Etapa complicada

Los Pantoja dejan atrás un año convulso de cisma familiar

La familia Pantoja/Gtres
La familia Pantoja/Gtres

En el último trimestre de 2020 se ubica el estallido público del cisma Pantoja. Lo que nadie imaginaba es que el lo vivido durante ese año no era nada comparado con lo que les iba a traer el 2021, un año marcado por las disputas, las deudas, las batallas judiciales y una gran pérdida, la de Doña Ana.La familia empezó el año de la peor de las maneras, ya que escasos días después de conocerse todos los detalles de la demanda que la constructora cordobesa Hormofer S.L. interpuso en 2017 contra Isabel Pantoja y Codabe S.L. por estafa, alzamiento de bienes, apropiación indebida e insolvencia punible, su hijo, Kiko Rivera se enfrentaba a otra gran pérdida en su familia paterna.

Kiko Rivera, Isabel e Isa Pantoja./Gtres

Kiko Rivera, Isabel e Isa Pantoja./Gtres

José Rivera ‘Riverita’ falleció el 21 de enero de 2021 en su casa de Barbate a los 74 años. Su último adiós estuvo marcado por grandes ausencias, entre ellas, la del dj, que prefirió despedir a su “tito” con unas sentidas palabras publicadas en sus redes sociales. El torero se marchó en un momento clave para Kiko, que hacía tan solo unos meses había iniciado una guerra mediática contra su madre, propiciando así un notable acercamiento con sus tíos, primos y hermanos.

Lejos de querer enterrar el hacha de guerra con su madre y tan solo tres meses después, Kiko se volvió a situar en el foco mediático al confirmar que había dado el paso de iniciar una batalla judicial contra su tío Agustín, a quien interpuso en el Juzgado número 2 de Chiclana, Cádiz, una denuncia por presuntos delitos de estafa, administración desleal y apropiación indebida. El hijo de la tonadillera descubrió los supuestos trapicheos de su tío en relación al alquiler de Cantora a raíz de que este empezó a analizar todos y cada uno de los documentos que tenía en su posesión desde que conoció la gran mentira de su progenitora con respecto a la herencia de Paquirri, fallecido en septiembre de 1984 durante una corrida de toros en Pozoblanco. Ojeando detenidamente los contratos de alquiler de la finca de la que figura como propietario mayoritario, se percató de que no había recibido todo el dinero del arrendamiento que le correspondía durante los años que su madre estuvo en prisión, y dado que el encargado de gestionar el patrimonio de la folclórica durante este tiempo fue Agustín, decidió reclamárselo a él judicialmente.

Agustín e Isabel Pantoje en una imagen de archivo./Gtres

Agustín e Isabel Pantoje en una imagen de archivo./Gtres

Tras ratificar la demanda contra su tío y coincidiendo con un mal momento profesional para la Pantoja, el cantante regresó a la televisión. Se dio cita en Viernes Deluxe, donde quiso hablar largo y tendido sobre todas y cada una de las polémicas que le hacían volver a estar en el ojo del huracán, entre ellas, la controvertida comunión de su hijo Francisco, fruto de su relación con Jessica Bueno. Al parecer, el artista y la modelo habían llegado a un acuerdo para la celebración, pactando que se trataría de algo íntimo y super reducido. La familia del dj no fue invitada y cuando Kiko creía que la de su expareja tampoco lo estaba, se llevó una desagradable sorpresa al verlos a todos en el evento. El suceso despertó el descontento de algunos de sus familiares, como su prima Anabel, quien ya había protagonizado algún que otro desencuentro con el marido de Irene Rosales desde que este empezó a recriminarla que su intención de mantenerse al margen del conflicto familiar le había hecho posicionarse del lado de la tonadillera.

