Cómo comer como una reina: el menú que mantiene en forma a Isabel II
Uno de los chefs que estuvo al servicio de la monarca reveló los secretos de los platos favoritos de Isabel II
Llegar a los 95 años en el excelente estado de salud del que puede presumir la reina Isabel tiene mucho que ver con la genética, de eso no hay duda, pero también hay otras cuestiones que influyen en que la monarca pueda presumir de una salud de hierro de la que apenas se conocen achaques. A pesar de que se acerca ya a los 100 años, la soberana sigue plenamente activa y ha sabido adaptarse a las nuevas circunstancias generadas por la pandemia. Ni siquiera la reciente muerte de su marido, el duque de Edimburgo, ha hecho que baje el ritmo, sino que sigue cumpliendo con todos sus compromisos sin dilación.
Una de las cuestiones que más influye en que la reina Isabel esté en buena forma es precisamente la alimentación, a lo que se suma la práctica regular de ejercicio físico. La monarca continúa dando largos paseos a caballo por los terrenos del Castillo de Windsor, donde ha establecido su residencia desde hace un tiempo, aunque también suele pasear a pie en compañía de sus personas de confianza y de sus perros, que se han convertido en su mayor alegría en estos duros momentos . Por desgracia, hace apenas unos días, tuvo que lamentar la muerte de uno de ellos, Fergus.
Hace algún tiempo, el que fuera chef privado de la reina Isabel, Darren McGrady, desveló algunos de los platos favoritos de la monarca. A diferencia de lo que en un principio se pudiera pensar y en contraposición con su hijo mayor, el príncipe de Gales, la monarca es bastante frugal en lo que respecta a cuestiones gastronómicas. La Reina come porque es una necesidad, pero no es algo a lo que le dedique más tiempo del necesario. El chef aseguraba que mandaban unas propuestas con los menús y era ella quien decidía sobre ellos, con algunas restricciones. Por ejemplo, el ajo es un ingrediente que está absolutamente prohibido, ya que a la Reina le molesta tanto su olor como su sabor.
Por la mañana, a la Reina le gustan los huevos revueltos con salmón y ralladura de trufa, pero, consciente de que no es algo a lo que se tenga acceso con normalidad -salvo a veces que se las envían como regalo-, ella prefiere unos cereales sencillos. Curiosamente, se los sirve directamente del tupper, ya que le gusta que estén frescos.
A la hora de la comida prefiere platos sencillos, como pollo a la parrilla con ensalada o un pescado con verduras, especialmente lenguado de Dover con espinacas o calabacines. También disfruta mucho de los sándwiches de atún. Los domingos sí que suele disfrutar de un buen asado, bien hecho, ya que no le gusta mucho la carne poco hecha.
La Reina no perdona el té a media tarde, y lo disfruta con una serie de canapés de todo tipo, desde los clásicos sándwiches de pepino hasta los pastelitos tipo scone.
Por la noche, si está en Sandringham o Balmoral, la cena incluye aves de caza, comida de la finca. Y el postre tiene que tener chocolate: “le fascina. Es su favorito y tiene que ser chocolate amargo. Cuanto más oscuro, mejor «, aseguró el chef.