Con un experto en lenguaje no verbal

Enfado, pena y resignación: analizamos los sentimientos de Shakira durante el juicio

La cantante ha aceptado el fraude fiscal durante una declaración en la que no ha escondido su sentir

Shakira ha reconocido que ha dado su brazo a torcer con Hacienda porque "me lo han pedido mis hijos"

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  • Alberto Ardila
  • Periodista especializado en crónica social, exclusivas y televisión.
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Shakira ha experimentado durante su juicio con Hacienda una sensación dispar y muy extendida entre los humanos. Y no es otra que ver cómo la cabeza dice una cosa pero el corazón apuesta por la contraria. Aplicado a su caso particular, esto es reconocer el fraude fiscal con el objetivo de eludir la pena de prisión. Una decisión que ha tomado muy a su pesar pero pensando en lo que cree mejor para sus intereses y lo de sus hijos, pero que ha tenido peso en su comportamiento durante su declaración ante el magistrado.

La vista apenas ha durado unos diez minutos, pero ha sido tiempo más que suficiente para que la recientemente triunfadora en los Grammy Latinos haya exhibido sus sentimientos. Una vez más, la mirada es el espejo del alma y la colombiana ha dicho más por lo que calla. ¿Cómo se ha mostrado Shakira durante este lapso?

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Shakira a su llegada a la Audiencia de Barcelona / Gtres

El lenguaje no verbal tiene una importancia capital a la hora de analizar el comportamiento de una persona. Para conocer lo que pasaba por la cabeza de la intérprete de Copa Vacía nos hemos servido del testimonio de un experto en la materia: Cristian Salomoni, experto en comunicación no verbal de la Asociación Española de Comunicación No Verbal (ASENOVE).

Lo primero que destaca Salomoni es que «cualquier persona que se siente en un juzgado muestra una actitud de impacto, de nerviosismo porque impone mucho el sistema, el tribunal y el juez».  Esto se traduce en gestos como el tener las piernas cruzadas o los dedos entrelazados. Salvada esta manifestación lógica y motivada por las circunstancias, ahonda más en la figura de Shakira: «Está bastante apenada, triste».

Tanto en su fugaz intervención ante el magistrado como en los minutos que ha permanecido sentada en el banquillo, la colombiana ha dibujado la tristeza en su rictus. ¿Cómo? El experto en lenguaje no verbal lo detalla: «Es muy reconocible este sentimiento de pena. Tiene la ceja levantada, baja la cabeza, tiene una respiración fuerte, muy marcada e incluso con la boca ligeramente abierta», indica.

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Shakira, declarando ante el juez

Cristian Salomoni destaca un pequeño gesto muy llamativo. Se produce cuando el juez nombra a Shakira para deletrearle los delitos por los que se le sentencia: «En ese momento, hace lo que llamamos una microexpresión. Parece asentir con la cabeza como diciendo ‘claro’. Hay claramente un enfado, tiene una mirada de cabreo en todo momento, pero mezclado con pena y tristeza muy fuerte», finaliza.

No es baladí el hecho de que las cámaras de la agencia de prensa Gtres hayan desvelado en exclusiva la presencia de una cámara en el asiento de copiloto del furgón que llevó a Shakira al juicio en la Audiencia de Barcelona. ¿Estaba grabando algún formato audiovisual? Look se ha puesto en contacto con el entorno cercano a la artista para contrastar esta hipótesis y no han querido confirmar ni desmentir la información: «No podemos decir nada en este momento».  De ser cierto, es un factor que perfectamente podría haber condicionado su comportamiento en un día clave para ella.

Para acudir al juicio, la de Barranquilla ha elegido un estilismo compuesto por un elegante traje de chaqueta rosa pastel, un color asociado a la feminidad, al amor y a la dulzura. Lo ha combinado con un bolso de Jacquemus en el mismo tono, valorado en 750 euros, y unas gafas de sol a juego. A destacar que no llevó ninguna joya ni complemento ostentoso.

En lo estrictamente referido al juicio, Shakira ha llegado a un pacto con la fiscalía, la Abogacía del Estado y la Generalitat, que ejercía también como acusación, por el que se le ha rebajado la pena de ocho años y un mes de prisión y multas por 23,8 millones de euros a una pena de tres años de cárcel (seis meses por cada uno de los seis delitos) y una multa de 7,3 millones de euros por un fraude a Hacienda de 14,5 millones de euros entre los años 2012 y 2014.

Posteriormente, ha reconocido que daba su brazo a torcer porque lo consideraba la mejor opción para ella y por el bien de sus hijos: «Me sentía lista para enfrentarme a un juicio y defender mi inocencia. Mis abogados estaban convencidos de que teníamos un juicio ganador. Sin embargo, después de muchos años de lucha, he tomado esta decisión. Tenía dos opciones: seguir peleando hasta el final, hipotecando mi tranquilidad y la de mis hijos, dejar de hacer canciones, álbumes y giras, sin poder disfrutar de mi carrera y las cosas que me gustan, o pactar, cerrar y dejar atrás este capítulo de mi vida mirando hacia adelante. He llegado a la conclusión de que no es triunfo ganar si el precio es que te roben tantos años de tu vida».

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