Se desvelan los sueldos y las condiciones a las que se enfrentan los concursantes de ‘Masterchef’
Derechos de imagen, un 30% de lo que ganen en dos años en sus negocios personales y una rigurosa confidencialidad por el módico precio de mil euros al mes son solo algunas de las condiciones que todo concursante de ‘Masterchef’ está dispuesto a firmar para poder participar en este famoso ‘reality’. De hecho, estos contratos de férreas condiciones se firman cuando se les entrega el mandil, se celebra la fiesta de elección y se advierte que, si no se está dispuesto, «hay otros para elegir».
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Detrás de los conflictos, los favoritos, los ‘perdedores’, las emociones y las tensiones que se ven en la pequeña pantalla, existe un medidísimo funcionamiento del programa, según revela el periódico ‘El Mundo’. Este medio habla de un ‘reality’ «guionizado, montado y remontado» en donde la confidencialidad juega un papel fundamental para un programa que se emite después de haber sido grabado.
Muchos de ellos aprovechan el tirón mediático para montar sus propios negocios, pero hasta que eso da sus frutos, su salario es de 1.000 euros netos al mes que cobran durante los 90 días de duración del programa. 90 días en los que han tenido que dejar aparcadas sus vidas y sus puestos de trabajo habituales.
Sus redes sociales son supervisadas y todos sus movimientos, tutelados por la productora
Gracias por todo chicos, ha sido una experiencia increíble. Y esto solo es el comienzo #MasterChef #NuevaFotoDePerfil pic.twitter.com/e7r9BcQbRS
— Jorge MasterChef 5 (@JorgeMChef5) 29 de junio de 2017
Además, la confidencialidad -fundamental para que no desvelen nada del concurso- les obliga a recluirse en una casa a las afueras de Madrid con habitaciones compartidas de dos, tres y hasta cinco personas y con tres cuartos de baño, donde se les obliga a quedarse aislados del mundo exterior. En ese tiempo, solo pueden recibir dos llamadas telefónicas de cinco minutos o una de 10 minutos por semana, lo que hace casi imposible la comunicación fluida con familiares o amigos.
Por otro lado, todas sus redes sociales son supervisadas por la productora del programa, y todos sus movimientos, tutelados por algún miembro de la producción. Además, con respecto a la grabación del programa, este cuenta con una edición de muchísimas horas y decenas de cortes. Se rueda los lunes, los concursantes viajan los martes y jueves, y graban los miércoles, siempre que tienen prueba de exteriores fuera de Madrid. Todos ellos reciben ayuda de cocineros que les ayudan -o perjudican- a la hora de cocinar esos elaborados platos que, supuestamente, preparan en solitario, haciendo que nada sea lo que parece. «Les apagan los fogones, les omiten algún ingrediente o de repente se materializa por arte de birlibirloque un bol de merengue en la mesa de un concursante», cuentan las fuentes de ‘El Mundo’.
A todas estas condiciones se ha enfrentado, por ejemplo, Jorge Brazalet, el último ganador de ‘Masterchef’. ¿Su premio? Además de la popularidad que da la televisión, 100.000 euros en metálico y la opción de escribir su primer libro de cocina. Una recompensa que no parece tan grande cuando se descubre todo lo anterior por lo que ha tenido que pasar.