El blog de Paloma García-Pelayo

Los Mohedano, entre la espada y las pruebas de Rocío Carrasco

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Lo ha dicho alto y claro: “Ya no me voy a callar más”. La decisión de Rocío Carrasco de hablar, de contar lo que ha vivido y todo lo que ha ido descubriendo sobre su familia ha zarandeado los ánimos entre los Mohedano-Jurado-Ortega. Esa mujer que nunca puso un pero a su familia en los medios, que nunca respondió a las críticas de muchos de ellos, que ha aguantado durante años que la cuestionaran públicamente como madre; esa mujer que vio con dolor cómo ellos y ellas se unían en el discurso al hombre que más le ha hecho sufrir, según su relato en primera persona, ha dicho hasta aquí y tras denunciar públicamente todo lo que sufrió durante su matrimonio con Antonio David Flores, quiere explicar también cómo ha vivido la ruptura con su familia.

Rocío Carrasco

Rocío Carrasco / Telecinco

Matizamos familia: los dos únicos tíos maternos, los más mediáticos, Amador y su tía Gloria. La única hermana de su madre se ha prodigado menos en los medios, pero su marido ha ido compensando con creces su ausencia erigiéndose en portavoz la mayoría de las veces. No lo recuerdo nunca en son de paz. Quizá me falle la memoria, pero lo cierto es que repaso las intervenciones del marido de Gloria Mohedano, José Antonio Rodríguez, y no recuerdo ni una en la que haya hablado bien de Rocío Carrasco. Su tía Gloria se desquitó hace poco más de un año, el 1 de julio de 2020 en el programa ‘Sálvame’ de Telecinco y dijo estar “al límite” para luego apisonar a su sobrina Rocío en su rol de madre. “Sentir esos hijos que su madre los ignora…” o “¿Hay algo más fuerte que se le pueda hacer a sus hijos que ignorarlos?”, fueron algunas de sus declaraciones. Aseguró en directo que podía prometer que “sus hijos -los de Rocío Carrasco- no han hecho nada para merecer eso; que hable mi sobrina y que hable para que de una vez paguen la pena, porque toda una vida con este peso y esta cruz encima no se puede”. (Sobre Fidel Albiac) “Que le quiera a él pero que quiera también a sus hijos”. Para rematar, Gloria agradecía en directo a Antonio David Flores su labor como padre. Su sobrina lo había denunciado por lesiones psíquicas, por incumplir el régimen de visitas y no permitir que asistiera a la boda de su madre, pero escuchándola, parecía que no le importara nada en absoluto lo que podía estar padeciendo y sufriendo su sobrina. Cero empatía familiar.

 David Flores Carrasco, Gloria Camila Ortega, Rocío Flores Carrasco,Amador Mohedano y Gloria Mohedano / Gtres

David Flores Carrasco, Gloria Camila Ortega, Rocío Flores Carrasco, Amador Mohedano y Gloria Mohedano / Gtres

Y sí, Rocío Carrasco, su sobrina, habló alto y claro. Se fue a un juzgado y denunció las lesiones psicológicas y secuelas ocasionadas por el trato de su exmarido, tras años de dura lucha silenciosa y tratamiento médico. Denunció que el padre de su hijo no respetó el régimen visitas e impidió que asistiera a su boda y presentó una demanda en la que incluso narraba alguno de los episodios de violencia física que sufrió durante su matrimonio con el exguardia civil.

Considerada víctima de violencia de género, Carrasco estuvo incluida en VioGen, el sistema de seguimiento integral en casos de violencia de género, activado en julio de 2007 por el Ministerio del Interior para proteger a las mujeres maltratadas y sus hijos e hijas en todo el territorio nacional. No parece que en ningún momento haya tenido el apoyo de esta parte de su familia, la más mediática. Quizá alguno o alguna pueda rebatir lo que apunto. ¿Sí? El caso fue sobreseído de manera provisional en otoño de 2018. Fue la propia Rocío Carrasco en la docu serie ‘Rocío. Contar la verdad para seguir viva’ quien explicó que su demanda judicial se bloqueó tras los diferentes recursos que interpuso el denunciado. Las lesiones existen y que el responsable de su agravamiento a lo largo de los años fue Flores queda escrito negro sobre blanco en los informes de la Unidad Integral de Valoración de Violencia contra la Mujer. Sin embargo, no queda queda claro, según el fiscal, que sea él el único causante y además había pasado demasiado tiempo. Digo yo que el tiempo solo sitúa unos hechos, nunca los anula. Ante la duda, sobreseen el caso. El denunciado sale impune, la considerada víctima se queda sin juicio y con el portazo del fiscal y de varios jueces en las narices. Rocío, la mujer que denuncia, se queda a mitad de camino. Ella misma ha declarado públicamente que lo único que pretende es que la escuchen en sala, que se celebre un juicio, que se escuchen a los testigos. A la Justicia le pide apoyo, no que la cuestionen. Estuvo a punto de tirar la toalla aquel día de agosto de hace ya dos años cuando protagonizó un intento autolítico, pero ya no quiere rendirse. Asegura que cree en la Justicia y está pendiente la posible reapertura del caso.

En los medios tampoco se va a callar más. Así lo aseguraba en su última intervención televisiva el 25 del pasado agosto. Fue decirlo y las reacciones de su familia, la mediática, llegaron en cadena. Ortega Cano, al límite. Amador, idem. Gloria y su marido, optan por el silencio y esperarán a escuchar a Rocío. Rosa Benito es a la única que Rocío le reconoce cierto apoyo; al menos nunca se posicionó junto al hombre a quien ella considera su verdugo. Aseguran que Gloria Camila pretende pedir medidas cautelares para proteger a su padre por lo que pueda contar Rocío en la próxima docu serie. Está en su derecho y puede que Rocío, también. Conocer la realidad no siempre es agradable, solo que, como la verdad, no tiene remedio. Las pruebas también hablan.

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