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EFEMÉRIDE

La jubilación de Vicente del Bosque: pensión, chófer de sus hijos y tardes de magia en Madrid

Vicente del Bosque cumple 75 años este 17 de diciembre, consolidado como leyenda del fútbol español

Su carrera, marcada por la humildad y el respeto, se desarrolló casi cuarenta años en el Real Madrid

Aficionado a la magia y al deporte en todas sus formas, vive su jubilación con serenidad

  • Marta Menéndez
  • Televisión, moda y corazón. Periodista de vocación y comunicadora de formación, me he movido entre estudios de radio, redacciones digitales y bastidores de redes sociales. He narrado la actualidad en la 'Cadena SER', seguido la pista a las nuevas tendencias en 'El Independiente' y escrito sobre lifestyle y empresas en la 'Revista Capital'. En 'Diez Minutos', combiné redacción y estrategia digital como Community Manager. Ahora escribo en LOOK, donde cubro actualidad televisiva, moda, celebrities y realeza.
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Este 17 de diciembre, Vicente del Bosque cumple 75 años. Para la historia del fútbol, es el hombre que llevó a España a lo más alto del mundo: campeón del Mundial de Sudáfrica en 2010 y de la Eurocopa en 2012. Para quienes lo conocen, es un hombre sencillo, apasionado por su familia, los pequeños placeres y los valores que lo han acompañado desde Salamanca, su ciudad natal, hasta Madrid, su hogar adoptivo.

Nacido en 1949 en la capital salmantina, Vicente llegó al fútbol de la mano de la Unión Deportiva Salamanca, donde su primer ingreso como futbolista fueron apenas 50 pesetas. Una cifra que hoy parece simbólica frente a los contratos millonarios de la élite, pero que define su relación con la vida: humildad y esfuerzo por encima de todo. En 1968, con apenas 19 años, debutó en el Real Madrid. Su permanencia en el club duró casi cuatro décadas, como jugador, entrenador y formador, construyendo un vínculo que sería histórico. En el césped, disputó casi 450 partidos, ganó cinco Ligas y cuatro Copas del Rey, y se ganó el sobrenombre de «Vicente cámara lenta», un guiño a su juego pausado y cerebral, aunque él siempre bromea: «Intentaba dar velocidad al juego con la cabeza».

Vicente del Bosque durante un partido de futbol. (Foto: Gtres)

Tras colgar las botas, Vicente encontró en el banquillo su verdadera vocación. Primero en la cantera del Madrid, luego al frente del primer equipo y, finalmente, en la selección española. Su estilo era inconfundible: liderazgo sereno, respeto absoluto por sus jugadores y un talento único para gestionar egos y unir vestuarios. Bajo su dirección, España alcanzó la cima del fútbol mundial, pero Del Bosque insiste en la modestia: «Lo viví como un deber cumplido. Teníamos una obligación, y la cumplimos». Más allá de los títulos, lo que más valoraba era la armonía dentro del equipo y la capacidad de enseñar que se puede ganar con respeto y unidad.

Fuera del fútbol, Vicente ha construido otra vida: la de padre y marido. Casado con Trinidad López, es padre de tres hijos: Vicente Jr., Gemma y Álvaro, este último con síndrome de Down, a quien describe como «una bendición que nos ha enseñado lo que es el amor en su forma más pura». Su dedicación familiar es completa: hoy hace de chofer de sus hijos, organiza sus rutinas y acompaña cada paso de su vida cotidiana, demostrando que la grandeza también se mide en actos simples y constantes.

Vicente del Bosque junto a su mujer en una cena. (Foto: Gtres)

Aunque se alejó de los focos tras la Eurocopa 2016, Del Bosque mantiene su pasión por la comunicación y la enseñanza. Participa en programas de radio como El Hotel de las Estrellas y Escapando Palante, donde repasa su trayectoria, revela anécdotas desconocidas y sorprende con su afición por la magia, un hobby que lo conecta con la creatividad y la diversión. Además, su compromiso social con la Fundación Down Madrid y otras iniciativas refleja la coherencia de su carácter: la visibilidad y la inclusión de colectivos desfavorecidos no son una moda, sino un deber.

Vicente también ha enfrentado momentos difíciles: su salida del Real Madrid en 2003 tras ganar la Liga y las palabras duras de Florentino Pérez en 2006, calificándolo de «zoquete». Sin embargo, jamás permitió que eso alterara su forma de ser. Su discreción, campechanía y capacidad de perdonar se convirtieron en su sello personal. Hoy se declara un «jubilado satisfecho»: su pensión le permite vivir sin lujos, pero con serenidad, rodeado de su familia y de la satisfacción de una vida plena. A los 75 años, Vicente del Bosque es un hombre completo: un campeón mundial que eligió la sencillez, un entrenador que enseñó más allá del fútbol, un padre que conduce a sus hijos con amor y paciencia, y un ciudadano comprometido con la sociedad. Su legado no solo está en los trofeos, sino en la manera en que ha vivido cada instante, recordando que la verdadera victoria es ser fiel a uno mismo y a los valores que nos acompañan.

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