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La ‘nueva Casa’

Carlos Fitz-James Stuart, el duque de Alba bajo la alargada sombra de Cayetana

  • Lito Reyes
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Carlos Fitz-James Stuart es el cabeza visible del ducado de Alba desde que su madre, Cayetana Fitz-James Stuart falleciera el 20 de noviembre del año 2014. De todos es sabido que la duquesa de Alba fue promotora de innumerables iniciativas de índole cultural entre las que se encuentran la reconstrucción del Palacio de Liria, convirtiéndolo en museo, o la restauración de varios de los palacios de su incontable patrimonio, como el de Monterrey o Salamanca. Pero sin duda, uno de sus grandes proyectos fue la constitución de la Fundación Casa de Alba desde la que se gestiona la preservación y difusión del patrimonio de la Casa, dotado de obras de arte de incalculable valor e importantísimos monumentos históricos. Sin embargo, existe un gran valor que solo infundió Cayetana en su largo recorrido vital como duquesa y que dejó de existir en la institución tras su fallecimiento. Con ella se marchaba un importante legado histórico dentro de la aristocracia española pero sobre todo, una figura sin igual en lo referente a la imagen del ducado frente a la opinión pública. Cercana, espontánea y muy sincera, Cayetana mantuvo una especial relación con los medios de comunicación consiguiendo acercar algunos de los aspectos más importantes de su ducado a la opinión pública.

Carlos Fitz-James Stuart y la duquesa de Alba / Gtres

Una nueva etapa marcada por los desencuentros

El perfil sencillo y cercano de la duquesa de Alba no ha sido uno de los ‘bienes intangibles’ heredados por su sucesor. Carlos Fitz-James Stuart tomaba en sus manos el ducado meses después del fallecimiento de su madre y en los primeros meses, incluso años de su gestión tuvo que hacer frente a las importantes tensiones familiares ante la disconformidad de sus hermanos: desde la controvertida salida de Cayetano Martínez de Irujo del Palacio de Liria (y el posterior intento de que Eugenia hiciera lo propio), hasta la estrategia de alquilar las propiedades ‘no rentables’ de La Casa para conseguir que dieran beneficio, como publicó el diario ABC un año después de la muerte de doña Cayetana, dejando fuera de toda decisión y beneficio al resto de los hijos de la duquesa, fueron algunos de los puntos calientes entre los hermanos cuyo último enfrentamiento se libró en el año 2019 debido a la venta de uno de los terrenos de la empresa familiar Euroexplotaciones Agrarias S.A. Una venta cifrada en 4 millones de euros, cuyo beneficio fue redestinado a la misma sociedad y no a la repartición de los dividendos, provocando la salida de su hermano Alfonso, quien decidió de inmediato vender sus acciones. En paralelo, el hermetismo de la gestión del actual duque de Alba ha sido la pauta general de sus movimientos como duque, una discreción que solo se ha visto roto por la publicación de las noticias referentes a los buenos resultados de la misma.

Carlos Fitz-James Stuart y la duquesa de Alba / Gtres

Una gestión con buena nota

El 6 de mayo del pasado año, Maite Nieto publicaba una información en el diario El País acerca del trabajo del “nuevo jefe” en la que, en la cuestión referente a la gestión numérica y movimientos estratégicos sale bien parado. Según la recopilación de datos de la periodista, los resultados abalan las diferentes decisiones de Carlos Fitz-James Stuart en diferentes áreas: la gestión de cada hermano de los terrenos que les corresponden por herencia, la cesión a diversas instituciones públicas de algunas propiedades de la Fundación Casa de Alba con el fin de preservar su conservación o la apertura al público los principales palacios de La Casa con el fin de recadar fondos con la excusa de acercar el patrimonio familiar al público.

Sin relevo para doña Cayetana

En este último punto, el de la cercanía, parece que la apertura de los palacios es el único movimiento por parte del duque en lo referente a la imagen pública del ducado. En lo que respecta a su imagen como embajador de la Casa de Alba, Carlos Fitz-James Stuart ha adoptado un papel muy diferente al de su madre, quien dejó imborrables imágenes para el recuerdo haciendo crecer el cariño y la admiración por parte de los responsables de diferentes instituciones ligadas a la casa y también de la opinión pública española. Cabe reseñar el espontáneo baile de Cayetana el día de su boda con Alfonso Díez. Arrancándose a marcar los pasos de unas sevillanas, la duquesa hizo lo que mejor sabía hacer, meterse al público en el bolsillo, algo que parece no interesar por el momento a su primogénito.

Carlos Fitz-James Stuart y la duquesa de Alba / Gtres

Cayetano, el embajador perfecto

Sin embargo, con cada uno de los hermanos del duque de Alba (Jacobo, Alfonso, Fernando, Cayetano y Eugenia) “haciendo su vida”, cabe destacar la figura de Cayetano como el único embajador del legado mediático de su madre. El pasado 22 de marzo, el conde de Salvatierra se convertía nuevamente en heredero de la jovialidad de su madre durante la celebración del 50 Aniversario del bar El Patio San Eloy en Sevilla. Se trata de uno de los locales de referencia de doña Cayetana donde, como nos descubrió el propio conde por primera vez, disfrutó de uno de sus grandes placeres, tomarse una cerveza de barril: “Me acuerdo de cuando me vino a ver a Holanda, le dije vamos a tomar algo y me dijo quiero encontrar un bar que tenga cerveza de barril como en Sevilla, en Maastricht. Y ahí fui con ella a un bar típico de Maastricht. Y allí nos sentamos y la pusieron una cerveza de barril en Holanda, allí hay, lógicamente, pero ella nunca había estado allí”. Seguidamente, Cayetano se afanaba en reseñar el gran legado de su madre: “Es increíble lo que ha dejado Cayetana de Alba, porque parece que fue ayer (que estaba aquí) para todo el mundo”. Desde su posición, podría afirmarse que el hermano pequeño del actual duque de Alba es el único exponente de la familia que lucha por la imagen mediática que tanto trabajó su propia madre. Él mismo lo dijo en el mismo evento: “No te puedes imaginar la cantidad de requerimientos que tengo de todo tipo y por el Instagram ecuestre e intento atender todo lo que pueda. Dentro de mis posibilidades, lo que intento es que siga su reconocimiento y perdure su recuerdo como está pasando, que es increíble”.

Cayetano Martínez de Irujo y la duquesa de Alba / Gtres

Cayetano no solo acude a los momentos de alegría en recuerdo de su madre. El pasado 20 de noviembre de 2021, el conde de Salvatierra siguió recordando a su madre con la organización de una misa funeral en su recuerdo. Un evento religioso (a la altura de la alargada sombra de su madre), al que acudieron numerosos medios de comunicación y en el que volvió a estar solo. Una soledad rota únicamente por la presencia de su sobrina Cayetana Rivera Martínez de Irujo, hija de su hermana Eugenia y el torero Francisco Rivera Ordoñez, quién se fundió en un emotivo abrazo con su tío, acompañándole también en ese ‘saber hacer’ frente a los medios . Atrás han quedado las discusiones con los medios. El nuevo Cayetano, más cerca de su madre, descuelga el teléfono, se acerca al micrófono y contesta al más puro estilo de su madre. Una cercanía que, sin duda, es de agradecer, como en su día se agradeció a doña Cayetana.

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