Isabel Pantoja, su estrategia con Kiko y la sombra de Francisco y Cayetano
Isabel Pantoja ha comenzado el año con un pie en los juzgados y el alma en vilo en su refugio de Cantora. La ruptura con su hijo Kiko y nuevas imputaciones por delitos penales han catapultado a la cantante a primera página de actualidad social. Conocemos la estrategia de Isabel y la posible implicación de Agustín en la causa penal que tiene pendiente la cantante.
Me pregunto hasta qué punto es consciente Isabel Pantoja de que solo ella puede parar este escándalo, al menos el personal. Pararlo, plantearlo, hablarlo. Con su hijo Kiko, claro. La querella por presuntos alzamientos de bienes, apropiación indebida, insolvencia punible y estafa, interpuesta por una constructora de Córdoba por una deuda contraída en su época de bonanza junto al alcalde de Marbella, Julián Muñoz, la controlan el fiscal y el juez del número 3 de Primera Instancia de Marbella. Ahí poco puede hacer hasta que la llamen de nuevo a declarar si el procedimiento sigue adelante.
En este asunto, Isabel no puede hacer nada más que ponerse en manos de un buen penalista-como ya ha hecho- y esperar la decisión de los magistrados. ¿Hasta qué punto ella es responsable como administradora de la sociedad que vende la casa si no participó in situ en la operación de compraventa? ¿Conoce realmente los entresijos de esa venta? ¿Podría ser Agustín quien tenga que dar explicaciones? Sí; fuentes cercanas al caso no descartan que tenga que acudir a declarar ante el juez. Aunque Agustín Pantoja no aparece en la querella interpuesta en 2017 por la constructora Hormofer s.l. en los juzgados de Marbella, sus explicaciones podrían ser necesarias.
Recuperar a su hijo o al menos el trato con él, como primer paso es lo que sí está en su mano. 107 días de estar en boca de todos; la primera, en la de su primogénito y no para hablar bien precisamente. Kiko “mataba” por ella. Adoraba a su madre, era su referencia, su casa, su raíz. Ahora, reniega públicamente. Su discurso es muy duro; destructor, mortal para una madre. En mi opinión, muy triste. Veo que cuando Kiko estalla, le sale la purita vena Pantoja, casi más que la de su propia madre. Ambos son implacables en el ataque. La artista no da crédito a lo que está pasando, pero tampoco opción, para entenderse con él. Cada mala palabra de su hijo, tristeza y rabia a la vez.
Isabel nunca imaginó que tuviera que enfrentarse de nuevo a un tribunal. Cumplida su cuenta con la Justicia, nunca más, gracias, pero aún menos podía esperar que su hijo se enfrentara públicamente a ella de esta manera. La acribilla en público y bajo los focos, quizá en busca de una reacción. El silencio de su madre envenena más su confusión cada día. Le confunde descubrir detalles que ignoraba, movimientos que desconocía, decisiones tomadas cuando, dice, estaba en la inopia. Ella, que le ha dado todo, la vida, buenos colegios, comodidades, todo, sí, menos explicaciones.
Este domingo Kiko volvió a cuestionarla públicamente en el plató de ‘Domingo Deluxe’. Lleva meses recopilando información. Nunca ha sentido pleno dominio sobre nada de lo suyo. Los días siguen pasando, los plazos no existen para Isabel, según me detallan. Oídos sordos. “Sólo hay un plazo. Ella va a esperar a ver qué hace Kiko. Hasta que no le llegue un papel, no hará nada. Si su hijo actúa, responderá. Mientras, no piensa hacer nada más”. Me consta que Kiko intenta contactar con sus abogados y no lo consigue. Y no lo conseguirá, por ahora. Sé que su defensa aguarda, atrincherada en el anonimato. Es una opción y parte de la estrategia. Solo si llega “algún papel”, si Kiko toma alguna acción en contra de su madre, saldrán a la luz. Mientras, ¿para qué? No es necesario y además cuesta dinero. Este domingo Rivera aseguró que ya le ha enviado un primer requerimiento, pero que ni la artista ni su tío Agustín lo han recogido.
De momento, su única preocupación judicial es la querella por 4 delitos que le complican la vida y supongo que el sueño. La defensa de Isabel ha recurrido el auto judicial ante la Audiencia Provincial de Málaga alegando no tener nada que ver con los presuntos ilícitos. Sí se prueba lo contrario, el asunto se le complicará. Hay que esperar a ver que dice la Audiencia. Kiko no tiene nada que ver, pero, sin duda, saber que su madre está de nuevo imputada le preocupa, supongo. Sin embargo, ninguno da el paso de llamar, hablar, rectificar… Ambos pasan por muy mal momento y se necesitan, al menos ese sentimiento es donde el corazón te lleva. No parece que madre e hijo quieran necesitarse. Probablemente lo sientan, o no.
Desde que estallara públicamente este cisma familiar en octubre pasado no parece, sino que empeore cada vez que el DJ cuestiona públicamente a su madre; cómo ha gestionado su herencia, las decisiones que tomó mientras él era menor. La historia se repite. Isabel cuestionada por su familia desde que muriera su marido, Francisco Rivera Paquirri. Esa sombra que le acompaña desde hace años. Sería muy triste que Kiko tuviera que acudir también, como no tuvieron más remedio que hacer sus hermanos mayores Francisco y Cayetano, a reclamarle lo que es suyo en los tribunales. Muy triste. Quizá hasta también recurra. Tristeza reincidente.