Cristina e Iñaki, el ‘cuento de hadas’ con final dramático que intentó frustrar Juan Carlos I
A punto de confirmarse el divorcio de la pareja, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin habrían cumplido este 4 de octubre, 26 años de casados.
Don Juan Carlos no veía con buenos ojos a Iñaki Urdangarin
Cuando la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin contrajeron matrimonio en la catedral de Barcelona el 4 de octubre de 1997 nadie esperaba que poco más de dos décadas después, la pareja acabaría sentada en el banquillo de los acusados y que, a pesar de mantenerse unida en uno de los momentos más complicados de su vida, terminaría poniendo fin a su relación, como así ha sido.
Después de superar todo lo que el escándalo del Caso Nóos implicó para la familia Urdangarin, fue toda una sorpresa ver en la portada de una revista las imágenes del ex deportista de la mano de una mujer que no era doña Cristina. A partir de ese momento y, aunque todavía no ha habido confirmación oficial del divorcio del matrimonio, cada uno de los miembros de la pareja se ha mantenido por su lado, solo unidos por sus cuatro hijos, por los que han continuado teniendo una relación cordial.
Sin embargo, a pesar de que la situación no tiene ya nada que ver con la del pasado, en la memoria de la infanta Cristina, el 4 de octubre está grabado a fuego. Es más, a falta de información oficial sobre el divorcio, lo cierto es que la hermana de Felipe VI todavía lleva puesta su alianza, tal como se pudo ver hace unos días en la boda del hijo de Borja Prado en Cádiz.
La boda de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin fue uno de los acontecimientos más importantes de finales de los años noventa, con más de 300 royals como invitados y miles de personas que se concentraron en las calles para ver a la radiante novia vestida de Lorenzo Caprile y al apuesto deportista convertirse en marido y mujer.
Aunque la infanta Cristina estaba radiante de felicidad y, según cuentan, fue ella la que desde el primer momento quiso empezar una relación con el deportista, había una persona que no estaba tan conforme con el novio, al menos, de primeras. Era don Juan Carlos que, a pesar de que con el paso de los años acabó no solo aceptando a Urdangarin, sino prefiriéndole por encima de Jaime de Marichalar, al principio no tenía la misma percepción de Iñaki.
Quizás lo que no le gustaba al padre de la novia es que, cuando Cristina empezó a salir con el deportista, este tenía cierta fama de conquistador y mujeriego. Prueba de ello era la relación que mantenía con Carmen Camí, con la que, según se comentó en su momento, incluso tenía planes de boda, que quedaron aparcados cuando la hermana de Felipe VI se cruzó en su camino.
Antes de que se confirmara el compromiso y, consciente de que su hija quería seguir adelante con su relación con el jugador de balonmano, Juan Carlos I intentó llevar a cabo una campaña para acabar con la relación, porque no le gustaba la idea de que la infanta Cristina se casara con Urdangarin. Sin embargo, la infanta no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer y, según cuentan, incluso llegó a decirle a su padre que si no permitía la boda se iría a vivir con Urdangarin, con lo que eso hubiera implicado en aquel momento.
Según contó la periodista Consuelo Font en unas declaraciones a La Sexta, don Juan Carlos orquestó una campaña para que, con la ayuda de algunos periodistas, consiguiera desprestigiar la imagen de Urdangarin. Una estrategia a la que, tal como reveló la experta, también recurrió en otras ocasiones, como cuando Felipe VI mantenía una relación con Eva Sannum. Sin embargo, en el caso de doña Cristina no le salió bien, sobre todo, porque la infanta Pilar confirmó el compromiso de la pareja antes de que fuera oficial, en El Rastrillo, y se desató la tormenta perfecta. Ya era imposible que la relación no saliera adelante.