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Camila la lía: el fiasco de la reina en el Vaticano que desatará la ira de Carlos III

La reina Camila ha vestido de negro en su visita al Vaticano

A pesar de cumplir con el protocolo, su estilismo no ha sido el más acertado

Camila, Vaticano
La reina Camila en el Vaticano. (Foto: Gtres)

Si hay algo que al rey Carlos III no le ha gustado nunca es que se hable más de la gente que está a su alrededor que de él mismo. Ya durante su matrimonio con Diana de Gales, el monarca se encontró con el problema de que era su esposa la que acaparaba siempre la atención y él, a pesar de ser el heredero, quedaba relegado a un segundo plano. Algunos periodistas y fuentes cercanas a la familia real han revelado a lo largo de los años que la popularidad de Diana incomodaba y generaba inseguridades en Carlos.

Su descontento llegaba hasta el punto de que en las fotografías y actos oficiales Diana nunca llevaba tacones altos y se colocaba por debajo del hijo de la Reina Isabel, para que no se prestara más atención a su altura -eran aproximadamente iguales-, entre otras cosas. Aparentemente, con Camila, Carlos III nunca ha tenido este problema.

Camila, Vaticano

La reina Camila en el Vaticano. (Foto: Gtres)

Al margen de que la relación entre ambos es diferente de la que tenía con Lady Di, lo cierto es que Camila nunca ha llamado especialmente la atención. Ni por ser muy guapa, ni tampoco por ser la más elegante elegante. Esto ha dado mucha tranquilidad al rey, que no ha tenido que preocuparse por que tenga más interés la figura de su esposa. Además, ella misma sabe cómo permanecer en un segundo plano para evitar conflictos. Con Kate Middleton sí que tiene este problema, pero de momento no lo lleva mal.

Sin embargo, en la reciente visita de los reyes al Vaticano ha ocurrido algo que nadie podía haber esperado. En lugar de prestar atención al histórico encuentro entre dos líderes religiosos, ha sido Camila la que se ha llevado todos los focos por su elección estilística.

Camila, dama de negro en Roma

Cumpliendo de manera rigurosa con el protocolo para este tipo de audiencias con el Pontífice, la reina Camila ha escogido un discreto vestido midi de color negro de Fiona Clare, medias a tono y zapatos de tacón sensato. Hasta aquí, nada fuera de lo común. Una vestimenta muy parecida a la que llevó cuando los reyes fueron recibidos por el Papa Francisco poco antes de su muerte.

La diferencia la encontramos en el tocado, que la reina no llevó la anterior vez. Una mantilla de color negro que ha sujetado con una diadema con forma de hojas de Philip Treacy que se ha llevado todas las miradas. No porque sea inapropiada, sino porque ha resultado demasiado exagerada para un encuentro como este. Tanto que las hojas parecían suspendidas sobre la rubia cabellera de la reina y era imposible mirar a otro lado.

Camila

La reina Camila en el Vaticano con el Papa y Carlos III. (Foto: Gtres)

No es nada habitual que Camila tenga un traspiés de este tipo con su estilismo ya que, si hay algo que siempre la ha caracterizado ha sido su capacidad para acertar con sus looks discretos y comedidos, pensados para que las miradas no se vayan a ella. Esta vez ha patinado hasta el extremo y aunque no tenemos pruebas, tampoco dudas de que Carlos III le dirá algo de su desacertada elección.

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