De príncipe a paria: las claves de la caída en desgracia de Andrés y la difícil tesitura de Carlos III
El Palacio de Buckingham ha anunciado que Andrés va a perder todos sus títulos
La decisión llega poco después de que él mismo confirmara que iba a dejar de usarlos en público
En la antigua Roma -y también en otras sociedades previas y posteriores- la damnatio memoriae era una práctica bastante recurrente. Un mecanismo cuyo objetivo era eliminar cualquier recuerdo y referencia a una persona que había sido declarada enemiga de la sociedad o del Estado por la gravedad de sus actos. Para ello se retiraban imágenes, monumentos y cualquier mención en documentos o inscripciones públicas. De esta manera su nombre desaparecía de la vida pública y el recuerdo solamente quedaba para su círculo más íntimo. Las últimas decisiones que se han tomado sobre el hermano del rey Carlos III, Andrés, llevan de manera inequívoca a esta consecuencia, si no fuera porque la hemeroteca recogerá todos los detalles de su caída en desgracia.
Andrés ha pasado de ser el hijo favorito de la Reina Isabel II y su protegido a la oveja negra de la familia real. Tales han sido los quebraderos de cabeza que ha dado a los Windsor desde que salió a la luz el escándalo del caso Epstein que se han tenido que ir dando pasos para alejarlo de la vida pública. Un proceso que comenzó en 2019 tras su fatídica entrevista en televisión y en el que, hasta ahora, había llevado más o menos la voz cantante, con comunicados de renuncias paulatinas en los que era él quien tomaba la palabra -obviamente presionado por su entorno y por la institución-. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado de manera radical.

El hasta ahora príncipe Andrés en un acto oficial. (Foto: Gtres)
Crónica de una condena anunciada
El pasado 17 de octubre el Palacio de Buckingham emitió un comunicado en el que el hermano del rey anunciaba que iba a dejar de utilizar sus títulos -no implicaba perderlos, ni que se los retiraran-, pero en el que recalcaba que mantenía su inocencia frente a las acusaciones de abuso sexual. No se hacía referencia a la salida del Royal Lodge, pero por primera vez se incluía a Sarah Ferguson en el lote. La madre de las princesas Beatriz y Eugenia ha estado en el punto de mira en las últimas semanas por su vinculación con Epstein y los nuevos intercambios de mensajes con el magnate que la han puesto en una situación muy delicada.




Sarah Ferguson en un acto con Andrés. (Foto: Gtres)
A pesar de que en un principio desde Buckingham se pensó que este paso sería suficiente para calmar los ánimos, finalmente no ha sido así. Carlos III se vio increpado por algunos ciudadanos en un acto oficial en el que le acusaron de ser conocedor de las supuestas tropelías de su hermano y no hacer nada. Pocos días después en el Parlamento se presentó una moción para despojar a Andrés de su ducado, una medida muy poco habitual en la Cámara de los Comunes. La crispación popular había llegado a límites máximos, sobre todo, después de que se supiera que el hermano del rey llevaba dos décadas sin pagar el alquiler de su residencia, a la que, supuestamente, tenía derecho hasta el 2078.
El golpe final llegó en forma de comunicado por parte del Palacio de Buckingham este mismo jueves por la tarde. El rey Carlos III anunció que había iniciado un proceso formal para retirar el tratamiento, títulos y honores al príncipe Andrés. A partir de ahora, el padre de las princesas Beatriz y Eugenia -que no se van a ver afectadas por la situación de su padre- será conocido como Andrés Mountbatten Windsor. Además, tendrá que abandonar el Royal Lodge y trasladarse a una residencia privada alternativa.




