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Carlos de Inglaterra cumple 73 años, pero este aniversario será muy diferente a los anteriores. Es la primera vez que el príncipe de Gales se enfrenta a esta simbólica fecha sin su padre, el duque de Edimburgo, fallecido el pasado mes de abril poco antes de alcanzar los 100 años. Pero no solo eso. A pesar de que siempre se ha dicho que la reina Isabel no tiene intención alguna de abdicar la Corona en su hijo mayor, que se ha convertido en una suerte de eterno aspirante al trono, que parece que nunca llega a ocupar.
Sin embargo, a sus 95 años, la salud de la reina Isabel no pasa por su mejor momento, lo que ha hecho a muchos pensar en el relevo. Un relevo que tendría importantes consecuencias para ‘La Firma’ y que, si bien no va a llegar de manera inmediata de iure, sí que parece probable que, de facto, vaya perfilándose.
Hace algunas semanas, coincidiendo con la vuelta a la actividad presencial por parte de la monarca tras las vacaciones de verano en Balmoral, la imagen de la soberana con un bastón en la mano hizo saltar todas las alarmas. Sin respuesta por parte de Buckingham, poco después la Casa Real anunciaba que Isabel II suspendía su actividad oficial presencial por prescripción médica durante al menos dos semanas, y además se revelaba que, a partir de este momento, estaría acompañada por otro miembro senior de la familia en cada uno de sus compromisos. En realidad, parece que no hay motivo de preocupación en torno a la Reina, más allá de su avanzada edad y de que fue precisamente a los 95 cuando su marido decidió abandonar la primera línea para disfrutar de una merecida jubilación, algo que no está en los planes inmediatos de la monarca. De hecho, toda preocupación sobre su salud quedó disipada con la publicación de unas imágenes de la Reina al volante de su coche en los terrenos de Windsor y cuando saltó a los medios la noticia de que los médicos habían autorizado que viajase a Sandringham para comenzar los preparativos de cara a la Navidad.
A la espera de que desde palacio se pronuncien, varias fuentes apuntan a que la ‘baja’ de la soberana podría terminar este domingo, cuando asista al servicio religioso con motivo del Día del Recuerdo. Una cita que, en este caso, coincidiría además con el cumpleaños del príncipe Carlos.
Por ahora no se sabe si el heredero tiene prevista algún tipo de celebración en este aniversario que será, en todo caso, de índole privada, ya que no se trata tampoco de una fecha redonda. Lo que sí está claro es que como heredero al trono tiene por delante importantes retos a los que hacer frente.
En un país que lleva casi siete décadas con la misma reina, el relevo generacional no resulta ni mucho menos fácil. Más aún, cuando el currículo de Carlos tampoco es que haya sido especialmente brillante. A pesar de que en los últimos años su imagen ha mejorado, el recuerdo de Diana de Gales sigue estando presente, algo que además, de vez en cuando salpica a Camilla Parker quién, a tenor de las circunstancias, ha hecho una labor más que impecable. No obstante, son muchos quienes ven a los duques de Cambridge como herederos naturales de la monarca, capaces de dar un aire nuevo a una monarquía relativamente anquilosada y conectar con cierta facilidad con las nuevas generaciones.
Pese a todo, el príncipe de Gales lleva tiempo haciendo un gran esfuerzo para que los británicos le encuentren merecedor del papel que por derecho debería ocupar. Ha sido absolutamente tajante con cualquier escándalo, especialmente con lo relacionado con el príncipe Andrés. Más aún, su firme deseo es una monarquía reducida a la mínima expresión, para evitar despilfarros y gastos innecesarios. Además, se ha erigido, junto con Guillermo, en abanderado de la lucha contra el cambio climático y de la defensa de la sostenibilidad y el medio ambiente. Una actitud más que necesaria para los nuevos tiempos.
A pocos meses de que la Reina celebre su Jubileo de Platino, el gran anhelo del príncipe Carlos de Inglaterra es que la soberana sepa dar un paso atrás. Una maniobra más que improbable, por el férreo compromiso de la monarca con su papel. Un regalo de cumpleaños que parece no tendrá hasta que Isabel II exhale su último aliento, con todo el dolor que ello significaría. Habrá que seguir esperando.