CENA EN BUCKINGHAM

Trump se salta las normas: el error protocolario que ha dejado a cuadros a la reina Isabel

El Presidente se ha dejado llevar por la emoción y no ha podido evitar cometer un fallo ceremonial en su última cita con la Reina de la jornada.

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La reina Isabel ofrece una cena de gala con motivo de la visita de Trump / Gtres
  • Andrea Mori
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La visita de los Trump al Reino Unido no estaba dando mucho de qué hablar, al menos en lo referente a cuestiones protocolarias. Al margen de la metedura de pata del Presidente en torno a la ‘falta de simpatía’ de Meghan Markle que ha provocado que el príncipe Harry no se sienta muy cómodo en su presencia, lo cierto es que Trump se ha mostrado bastante cauto en su comportamiento con los Windsor. Hasta el momento de la cena de gala.

Ha sido en el Palacio de Buckingham donde el Presidente no ha podido reprimir su euforia y ha acabado cometiendo un garrafal error protocolario. Ha sido justo después de un brillante discurso en el que ha alabado la valentía de las tropas británicas en el desembarco de Normandía -cuyo aniversario se celebra el miércoles-, así como la importancia de los lazos entre los Estados Unidos y la Gran Bretaña.

Trump coloca la mano en la espalda de la Reina / Sky

El Presidente ha querido recordar una imagen de la Reina de 1945 en la que aparecía reparando un camisón militar y la descrito como una ‘gran, gran mujer’. Tras estas palabras, Trump se ha dejado llevar por la emoción del momento y ha puesto su mano en la espalda de la reina Isabel. La monarca, consciente del fallo de protocolo, se ha quedado impertérrita y no ha dicho nada. Al fin y al cabo, Trump le acababa de dedicar un discurso muy elocuente.

El mandatario también ha dedicado unas palabras a uno de los grandes ausentes de la noche, el duque de Edimburgo, de quien ha destacado su valor y sus años de servicio en la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial.

Los Trump posan con la Reina y el príncipe Carlos y Camilla / Gtres

Sin embargo, es de sobra conocido para cualquier persona que se desenvuelva en este tipo de ambientes, que no se puede tocar bajo ninguna circunstancia a la Reina. Pese a todo, Trump no es el primer norteamericano que se salta esta norma. La propia Michelle Obama relató no hace mucho cómo durante una visita a Londres se saltó las normas al colocar su brazo alrededor de la monarca. Un gesto que, para ella resulto algo natural y humano. Quizás a Trump le ha ocurrido algo similar, aunque está claro que dará qué hablar. | [LEER MÁS: La otra consecuencia de la retirada de don Juan Carlos].

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