SU LADO MÁS EMOCIONAL

Francisco Rivera, de Pantoja: «No me gustaría estar en su pellejo cuando se encuentre con mi padre»

Francisco Rivera
Francisco Rivera durante su participación en el programa / Antena 3

Francisco Rivera Ordóñez da gracias por la familia en que ha nacido y saca pecho taurino por sus raíces, que no son otras que las de una estirpe que ha escrito parte de la historia de este país, los Rivera Ordóñez. El diestro ha visitado el programa de Toñi Moreno en Antena 3, ‘El árbol de tu vida’, en el que ha mostrado su lado más humano y sentimental. Es feliz junto a su familia y está en paz con su pasado, algo que considera esencial para poder vivir: «Doy gracias todos los días por la vida que he tenido y tengo ahora mismo».

El torero es una persona a la que no le gusta juzgar ni ser juzgado con ligereza. Considera que siempre «hay que ponerse en los zapatos de los demás y aprender». Sin embargo, su hermano Cayetano y él tienen en su interior algo que les pellizca e indigna desde hace 32 años, cuando falleció su padre Paquirri. Ese algo no es otra cosa que no tener junto a ellos los objetos personales que su padre les dejó en herencia y que Isabel Pantoja se niega a entregarles desde hace años. «Es algo indignante, vergonzoso y triste. No lo comprendemos. Esa persona sabe que tendrá una conversación con mi padre algún día cuando lo vea allí arriba. No me gustaría estar en su pellejo cuando se lo encuentre».

Isabel Pantoja

Paquirri e Isabel Pantoja durante su boda / Gtres

Durante estos años Francisco se ha tenido que contentar con un fundón que Kiko Rivera, su hermano, le entregó en su boda con Lourdes Montes. Rivera exculpa en todo momento a Kiko -quien mantiene que su madre debería entregarle esos objetos-y lo señala como el responsable de que Cayetano y él se hayan frenado judicialmente: «Si no fuera por mi hermano Kiko, que no tiene culpa de nada, ejecutaríamos la sentencia contra ella, pero por él no lo hacemos». La que dio un paso al frente en su momento fue Carmina Ordóñez, quien reclamó esos objetos por vía judicial sin que surtiera efecto.

Una infancia arropada por la ‘tata’ Elena y Ani

Francisco Rivera fue un niño feliz. Su ‘tata’ Elena cuidó de él y de su hermano Cayetano como si fuera una segunda madre: «Se encargaba de todo, del colegio, de la comida. La ‘tata’ nos ha criado a todos. Estábamos siempre con ella mientras mi padre toreaba y mi madre le acompañaba. En casa era una eminencia y a mí me encantaba dormir con ella».

Con su hermano Cayetano mantenía buena relación de pequeños, aunque le encantaba hacerle ‘rabiar’, como ha contado Ani, la mujer que lleva años al servicio de los Ordóñez. «Siempre estaban juntos, había muchas peleas entre ellos que siempre empezaba Francisco. Aunque él era travieso, la madurez le vino muy pronto».

Carmina Ordóñez

Carmina Ordóñez junto a sus hijos, Francisco y Cayetano / Gtres

Cayetano, que sorprendió a su hermano en ‘El árbol de tu vida’, recuerda su niñez simulando ser Curro Jiménez: «Veíamos películas de vaqueros y Fran siempre quería ser el protagonista». Sin embargo, no todo eran películas, pronto entraron en sus vidas los toros. O más bien las becerras. El programa de Toñi Moreno ha rescatado una cinta en la que Antonio Ordóñez instruía a sus nietos Cayetano y Francisco -a los que llamaba ‘Bolita’ y ‘Picúo’ respectivamente- sobre el toreo en su finca de Los Tinaones, en 1988. Unas imágenes que han emocionado a Francisco: «Mi abuelo fue muy exigente conmigo. Yo no quería estudiar y tenía claro que quería ser torero. Mis padres me dijeron que me fuera a vivir con mi abuelo para formarme. Era tan estricto conmigo que no me dejaba ni ir al cine».

El recuerdo de sus padres, Paquirri y Carmina Ordóñez, aún vívido

Francisco ha luchado siempre por llevar con él la impronta de sus progenitores. En su pasado, el matador de toros pasó mucho tiempo en la finca Cantora, ahora propiedad de Isabel Pantoja: «Me daría respeto si tuviera que ir ahora. Esa finca la compró mi padre antes de casarse con mi madre. Estuve hace unos años para ver a Kiko y no la reconozco».

El diestro ha asegurado que su padre se hubiera desvivido por sus nietas, Carmen y Cayetana: «Él siempre quiso tener una niña y salimos todos varones». De él conserva el aroma de una colonia que se vende en Francia y que siempre que puede compra. Gracias a su tía Teresa dibuja un perfil más acertado de su progenitor, del que se han conocido en el programa de Toñi Moreno varios aspectos de su vida. En su niñez Paquirri pedía como condición para torear una peseta y con tan solo tres años simulaba enfrentarse al toro en el matadero. Su madre, Agustina, fue un pilar importante en su adolescencia y su muerte desoló al torero.

Carmina Ordóñez

Carmina Ordóñez junto a Francisco, Cayetano y Julián Contreras / Gtres

Carmina Ordóñez sigue provocando a día de hoy que su hijo Francisco se emocione hasta la lágrima. Según el diestro, la reina de corazones sentía una especial debilidad por él. Tiene a su madre muy viva en el recuerdo y mientras hablaba de ella en Antena 3 se aferraba a su medalla de El Rocío. «Era muy devota de la virgen de El Rocío y recuerdo cómo me llevaba a hacer el camino con ocho años». Peregrinaje que no volvió a hacer hasta después del fallecimiento de la ‘divina’. «La echo muchísimo de menos, pero también la disfruté. Aunque fue difícil ser su hijo cuando no comprendía lo que más tarde entendí, hubo más momentos maravillosos que difíciles».

Su presente junto a Lourdes Montes y sus hijas

Su felicidad tiene nombre propio: Lourdes Montes. La diseñadora de moda apareció en su vida para quedarse, algo que Francisco tenía clarísimo y así se lo hizo ver a José Manuel Soto, tío de Lourdes: «Estábamos en una caseta de la feria y le dije ‘me voy a casar con esta mujer’. Incluso le llegué a pedir permiso a José Manuel, como se hacía antiguamente». El cantante, presente en el programa de Antena 3, era amigo de Carmina Ordóñez y nunca imaginó que ese chiquillo al que llevaba al cine con los años se convertiría en familia.

Lourdes Montes

Francisco Rivera junto a su mujer, Lourdes Montes / Gtres

Cuando el diestro conoció a Lourdes su mayor preocupación era que esta se entendiera con su hija Cayetana, fruto de su pasada relación con Eugenia Martínez de Irujo. Al presentarlas su desasosiego se disipó porque ambas congeniaron a la perfección.

La joven, de 17 años, ha querido mandarle una emotiva carta a su padre al cierre del programa: «Estoy orgullosa de la familia que tengo, aunque a muchos no los conozca. Gracias a ti sé de ellos, del abuelo, un luchador que nunca se rendía, y de la abuela Carmen, la mujer con menos defectos del mundo». Las lágrimas del torero al terminar de leer casi emborronan la misiva: «Mis hijas han sido lo mejor que he hecho en mi vida».

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