De una tragedia a una vida tranquila en el exilio: la vida de Margarita Gómez-Acebo a los 90 años
Margarita Gómez-Acebo perdió a sus dos padres cuando todavía era una niña
Tras la muerte de sus padres se trasladó a Francia, pero acabó viviendo en Madrid
Margarita Gómez-Acebo y Cejuela, popularmente conocida como Margarita de Bulgaria, forma parte de la historia de nuestro país. El 6 de enero es una fecha muy importante para ella, pues fue este día cuando comenzó a escribir su historia. Lamentablemente en su biografía hay capítulos muy tristes, pero ha logrado dejar atrás todas sus sombras para brillar junto al rey Simeón.
Margarita se ha reunido con sus hijos en Madrid, ciudad en la que aprendió que sus apellidos no eran suficiente para derrumbar ciertas barreras. Lo primero que hay que tener en cuenta es que perdió a sus padres mientras era sólo una niña. Apenas tenía dos años cuando les ejecutaron en La Arboleda, una finca familiar, situada en la capital de España.
Su padre era Manuel Gómez-Acebo y Modet, el cuarto Marqués de Cortina y su madre Mercedes Cejuela y Fernández. Tras quedarse huérfana se marchó a Francia con su abuela paterna Margarita Marta Modet y Almagro, pero lamentablemente esta última falleció en 1939. Fue entonces cuando quedó al cuidado de su tío, el abogado Juan Gómez-Acebo y Modet, marqués consorte de Zurgena, quien murió en la década de los 50.
Margarita y Simeón de Bulgaria. (Foto: Gtres)
Tras cumplir 15 años, Margarita regresó a Madrid y se instaló en casa de Jaime Gómez-Acebo y Modet, marqués de Deleitosa. Era su tío, contaba con su apoyo y comenzó una vida marcada por cierta tranquilidad, hasta que Simeón de Bulgaria se cruzó en su camino.
El problema de Margarita de Bulgaria
Margarita Gómez-Acebo y Cejuela conoció a Simeón de Bulgaria y se enamoró de él, pero la sociedad no estaba dispuesta a ponerle las cosas fáciles. Entre ellos había una diferencia de edad de tres años. Ella era mayor y este aspecto jugó en contra, pero ese no era el inconveniente principal. Pertenecían a religiones diferentes, así que la pareja tuvo que realizar numerosos trámites.
«No pudimos casarnos hasta concluir dos largos años de negociaciones entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. La cuestión que se planteaba a ojos del Vaticano era la religión que tendrían nuestros hijos», ha contado Simeón en sus memorias.
Margarita de Bulgaria en un evento. (Foto: Gtres)
Finalmente se dieron el ‘sí, quiero’ en 1962 y realizaron tres ceremonias distintas: por el rito católico, por el rito ortodoxo y por lo civil. «Más de 50 años después, mi esposa y yo todavía ironizamos sobre el hecho de que si nuestro matrimonio dura tanto tiempo es porque habría sido muy difícil divorciarse después de tres bodas», comenta Simeón de Bulgaria. Su exilio hizo que conociera a la madre de sus hijos, por eso sostiene que el destino le tenía preparada una agradable sorpresa.
Una inolvidable tragedia
Quedarse huérfana siendo una niña no ha sido el único problema al que se ha enfrentado Margarita. Es madre de familia numerosa, tiene cinco hijos y 11 nietos, pero lamentablemente el príncipe Kardam falleció en una accidente de tráfico fechado el 15 de agosto de 2008. Nueve años después de su fallecimiento, la familia logró que sus restos mortales descansasen en una cripta que el antiguo rey mandó construir en el palacio.
Margarita de Bulgaria en Madrid. (Foto: Gtres)
Simeón de Bulgaria dejó claro en sus memorias que siempre ha contado con el apoyo de su mujer, hasta en los momentos más complicados. Ella ha necesitado ayuda, pero nunca se ha negado a respaldar a su familia. Por ese motivo en 2001, cuando Simeón fue elegido primer ministro de Bulgaria, ella se volcó en la nueva etapa.
«Mi esposa me apoyó en esta decisión cargada de consecuencias. (…) Desde entonces, no dejó de apoyarme con todo su corazón y todas sus fuerzas, resistiendo las dificultades (…). Ha sufrido junto a mí los duros ataques que he tenido que soportar». El matrimonio ha luchado contra la oscuridad y poco a poco han conquistado una calma que siempre se han merecido.