Poco a poco se iba acercando el día en el que Agustín estaba llamado para declarar en el juzgado por la causa abierta por su sobrino, por lo que ya empezaron a circular los rumores de que Isabel sería la encargada de acompañarle a la vista. Y del dicho al hecho. A primera hora de la mañana del 1 de julio de 2021, la tonadillera reapareció públicamente tras varios meses de encierro con el único propósito de brindar todo su apoyo a su inseparable confidente, un hecho insólito que provocó el asombro de su hijo y que terminó con un ataque de ansiedad sufrido por la folclórica, que según apuntan varios medios de comunicación, se vio obligada a abandonar las dependencias por la puerta de atrás.

Un estado de ánimo diferente demostró a principios de julio durante un concierto en Jerez de la Frontera. El 1 de julio la cantante protagonizó un ansiado regreso a los escenarios en el que, como es habitual, estuvo acompañada por su sobrina Anabel, algo que no sentó del todo bien al dj alconfirmarse sus sospechas de que su prima ya había tomado partido por su progenitora. El espectáculo y las indirectas tan directas que la tonadillera se dedicó a mandar a su hijo dieron mucho de qué hablar, pero nada comparado con la boda de Anabel y el previo fallecimiento de Doña Ana.

Enlace de Anabel Pantoja./Gtres

Enlace de Anabel Pantoja./Gtres

La matriarca del clan perdió la vida el 28 de septiembre a los 90 años de edad. Lo hizo en Cantora y en un momento en el que todos sus nietos ya se encontraban en la paradisiaca isla de La Graciosa celebrando la inminente boda de Anabel Pantoja. No obstante, su pérdida hizo que tanto Kiko, como Isa y Anabel pusieran rumbo a Cantora. Esa noche, madre e hijo fueron artífices de una reconciliación que provocó un distanciamiento entre el hijo de Paquirri y su prima que, en su día, parecía no tener solución. El motivo de su enfrentamiento no fue otro que la supuesta mentira de Anabel a su primo. Al parecer, ella le dijo que su madre no quería verle en la finca pese al reciente fallecimiento de Ana María Martín cuando realmente la tonadillera ansiaba poder abrazar a su hijo.

Desde entonces los primos rompieron su relación hasta tal punto que Kiko decidió no acudir a la boda de su prima. Isa Pantoja sí lo hizo y eso provocó una absoluta decepción en su hermano, tal y como él mismo confesó a la revista Lecturas en los días posteriores a la celebración. Contra todo pronóstico el enlace se festejó y Anabel hizo de ese día uno de los más especiales de su vida.

Kiko Rivera y Anabel Pantoja./Gtres

Kiko Rivera y Anabel Pantoja./Gtres

A las pocas semanas, Kiko recibía un premio con el que se hizo homenaje a sus grandes éxitos musicales. Acudió a recogerlo en un momento en el que su madre volvía a estar recluida y alejada por completo de foco mediático. Sin duda, la tonadillera se convirtió en la gran ausente de la gala, ya que todo el mundo le esperaba tras conocer su acercamiento con su hijo. Pero nada más lejos de la realidad, la artista no fue, aunque el dj trató de justificarla argumentando que le había sido imposible acudir.

Quien sí lo hizo fue su mujer, Irene Rosales, el apoyo fundamental de Kiko durante este año tan complicado para él, en el que también se ha hablado mucho de la supuesta crisis que atravesaba su matrimonio. Todo quedó en simples rumores que enseguida la pareja trató de desmentir con repetidas apariciones que dejaron ver que seguían siendo una familia feliz.

Mientras tanto, sus diferencias con Anabel seguían siendo objeto de noticia, hasta que llegó el momento en el que el artista empezó a rectificar y arrepentirse de la actitud adoptada con su prima cuando esta visitó su casa el pasado 5 de diciembre con motivo del cumpleaños de la pequeña Ana. Tal y como el mismo Kiko reconoció en Viva la vida: “el otro día vino mi prima a mi casa a ver a mis hijas. Y yo soy un cabezota, estaba en mi cuarto haciendo mis historias del twitch y mis historias que hago para entretenerme. Quizás por orgullo o porque no me apetecía en ese momento, no salí de mi cuarto. Ella tampoco entró», explicó. No obstante, parece que ambos han querido dar un paso al frente y facilitar un acercamiento que tiene todas las papeletas de convertirse en reconciliación.

