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Chenoa y su chándal han vuelto a ser protagonistas más de tres lustros después de la ruptura con David Bisbal. Ha sucedido a raíz de la colaboración que ha hecho con la comedia Nadie al volante de Movistar +, una parodia de la televisión y lo que sucede tras las cámaras. En esta entrega, Patricia Conde tiene la tarea de preparar un musical con todo su equipo, algo para lo que requiere de los consejos de la cantante.
La argentina se muestra encantada de ayudarla: «Habría que buscarte un factor X, algo en lo que destaques como cantante. Por ejemplo, ¿qué factor X me pones a mí?», a lo que Conde responde: «¿El chándal?». Chenoa, responde con ironía: «No, el chándal es para situaciones graves y eso no es cachondeo, ¿vale?». Una sutil manera de hacer mofa de aquel icónico momento de la crónica social cuando anunció su ruptura con David Bisbal.
Corría el mes de abril del año 2005 cuando el cantante almeriense comunicó desde Latinoamérica que dejaba su relación con Chenoa: «Seguiremos siendo grandes amigos». Esto dejó a la artista completamente rota, que no dudó en salir a las puertas de su casa, donde se agolpaba la prensa, para dar explicaciones: No lo estoy pasando bien y bueno… Que todo pasa y que no seguimos juntos. Pero, sobre todo, pido respeto. No hay terceras personas». Lo hizo enfundada en un chándal gris que ya forma parte de la historia del corazón patrio.
Durante los últimos 15 años han sido habituales las referencias a su ruptura con David Bisbal. Una de las más explícitas la realizó en su propia biografía, ‘Defectos perfectos’, que vio la luz en 2017: «Lo que en un principio no nos importaba -estar aislados pero juntos-empezó a pesar, aunque yo no me estaba dando cuenta. Empezaron a aparecer rumores de infidelidad, que David siempre negó; los primeros reencuentros no tan apasionados; las discusiones por tonterías. Pero ahí seguíamos y yo tan enamorada como siempre. Una semana antes de volver de viaje, David me envió un ramo precioso con una nota que decía algo como ‘Ya llego’. Cuando regresó, yo estaba trabajando, y al volver a casa, me lo encontré con la maleta hecha. ‘Tengo que pensar, necesito tiempo, mejor lo dejamos’. Ya había pasado otra vez y él había vuelto arrepentido y con las cosas claras: él me quería».
Sin embargo, no olvida el jarro de agua fría que supuso ver a su amado David Bisbal comunicar su ruptura por televisión, algo inaudito: «Alguien me llamó por teléfono. No soy capaz de recordar quién fue: ‘Pon la tele’. Allí estaba David, en una rueda de prensa de Caracas, encantado de la vida diciendo que no estaba con nadie. Esas dos palabras se me clavaron en el pecho como dos balas. No podía respirar. Su ropa estaba en el armario. Desde el sofá donde me sentaba podía ver sus cosas, que aún estaban en toda la casa (…) lo llamé y una voz contestó que aquel número no correspondía a ningún usuario. Él no estaba con nadie y el teléfono no era de nadie. Volví a marcar. Nada». Al poco tiempo, trascendió su romance con Elena Tablada: «Cuando al cabo de un par de meses salió a la luz su relación con Elena Tablada, no tenía fuerzas ni para enfadarme. Solo me flagelaba. El abandono, el rechazo, la tristeza inmensa, todo era culpa mía. O al menos, eso creía yo», reflexionaba en su libro.