Los problemas de los Windsor crecen

Carlos III se harta de su hermano el príncipe Andrés y le retira la asignación real

Carlos III se harta de su hermano el príncipe Andrés y le retira la asignación real
Carlos III y su hermano el príncipe Andrés.
Gema Lendoiro

Andrés de Inglaterra será a partir de ahora un poco más pobre de lo que lo era hace unos días. El rey Carlos III ha decidido retirarle su asignación anual que es, ni más ni menos, de 1 millón de libras (1,2 millones de euros). Robert Hardman, biógrafo real desde hace más de tres décadas, saca a la venta el jueves 7 de noviembre el esperado libro, Carlos III: Nuevo Rey. Nueva Corte. La historia desde dentro (Charles III: New King, New Court, The Inside Story). El libro, que ha sido publicado parcialmente en entregas por el Daily Mail, detalla, entre otras novedades, que Carlos II ha dado orden a su encargado de gastos de cortarle el grifo a su hermano, el duque de York. Una pésima noticia para el que fuera el hijo favorito de la fallecida Isabel II y que, desde que se vio envuelto en el escándalo del pedófilo Epstein, no levanta cabeza.

Esta decisión del monarca Carlos III estaría motivada en gran parte, no ya solo por los escándalos que ha dado a la familia, sino también a la pertinaz idea del príncipe Andrés de no abandonar su residencia oficial, Royal Lodge, algo que su hermano el rey le ha pedido desde hace meses y a lo que el duque de York parece hacer caso omiso. Dicha residencia la comparte desde hace más de dos décadas años con su ex mujer, Sarah Ferguson y en ella vivieron buena parte de sus vidas, las princesas Beatriz y Eugenia.

No es un empeño baladí el de Carlos III en pretender que su hermano desaloje la real estancia. Royal Lodge está situada en Windsor Great Park, en un parque de casi 2.000 hectáreas al sur de la ciudad de Windsor y está valorada en 35 millones de euros, dispone de treinta habitaciones, es decir, es una auténtica mansión con gastos muy elevados. Gastos que corren a cargo de la corona, no del príncipe Andrés.

Es propiedad de la corona británica y el duque de York y Sarah Ferguson firmaron un acuerdo de alquiler por 75 años, es decir, les quedarían otros 57 que el rey Carlos III no está dispuesto a cumplir. Por dicho acuerdo pagaron un millón de libras además de haberse comprometido a pagar de su bolsillo 7,5 millones de libras para las reformas. Una cifra a la que no ha podido hacer frente. Carlos II está ejerciendo ahora como el «casero» que quiere echar al «inquilino» por, digamos, no haber cumplido las condiciones del contrato, es decir, una pésima actitud y nada ejemplar.

Los «problemas de conciliación» de Isabel II como madre de un «mimado» príncipe Andrés

La Reina Isabel II con su marido y sus cuatro hijos. (Foto: Gtres).

Puede parecer una boutade pero las reinas también tienen dificultades para conciliar en lo que a tiempo dedicado a los hijos se refiere. Tiempo y, además, de calidad. Lógicamente tienen todo tipo de comodidades como nannies y personal de servicio que se encargará de que a sus hijos no les falte de nada….en lo material. Pero los hijos de los reyes tienen exactamente las mismas necesidades de afecto maternal que el resto de mortales y, la ausencia de este, les pasa factura como es lógico.

No es ningún secreto que Isabel II siempre se caracterizó por ser una mujer de carácter muy templado…y frío. Incluidos con sus hijos. Al menos con los dos primeros.  Andrés era el hijo favorito de Isabel II, algo que, lógicamente, influyó en su carácter. La reina tuvo cuatro hijos en dos etapas muy diferentes. A los dos hijos mayores, el antes príncipe Carlos y a la princesa Ana, los tuvo siendo todavía princesa y la educación de estos en su adolescencia coincidió con la primera etapa de ella como reina. Esto dificultó enormemente el contacto de madre e hijos que se criaron con niñeras, por no mencionar el «terrorífico» internado al que fue el que era príncipe de Gales y que él siempre se ha encargado de recordarlo como un infierno en su vida.

La princesa Ana, por el hecho de no ser la heredera, tuvo una educación un poco más relajada que su hermano mayor. Diez años más tarde de tener a su «primera tanda» de hijos, la reina Isabel tuvo a los príncipes Andrés y Eduardo con los que tuvo más relación, se supone que porque ya llevaba unos años como reina y estaba, por así decirlo, más asentada y segura en su papel.

Andrés, la piedra el zapato de los Windsor

La Reina Isabel II. (Foto Gtres).

El favorito de la reina Isabel II viene dando problemas a la corona desde que era jovencito. Su primer escándalo se lo dio a su querida madre cuando empezó a salir con la actriz Koo Start en 1982. Que un miembro de la realeza saliera con una artista hace cuarenta años era ya algo llamativo, pero que esta fuera ligera de ropa era, sencillamente, un escándalo. Ese fue ya el primer disgusto que le dio a su madre y vendrían más.

Andrés no ha sido en absoluto un modelo de ejemplaridad pero sin duda el caso más sangrante de cuantos ha protagonizado hasta la fecha fue el del caso Epstein. El hijo de la reina Isabel se vio envuelto en la trama del magnate financiero y delincuente sexual estadounidense que fue condenado a prisión y se ahorcó en su celda. El príncipe Andrés nunca dio una explicación clara sobre lo sucedido llegando a un acuerdo económico con las víctimas y dándole el mayor disgusto a una reina Isabel ya anciana en los últimos días de su reinado.

Tal fue el disgusto que la propia Reina lo apartó de todas sus funciones de la corona. Isabel II falleció en 2022 y el problema de «la piedra en el zapato» de los Windsor lo heredó Carlos III que ahora ha dado un golpe en la mesa y ha decidido retirarle la asignación real.

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