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Cuatro Goyas y un destino reparador: el recuerdo imborrable de Verónica Forqué

Verónica Forqué en 1955 / Gtres
Verónica Forqué en 1955 / Gtres
  • Diana Torres
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Aún no ha pasado ni un año de la muerte de Verónica Forqué, razón por la que quizá su recuerdo sigue estando muy presente en el panorama nacional. Era el pasado 13 de diciembre cuando la actriz fallecía a los 66 años de edad, dejando atrás una trayectoria impecable por la que muchos de sus compañeros de profesión siguen teniéndola un cariño que ya es imborrable.

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Uno de sus últimos proyectos antes de morir no fue otro que su participación en MasterChef Celebrity. Gracias a su paso por el programa en cuestión, la intérprete consiguió colarse en los corazones de una audiencia para la que era favorita con respecto al resto de concursantes gracias a su espontaneidad y a su naturalidad, la cual no pasó desapercibida ni para el jurado del espacio televisivo. Lo que nadie podía llegar a imaginar es que, tan solo unas semanas después, Forqué decidiría poner punto final a su vida, sumiendo a sus seguidores y familiares en la más absoluta tristeza.

Verónica Forqué Premios Goya

Verónica Forqué feliz / Gtres

De esta manera, Forqué ponía un broche repentino a nada más y nada menos que 50 años dedicados a su gran pasión: la interpretación, haciendo de ésta su principal fuente de ingresos durante prácticamente toda su vida. Algo que no es de extrañar, sobre todo teniendo en cuenta que el arte le venía heredado de su padre, el director y guionista José María Forqué que incluso llegó a ganar el Goya de Honor en 1994. Por otro lado, también cabe destacar que su madre fue la escritora argentina Carmen Vázquez Vigo, especialmente conocida por su labor dentro del ámbito de la escritura infantil.

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Pese a haber comenzado a estudiar Psicología, tan solo 17 años de vida le hicieron falta a Verónica para saber que quería dedicarse a la interpretación, habiéndose puesto bajo las órdenes de su padre y de otros grandes profesionales de la misma índole. Fue por ello que, en torno a los años 70 pasó de ser conocida como la “hija de” para defender su identidad, a nivel laboral, a las mil maravillas, siendo respetada en la profesión por todos sus compañeros.

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Verónica Forqué en un photocall / Gtres

Su éxito fue creciendo como la espuma y no tardaron en llegar los galardones. Al convertirse en chica Almodóvar en 1984, a Forqué se le abrieron un abanico de posibilidades infinito dentro de la interpretación, razón por la que fue la primera intérprete femenina en ganar dos Goya en la misma ceremonia, contando en su vida con hasta 4 denominados “cabezones” por más de 30 películas.

Verónica Forqué y María Iborra/Gtres

Verónica Forqué y María Iborra / Gtres

Aunque fueron muchos sus intentos a la hora de mantener su vida personal en un segundo plano, su gran popularidad hizo que eso fuera prácticamente imposible. Es por ello que es vox pópuli el hecho de que la actriz permaneció más de tres décadas casada con el director de cine Manuel Iborra, matrimonio fruto del cual nació su única y queridísima hija: María Clara, quien acompañó a Verónica en sus últimos momentos de vida y se consolidó como uno de sus pilares fundamentales en vida. Tanto es así, que la también artista se mantuvo al lado de su progenitora en su depresión, propiciada en gran parte por la pérdida de su hermano Álvaro, apoyándola también a que realizara varios viajes a la India que resultaron ser escapadas sanadoras para Forqué, y probablemente forman parte de los recuerdos con los que la madrileña dejó este mundo.

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