El baile viral de la reina Máxima de Holanda en una residencia de ancianos
Con una sonrisa de oreja a oreja, Máxima giró, levantó los brazos y demostró que la realeza también sabe cómo bailar
La reina de los Países bajos ha dejado claro que el protocolo no es un impedimento
Máxima de Holanda se ha convertido en la reina más ‘disfrutona’ del reino, con una sonrisa tan amplia que podría iluminar toda Ámsterdam. Es la monarca que no duda en mostrar todos los dientes cuando sonríe y la más expresiva de todas. Si echamos un vistazo a nuestras fotos de archivo, veremos que su rostro aparece en decenas de ellas.
Recuerda las Olimpiadas de París, por ejemplo. No hace falta seguir de cerca las pruebas ni observar el marcador para adivinar cómo van los atletas holandeses; solo hay que fijarse en la expresión de Máxima. Su cara lo dice todo: desde la desolación hasta la alegría, pasando por toda una gama de emociones. Sin temor ni vergüenza, ella lleva su corazón en la manga, o mejor dicho, en la sonrisa. Sabemos que se involucra al máximo en cualquier evento, y si hay que bailar, ¡ella baila!
Sin duda, la reina de los Países Bajos no deja de sorprendernos con su espontaneidad y desparpajo. Esta vez, Máxima ha dejado claro que sabe cómo mover el esqueleto cuando es necesario. Durante una reciente visita a un centro sociocultural en Soesterberg, la reina se unió a una clase de baile para mayores y se marcó un baile al ritmo de Quisiera ser un pez de Juan Luis Guerra.
La esposa del rey Guillermo Alejandro se desplazó hasta esta pintoresca ciudad en Utrecht para inaugurar el Centro Sociocultural De Basis, un lugar que promete ser el corazón de la comunidad local. Entre las actividades ofrecidas, las clases de baile para mayores llamaron la atención de Máxima, quien se unió a la diversión con la energía y la alegría que la caracterizan. Como una participante más, la argentina siguió la coreografía del profesor, girando y levantando los brazos con entusiasmo, y cerró la clase con un aplauso y una sonrisa tan radiante que seguramente hizo brillar aún más el día de todos.
Aun así, la reina no lo ha hecho nada mal. Su look, con un vestido azul marino de la firma belga Natan adornado con bordados florales en blanco, no pasó desapercibido. Este vestido, que debutó en 2022, es ya un viejo conocido de sus apariciones. En esta ocasión, lo ha combinado con unos salones azul marino de Gianvito Rossi con tacones de más de diez centímetros—porque, ¿quién no quiere añadir un poco de altura extra cuando bailas? Con la melena recogida en un elegante moño bajo, decorado con un tocado blanco roto de la sombrerera belga Fabienne Delvigne, Máxima parecía lista para una gala real. Completa su conjunto con guantes blancos, pendientes de diamantes y zafiros, y una colección de anillos y pulseras que bien podrían haber sido heredados de una reina.
El baile estuvo muy bien, pero no olvidemos que, además de ser una experta en coreografías de Juan Luis Guerra, también sabe cómo manejar las sevillanas con maestría.