Las demoledoras palabras de Rocío Flores tras el encuentro entre Rocío Carrasco y Ana María Aldón
Rocío Flores ha criticado el acercamiento entre su madre, Rocío Carrasco, y Ana María Aldón
Asegura que "no le sorprende" que su madre se relacione con personas que han hablado mal de su familia
Las declaraciones de Rocío Flores evidencian el profundo distanciamiento con su madre y reavivan la tensión dentro del clan familiar
La polémica vuelve a sacudir el universo mediático de la familia Flores-Carrasco. En esta ocasión, la protagonista es Rocío Flores, quien ha roto su habitual silencio para pronunciarse sobre el reciente acercamiento entre su madre, Rocío Carrasco, y Ana María Aldón, ex mujer de José Ortega Cano. Un encuentro que ha dado mucho de qué hablar y que, según testigos, estuvo marcado por la cordialidad y los gestos de complicidad entre ambas. Sin embargo, lejos de celebrar esta aparente reconciliación, Rocío Flores ha reaccionado con una mezcla de ironía y resignación: «No me sorprende que mi madre esté con todo el mundo que haya hablado mal de mí o de mi familia», ha declarado.
Las palabras de Rocío Flores, tajantes y directas, dejan entrever el profundo distanciamiento que sigue existiendo entre madre e hija. A pesar de los años y de los múltiples intentos mediáticos por tender puentes entre ambas, la relación parece seguir en punto muerto. En sus declaraciones, Rocío no solo muestra su desconfianza hacia las intenciones de su madre, sino que también lanza un mensaje cargado de crítica: «Creo que cada una tiene mucho que arreglar en su vida, por eso han tenido esa conversación».
El detonante de esta nueva polémica fue el encuentro entre Rocío Carrasco y Ana María Aldón, que tuvo lugar el sábado 1 de noviembre de 2025 en un conocido centro comercial de Madrid. La coincidencia se produjo pocos días después de la entrevista televisiva de Gloria Camila, hija de Ortega Cano, en la que habló abiertamente sobre su familia y la complicada relación con la ex diseñadora gaditana. Según varios testigos, Rocío Carrasco y Ana María mantuvieron una conversación larga, cercana y plagada de gestos amistosos, lo que refuerza la buena sintonía que ambas habrían consolidado tras la separación del torero y la diseñadora.
El gesto de complicidad entre Carrasco y Aldón no ha pasado desapercibido en el panorama mediático, y mucho menos para Rocío Flores, quien desde hace tiempo se ha mostrado crítica con las relaciones que su madre mantiene con personas que, en algún momento, han tenido enfrentamientos o han hecho declaraciones controvertidas sobre ella o su entorno familiar. «Estoy acostumbrada a que mi madre tenga relación con cada persona que ha hablado mal públicamente de mí o de cualquier miembro de mi familia», ha dicho.
Detrás de estas duras afirmaciones se esconde una historia de heridas no cerradas y de vínculos fracturados que el tiempo y la fama no han conseguido reparar. Desde la emisión de los documentales de Rocío Carrasco, en los que esta relató episodios muy duros de su vida y de su relación con Antonio David y sus hijos, el distanciamiento entre madre e hija se hizo aún más evidente. A pesar de algunos gestos puntuales que parecían abrir la puerta al diálogo, nunca se ha producido un acercamiento real ni público entre ambas.
A diferencia de su madre, Rocío Flores no ha optado por el silencio. Aunque intenta mantener cierta distancia de los focos, la hija de Antonio David no duda en alzar la voz cada vez que siente que su familia vuelve a estar en el punto de mira. Estas nuevas declaraciones coinciden con el regreso de Rocío Carrasco a España tras varios meses en Latinoamérica, donde participó en el reality Hasta el fin del mundo, de Televisión Española, una experiencia que, según confesó, le sirvió para desconectar, reflexionar y reconectarse consigo misma. Carrasco reapareció en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con una sonrisa serena y un aire renovado, decidida a centrarse en su bienestar y mantenerse al margen de los conflictos familiares. Sin embargo, el contraste entre su actitud contenida y la franqueza de su hija vuelve a evidenciar el abismo emocional que separa a ambas, una distancia que ni el tiempo ni los silencios parecen capaces de cerrar.