daily Mirror, Sunday Mirror y Sunday People, por supuestas escuchas telefónicas y otros comportamientos ilegales entre 1991 y 2011. El proceso comenzó hace algunas semanas los abogados que representan al hijo menor de Carlos de Inglaterra  y otros tres demandantes intentaron demostrar que la recopilación de información ilegal se llevó a cabo con el conocimiento y la aprobación de los editores y ejecutivos principales del grupo.

El duque de Sussex ha regresado a la capital británica para declarar bajo juramento ante  el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales, ubicado en Fleet Street. El hijo menor de Carlos de Inglaterra no es el único royal que se ha sentado en el banquillo de los testigos (ya lo hizo Eduardo VII en dos ocasiones o la princesa Ana), pero sí el más reciente.  En principio, estaba previsto que Enrique se presentara este mismo lunes pero llegó a Londres el domingo por la noche tras el cumpleaños de su hija Lilibet Diana, algo que ha dejado un tanto sorprendido al juez, que ha encontrado ‘frustrante’ la ausencia del duque de Sussex.

El hermano del príncipe de Gales llega a los tribunales en un momento complicado, tras haber perdido el recurso contra el Ministerio del Interior sobre la seguridad oficial en estancias en Reino Unido y después de que en Estados Unidos se haya pedido que responda sobre las declaraciones que ha hecho sobre el consumo de drogas en el pasado, y que podrían afectar a su estatus en el país. Pero, más allá de esto, el regreso de Enrique vuelve a producirse en un momento en el que su padre, el Rey, está ausente.

Tal como han informado varios medios, el monarca lleva varios días en Transilvania, disfrutando, sin su esposa, de un descanso. Un viaje no oficial del que se han tenido algunos detalles no hace mucho y que, curiosamente, coincide con la vuelta del duque de Sussex. Una situación similar a la que se vivió en el mes de marzo, cuando Enrique volvió a Londres y Carlos también tenía previsto un desplazamiento internacional.

Por ahora no se sabe cuánto tiempo va a permanecer el duque de Sussex en la capital británica, pero lo que sí parece poco probable es que vaya a mantener algún tipo de reunión bien con su padre o con su hermano Guillermo, con el que, se comenta, la relación es muy tensa y que los Windsor no están dispuestos a tender la mano a Enrique en su guerra abierta contra los medios.

Es más, tal es la distancia entre el hijo menor del soberano y el núcleo central de la familia que, aunque ha trascendido que el monarca ha felicitado a su nieta Lilibet Diana por su cumpleaños e incluso le ha mandado un espectacular regalo, la nueva política del jefe del Estado determina que no haya felicitaciones institucionales a miembros no trabajadores de ‘La Firma’, lo que afecta a Enrique y toda su familia de manera directa.  Sin duda, una prueba más de las tensionadas y hasta a veces contradictorias relaciones que mantienen los Windsor con los Sussex.