La frialdad y la tensión marcan la reaparición de Isabel Pantoja para volar a Estados Unidos
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Han pasado casi siete meses desde que tuvo lugar la última aparición pública de Isabel Pantoja. Pese a haber permanecido en un hermético segundo plano a raíz de su distanciamiento con su hijo, Kiko Rivera, la tonadillera se armaba de valor para convertirse en una de las imágenes de la Semana del Orgullo de Madrid, ofreciendo un concierto en la capital y un discurso de apoyo al colectivo LGTBIQA+. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha podido ver a la intérprete de Marinero de luces de nuevo, en esta ocasión cargada de maletas en el aeropuerto de Jerez para poner rumbo a Estados Unidos.
Ataviada con abrigo, botas y pañuelo para refugiarse de las bajas temperaturas propias de la península en estas fechas, la artista era captada por la agencia Gtres en compañía de su hermano y compañero de vida, Agustín Pantoja, en unas imágenes que no han pasado desapercibidas. Y es que, pese a ser totalmente de noche en España cuando ha acudido al aeropuerto, Isabel ha hecho uso de unas gafas de sol negras con cristal opaco que no permitían apreciar con claridad su mirada. Un complemento que ha combinado con una mascarilla quirúrgica a tono para tapar aún más si cabe su rostro, pese a que ya no es obligatorio hacer uso de este elemento hasta que no vaya a subirse al avión junto al resto de pasajeros.
Durante el trayecto del coche a la zona de seguridad del aeropuerto, la que fuera esposa de Paquirri no ha querido entablar conversación con la prensa, de la misma manera que su hermano. Únicamente ha frenado su camino para saludar con la mano a una seguidora que se encontraba a su paso, demostrando así seguir guardando un cariño excepcional a los fans gracias a los que su trayectoria profesional sigue siendo impecable. No obstante, la sevillana no ha mostrado en ningún momento intención alguna a la hora de responder a las preguntas de los reporteros, dejando entrever que permanece ajena a todos los temas que tienen que ver con algunos de sus seres queridos como el marido de Irene Rosales.
De esta manera tan sumamente fría, Isabel ha puesto rumbo al otro lado del charco para dar pistoletazo de salida a una gira muy esperada tanto por ella como por sus seguidores. Aunque ha tenido que hacer frente a muchos problemas de papeleo por haber estado previamente en prisión, finalmente todo ha salido a la perfección y la tonadillera ha conseguido la visa que la ha permitido volar hacia los Estados Unidos y retomar una serie de conciertos que tenía pendientes por algunos puntos clave como Miami, Nueva York, Los Ángeles y Puerto Rico. Sin duda alguna, un mes de febrero que se presenta cargado de proyectos para la artista, que podrá recargar energía gracias a sus fans en un momento personal bastante delicado y sin muchos apoyos. Aún así, cabe destacar que en esta ocasión estará acompañada de su sobrina y pilar fundamental, Anabel Pantoja, que ha accedido a ser la asistente de su tía en esta andadura americana, dejando así atrás España de manera temporal para arropar a la tonadillera.