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La muerte de la Reina Isabel a principios del pasado mes de septiembre ha supuesto una nueva era para la monarquía británica. Un cambio generacional que ha colocado a su hijo mayor, Carlos, en el trono después de más de medio siglo a la sombra de la soberana. A pesar de que todos los ojos están puestos en el nuevo jefe del Estado y en su heredero inmediato, el ya príncipe de Gales y su familia, lo cierto es que el legado de la Reina Isabel sigue muy presente. Es más, aunque el monarca tiene la intención de hacer modificaciones sustanciales en la institución, también es su deseo seguir la estela de su madre, siempre que esto sea posible y no interfiera en su proyecto para ‘La Firma’, muy similar, por cierto, al de su antepasado, el Rey Jorge V -salvando las distancias-.
Para el Rey Carlos hay una cuestión que es de vital importancia y esta es reducir el número de miembros que pertenecen, de manera oficial a la Corona. Un detalle que hace referencia no a las personas que forman parte de la familia del Rey, sino de forma efectiva a ‘La Firma’, esto es, que, que ‘cobran’ por ejercer una labor de representación. Hasta la fecha, incluía un número mayor de miembros, pero la intención del monarca es que se limite al Rey, la Reina y la familia del Príncipe de Gales -cuando sus hijos crezcan-. A día de hoy, cuenta con el apoyo de la Princesa Real y los condes de Wessex, pero cada vez menos los primos de Isabel II, como es el caso de los duques de Gloucester, el duque de Kent o los príncipes de Kent, que hasta hace no mucho también llevaban a cabo funciones de apoyo. A este grupo habría que sumar al duque de York, al que se apartó a raíz de su implicación con el escándalo del Caso Epstein.
El príncipe Andrés lleva ya varios años desvinculado -y no en realidad por su propio deseo- de la vida institucional, desde el momento en el que su nombre se relacionó con la polémica y optó por conceder una entrevista cuyo resultado fue catastrófico. A pesar de que finalmente ha llegado a un acuerdo con la demandante, Virginia Giuffre, su inocencia nunca ha quedado demostrada, dado que no ha ido a juicio, y esto ha pasado factura a la imagen del Príncipe. Es más, pese a que su madre siempre ha estado a su lado e incluso se ha dejado ver con él en actos privados con trascendencia pública -como es el caso del servicio religioso en memoria del duque de Edimburgo-, nunca le permitió volver a la vida institucional. Tampoco le concedió uno de sus mayores deseos: Hacer a sus hijas partícipes de ‘La Firma’, darles un papel oficial, a pesar de que sí que llevan título de princesas.
Esto es algo que el duque de York lleva tiempo reclamando, pero que nunca ha conseguido. Mucho menos ahora, que el deseo de Carlos es que la estructura se reduzca. Se rumorea que precisamente el antaño príncipe de Gales ha sido una de las personas que más se ha opuesto a que las hijas de su hermano tengan un papel oficial, como tampoco lo tienen los hijos de la princesa Ana o los de los condes de Wessex que, por cierto, tampoco ostentan títulos de príncipes por deseo expreso de sus padres, a pesar de que a todos ellos les correspondería como nietos de monarca.
Una vez que el duque de York cerró sus cuentas con la Justicia, le pidió a su madre volver, de alguna manera, a formar parte de ‘La Firma’. Una petición que quedó sobre la mesa y que la muerte de la Reina Isabel ha dejado en el aire. Sin embargo, no es algo que el Rey Carlos tenga la intención de retomar. Mientras que el monarca se ha convertido en el heredero legítimo de la soberana, Andrés, su hijo predilecto y también su ‘quebradero de cabeza’, es su heredero a nivel más íntimo. Es él el que se ha hecho cargo de sus dos corgis, Muick y Sandy, que la acompañaron en sus últimos días y con los que Sarah Ferguson posó sonriente en su último cumpleaños, en una clara muestra de la integración de la ex mujer del Príncipe en la familia.
Sin embargo, en el entorno cercano del duque de York, en las últimas semanas ha aumentado la preocupación por su situación. Se le ha visto en los terrenos de Windsor al volante de un coche y también montando a caballo, en actitud aparentemente tranquila aunque, fuentes cercanas a la Familia Real apuntan a que el hermano del Rey Carlos -que, por cierto, está preocupado por él a nivel personal-, pasa gran parte del día sentado en su residencia delante de la televisión. Era él quien más tiempo pasaba con la Reina y su muerte le ha generado un gran sentimiento de tristeza.
A esto hay que añadir que ha trascendido que Andrés mantuvo una tensa reunión poco antes de la muerte de la Reina con su hermano mayor, de la que salió totalmente devastado. Un encuentro en Birkhall en el que Carlos le dejó claro al duque de York que su situación es irreversible y que no tiene la intención de contar con él, aunque parece que, como hermano, sí que le ha instado a que intente mantener una vida tranquila y sin sobresaltos. Según apuntan varias fuentes, incluso sus hijas han trasladado su preocupación al Rey que, sin embargo, no va a dar su brazo a torcer en este aspecto. Al igual que su madre, para él, el trono está por delante de la familia.
A pesar de todo, parece que el duque de York no está dispuesto a darse por vencido y quiere que el nuevo Rey pueda contar con él. “Todo lo que quiere es hacer las cosas lo más tranquilas posible, a diferencia de los últimos días. Le gustaría asumir el papel del hermano solidario, mientras permanece en segundo plano”, ha dicho al diario The Telegraph una fuente cercana al duque de York. No obstante, por ahora no hay confirmación oficial de los planes del Rey para su hermano, con quien la relación ha sido muy tensa en los últimos años.