Los duques de Sussex sacan su lado más divertido en los Juegos Invictus
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Pocas horas faltan para la ceremonia de inauguración de los Juegos Invictus y los duques de Sussex se lo están pasando bomba. En este segundo día en tierras holandesas, el príncipe Harry y Meghan Markle han disfrutado de la llamada The Land Rover Driving Challenge, una carrera de todoterrenos de la marca inglesa de automóviles, patrocinadora oficial del evento. Allí, los duques se han subido en la versión mini de los vehículos y, entre risas y mucha diversión, han protagonizado una de las imágenes más divertidas de la jornada.
El Príncipe ha acompañado a Scarlett Vroegop, la pequeña de cuatro años, hija de un competidor holandés de los Juegos Invictus, mientras que Meghan se ha subido al vehículo junto a Mya Poirot, otra pequeña hija de un competidor francés. El tan agradable encuentro ha tenido lugar en el estadio ZuiderPark de La Haya, donde los duques han saludado a los participantes con un apretón de manos y han mantenido una distendida conversación. Además, sus constantes gestos de cariño y complicidad, sumadas a las miradas de afecto, no han pasado desapercibidas para la prensa, que ha captado los momentos más románticos de la pareja.
Pero no han estado solos, pues el equipo de filmación de Netflix les ha acompañado en todo momento, para así conseguir grabar los momentos más inolvidables del encuentro y poder reflejarlos más tarde en el documental protagonizado por los duques de Sussex. Sin embargo, esta situación no ha sido bien acogida por los fanáticos más críticos, que ha acusado a la pareja de “sacar provecho” de los juegos al permitir que la conocida plataforma participe en reuniones privadas. Asimismo, otros temen que estén “explotando a la Reina”, argumentando que el viaje secreto para visitar a Isabel II y al príncipe Carlos en el Castillo de Windsor solo ha sido para complacer a los productores estadounidenses y “dar la vuelta a la tortilla”, tal y como ha comunicado Daily Mail.
Para la ocasión, Meghan ha cambiado su traje blanco de Valentino por un look mucho más casual. Acorde con la cita y propio de las buenas temperaturas, la duquesa ha escogido una chaqueta azul marino de tweed, en concreto la Chasseur de Celine, que ha combinado con unos jeans mom fit y unas bailarinas de Chanel. El toque moderno se lo ha dado con el bolso Ciur Triomphe de Celine, a juego con los botones dorados de la chaqueta. Por su parte, el príncipe Harry también ha sacado su lado más informal, vistiendo un polo de manga corta que patrocinaba los juegos y un vaquero recto.
Después de una inesperada parada en Londres para visitar a la reina Isabel II, los duques de Sussex ponían rumbo a los Países Bajos para participar en la nueva edición de los Juegos Invictus celebrados en La Haya, un evento deportivo creado por Harry en 2014 en homenaje a los militares veteranos o heridos en acto de servicio. Una vez aterrizados, entre vítores y aplausos, Meghan y Harry se dirigieron hasta la carpa allí levantada para reunirse con los invitados. Esta edición de los juegos han marcado el regreso del matrimonio a Europa tras su salida de la Corona, al renunciar como miembros de la realeza, protagonizando así uno de los mayores escándalos de la Familia Real británica.