El embrujo de los Parker Bowles: ¿qué otro Windsor cayó en sus garras?
El príncipe Carlos no fue el único que sucumbió a los encantos de un Parker Bowles y nunca imaginarías de quién se trataba.
No es ningún secreto que el príncipe Carlos cayó rendido a los encantos ocultos de Camilla Parker Bowles mucho antes de conocer a la que sería su esposa, Diana Spencer. A pesar de que el hijo de la reina Isabel siguió las ‘órdenes’ de la monarca y contrajo matrimonio con la joven Diana, nunca pudo sacar de su mente a Camilla, que para cuando él se casó, ya había hecho lo propio con Andrew Parker Bowles. Sin embargo, es muy difícil luchar contra los sentimientos y la historia entre ellos acabaría pasándole factura a la joven e inexperta Lady Di.
Lo que pocos saben es que otro miembro del clan Windsor también mantuvo un breve affaire con un Parker Bowles, y no con uno cualquiera, sino con quien más tarde sería precisamente marido de Camilla. Y es que el ahora exmarido de la duquesa de Cornualles gozó en un momento de una reputación un tanto peculiar, hasta el punto de que se llegó a decir de él que había sido el uno de los hombres con más amantes de su época.
Por extraño que pueda resultar, Parker Bowles también mantuvo un romance real y fue con la hermana de Carlos de Inglaterra, la princesa Ana. La misma mujer de la que su padre solía decir que «si no se tira pedos y come heno, no le interesa», haciendo referencia -con ironía británica- a la poca atención que la Princesa Real solía prestar a los hombres.
La relación entre Parker Bowles y la Princesa fue anterior a la de Carlos con Camilla, de hecho, parece que en algún momento de la historia, pudo haber una especie de triángulo amoroso entre Camilla, Ana y Andrew, hacia 1971, antes de que Carlos y su actual esposa se conocieran. De todas formas, las fechas no están muy claras, ya que todos ellos se movían en el mismo ambiente y coincidían constantemente. Al final, Camilla se casó con Andrew en 1973, mismo año en que Ana se comprometió con Mark Phillips, su primer marido. Carlos sería quien más tardaría en casarse, casi ocho años después, en 1981.
Pese a que el romance entre la Princesa y Parker Bowles fue un idilio fugaz, a día de hoy ambos siguen manteniendo una buena amistad ya que además comparten su pasión por el mundo ecuestre. ● | [LEER MÁS: El misterio del hematoma de la reina Isabel que tiene en vilo a los británicos]