Todo lo contrario le ocurre con su hermana, que ya está cansada de aguantar sus desplantes y contradicciones, tal y como ella misma ha reconocido en Sábado Deluxe y en El programa de Ana Rosa. Isa no puede más y aunque ella haya sido la menor damnificada de todo este embrollo familiar, también le afectan las disputas que pueda haber en su entorno. “No entiendo qué le he hecho para que me trate así. Estoy harta de los comentarios de mi hermano. “Esto viene porque él no ha terminado de entender por qué no me he posicionado de su lado” confesaba Isa tras conocer las demoledoras palabras que le había dedicado su hermano durante una intervención en Sábado Deluxe. El cabreo aumentó cuando se filtraron unos audios en los que una Isa desconsolada pedía ayuda a su hermano tras mantener una fuerte discusión con su novio, unas notas de voz que sustentaron las palabras del dj con respecto al tema y que rápidamente fueron desmentidas por Asraf. Ante lo ocurrido, Isa se sentó en el programa en el que colabora para aclarar lo sucedido y manifestar la posibilidad de interponer una demanda contra su hermano si ve que este no es capaz de pedirle disculpas públicamente. De momento poco se sabe de esa denuncia, pero la menor de los Pantoja sí ha dado por sentenciada su relación con el dj. Por este motivo, ella tratará de centrarse en lo que realmente merece la pena para ella, en este caso su madre, con quien sigue manteniendo contacto telefónico.

Estas han sido las Navidades más complicadas para la mediática familia, que, dadas las desavenencias entre los miembros del clan, han decidido prescindir de la tradicional cena de Nochebuena en Cantora. Cada cual más distanciado, todos ellos han decidido celebrarla en sus respectivas casas, aunque algunos han disfrutado más que otros. Esa misma noche Kiko atravesó uno de sus continuos ataques de gota, enfermedad que padece desde hace años, mientras que su madre, Isabel Pantoja, vivió su Navidad más preocupante, desconcertante y solitaria por el reciente fallecimiento de su madre, por las rencillas familiares que soporta y por las diversas demandas a las que se enfrenta, todas ellas por deudas.

Kiko Rivera llegando a Cantora cuando falleció su abuela, doña Ana./Gtres

Kiko Rivera llegando a Cantora cuando falleció su abuela, doña Ana./Gtres

Será el próximo mes de marzo cuando la folclórica se enfrente al juicio por la querella que la constructora cordobesa Hormofer S.L. interpuso en 2017 contra ella y Codabe S.L. por estafa, alzamiento de bienes, apropiación indebida e insolvencia punible y por la que el fiscal solicita tres años de prisión para la artista. Además, pendiente queda el momento en el que el juzgado señale una tercera citación para resolver la causa que todavía tiene abierta con Loli Pozo, a quien sigue debiendo una alta cantidad de dinero, así como la decisión final del empresario cercano a Julián Muñoz, que todavía se sigue replanteando denunciar a la artista para que esta le devuelva de una vez por todas su dinero.

A la vista está que Isabel no atraviesa su mejor etapa. Tampoco Agustín, pero este al menos ha recibido la mejor de las noticias que podría esperar en esta recta final de un año tan agrio para todo el clan. El intérprete de Amores Normales acaba de conocer que la denuncia por presunta apropiación indebida que le puso su sobrino ha sido archivada, un movimiento que llega escasas semanas después de que el demandante confesase sus intenciones de retirarla abriéndose camino a una futura reconciliación con su tío.

A juzgar por todo lo acontecido, este no ha sido el mejor año de la familia Pantoja. Está por ver lo que les depara el 2022, pero parece que todos ellos confían en que la vida les de una tregua, al menos temporal, para disfrutar como antes lo hacían, todos juntos en familia.

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