Andrés en Windsor en un acto oficial. (Foto: Gtres)
En el comunicado, Carlos deja claro que estas medidas se consideran necesarias a pesar de que Andrés sigue negando tajantemente las acusaciones en su contra y recalca la solidaridad y apoyo a las víctimas en todo momento, tanto por su parte como por la de Camila.
La prerrogativa del rey
Fuentes del Palacio de Buckingham han explicado que, a diferencia de lo que anunció Andrés en su comunicado anterior, en este caso se trata de un proceso formal de baja, que garantizará que los títulos no puedan utilizarse oficialmente. De hecho, el rey ya ha enviado las órdenes al Lord Canciller, David Lammy, para asegurar la eliminación del ducado de York del Registro de Nobles, así como del título de príncipe y el tratamiento de alteza real.
Este movimiento marca un antes y un después en la Corona, un golpe devastador para Andrés, que siempre ha estado muy orgulloso de sus títulos y que, probablemente, no pensó que se podría llegar a esto. Sin embargo, no hay vuelta atrás.




El rey Carlos III en un acto en Londres. (Foto: Gtres)
Carlos ha optado por esta fórmula en lugar de recurrir al Parlamento que, de por sí, no puede ni criticar en los debates a la realeza ni tampoco tiene muchas opciones para revocar formalmente un título. Haría falta una nueva ley y, a pesar de la moción presentada por algunos diputados, hasta ahora el Gobierno no tenía intención de impulsarla salgo que lo solicitara el rey. Sin embargo, desde Buckingham han confirmado que no han a recurrir a esta opción porque prefieren que el Parlamento siga centrado en los asuntos nacionales urgentes. El monarca ha hecho todo lo que esté en su mano, dentro de su ámbito de acción y ha estado en contacto en todo momento con las autoridades pertinentes, que le apoyan en su decisión.
El futuro inmediato de Andrés
Otro de los puntos importantes del comunicado hace referencia a la salida de Andrés del Royal Lodge. El hermano del rey ha estado viviendo en esta casa desde la muerte de la reina madre y aunque se hizo cargo de los costes iniciales de las reformas, se ha sabido que lleva dos décadas pagando un alquiler simbólico -de un grano de pimienta al año, en realidad-. Un detalle que ha generado un gran descontento en el Reino Unido.




El rey Carlos III y los príncipes de Gales. (Foto: Gtres)
Hasta ahora, el tío del príncipe de Gales se había aferrado al supuesto contrato inquebrantable con el Crown Estate, que le permitía usar la casa hasta en 2078. Es más, aunque de momento no se ha dicho nada sobre esto, Andrés podría reclamar legalmente una indemnización de casi 600.000 euros por la resolución anticipada del alquiler. Fuentes oficiales han confirmado que se han llevado a cabo negociaciones a este respecto, sin dar más detalles.
En los últimos días, antes de que se conociera la decisión del rey Carlos, algunos medios apuntaron que Andrés ya estaba negociando la posibilidad de instalarse en la antigua casa de Harry y Meghan y había pedido la de los Gales para su ex mujer. Nada más lejos de la realidad. El hermano del rey ya no podrá estar en Windsor y se ha hablado de la finca de Sandringham como posible destino. Sarah Ferguson tendrá que buscar sus propias opciones, ya que la pareja está divorciada.
La difícil situación del rey Carlos
A pesar de que el monarca ha actuado con contundencia y firmeza para evitar cualquier tipo de daño mayor a la Corona, para Carlos la situación es muy complicada. Andrés sigue negando categóricamente las acusaciones en su contra y en el plano personal no le va a dejar de lado. Una cosa es lo institucional y otra lo familiar.
Andrés ya no tiene medios propios con los que pueda costear cualquier tipo de vida, por lo que será el rey Carlos III el que, de su bolsillo, se encargue de que su hermano esté bien. No les veremos juntos en actos oficiales, pero para el monarca es impensable abandonar a su hermano a su suerte, aunque tenga que marcar una frontera inquebrantable entre la Corona y la familia. Una realidad con la que, según algunas fuentes, están de acuerdo otros miembros de los Windsor, que no le van a dar la espalda a Andrés en sus horas más bajas, aunque su nombre quede completamente borrado de la vida institucional.