Infidelidad en la empresa

Alba Carrillo no fue la única: el porcentaje de infidelidades en las cenas de Navidad de empresas que nadie creería

Alba Carrillo no fue la única: el porcentaje de infidelidades en las cenas de Navidad de empresas que nadie creería
Alba Carrillo y Jorge Díaz en abril del 2022 cuando todavía no se había cometido entre ellos el affaire. (Foto: Gtres).
Gema Lendoiro

Hay varios clásicos en la temporada de Navidad, la canción de Mariah Carey All I Want for Christmas is you, las luces de Vigo, la lotería del 22… y las cenas de las empresas. Todavía colea lo que sucedió en la fiesta que tuvo lugar hace dos años y que organizó la empresa para la que ambos colaboraban entonces: el affaire entre Alba Carrillo y Jorge Pérez aunque la infidelidad la cometió él ya que Alba en ese momento no tenía pareja, sin embargo él estaba casado. Pero no son los únicos. Hasta un 19,4% de los españoles acuden a su cena de empresa con la intención de ligar o directamente, enrollarse con un compañero de trabajo, aunque esto suponga serle infiel a su pareja, así lo corroboran los estudios realizados por la aplicación Ashley Madison, la aplicación de citas para casados infieles. La encuesta y estudio ha sido liderado por la psicóloga experta en parejas, Lara Ferreiro.

Y es que ser infiel en las cenas de Navidad es algo bastante común, pues el 55% de los españoles usuarios de Ashley Madison ni siquiera lo consideran infidelidad y no se arrepienten de hacerlo.

¿Pero por qué hay unos índices tan altos? ¿Por qué ocurre esto? Pues porque el 49,6% de los infieles españoles afirma que trabajar día a día con su compañero hace que la atracción sea cada vez mayor. De hecho, está demostrado que pasar más de 200 horas con la misma persona, aumenta las posibilidades de enamorarnos de ella o de sentir atracción sexual. También se produce el llamado Cóctel Navideño Explosivo en el que junta el alcohol y la tensión sexual no resuelta de todo el año, donde se culmina la pasión que se ha ido generando a causa de las feromonas y las copulinas, hormonas del amor, del olor, de la pasión y de los instintos más básicos. Pero unos son más discretos y otros van más a saco, ya que al 11,3% de los españoles le han pillado con las manos en la masa mientras se estaba enrollando con un compañero.

El 52,8% de los españoles afirma que prefiere ir sin su pareja a la cena de empresa. (Foto: Getty).

Por si todo esto fuera poco, el 52,8% de los españoles afirma que si la empresa le diera la opción de ir con su pareja a la cena de Navidad, acudiría solo. Esto se debe a que se sienten más libres para hacer lo que les apetezca y poder fluir de forma natural. La proximidad y la cercanía son los factores más importantes para acabar teniendo un aventura en el trabajo. Si pasamos la mayor parte del día en la oficina es normal que terminemos por tener más relación y cosas en común con un compañero que con tu pareja.

Ser infiel en las cenas de Navidad es algo bastante común, pues el 55% de los españoles usuarios de Ashley Madison ni siquiera lo consideran infidelidad y no se arrepienten de hacerlo. «Las cenas de trabajo navideñas son uno de los momentos del año donde más infidelidades se cometen. La cercanía y complicidad con los compañeros, el alcohol y la sensibilidad navideña, nos hace más facilones y acabamos cayendo en la tentación», explica Ferreiro.

Gran parte de los españoles acude a las cenas de empresa navideñas con esta intención, por lo que, no es de extrañar, que muchos lo vean como algo tan obvio y normal, que ni siquiera lo consideren una infidelidad.

El 49,6% de los infieles españoles afirma que trabajar día a día con su compañero hace que la atracción sea cada vez mayor.(Foto: Getty).

¿Pero por qué hay unos índices tan altos? ¿Por qué ocurre esto? Lara Ferreiro lo explica: «El 49,6% de los infieles españoles afirma que trabajar día a día con su compañero hace que la atracción sea cada vez mayor. De hecho, está demostrado que pasar más de 200 horas con la misma persona, aumenta las posibilidades de enamorarnos de ella o de sentir atracción sexual. También se produce el llamado cóctel navideño explosivo en el que junta el alcohol y la tensión sexual no resuelta de todo el año, donde se culmina la pasión que se ha ido generando a causa de las feromonas y las copulinas, hormonas del amor, del olor, de la pasión y de los instintos más básicos. Pero unos son más discretos y otros van más a saco, ya que al 11,3% de los españoles le han pillado con las manos en la masa mientras se estaba enrollando con un compañero», explica la experta.

Por si todo esto fuera poco, el 52,8% de los españoles afirma que si la empresa le diera la opción de ir con su pareja a la cena de Navidad, acudiría solo. Esto se debe a que se sienten más libres para hacer lo que les apetezca y poder fluir de forma natural. La proximidad y la cercanía son los factores más importantes para acabar teniendo un aventura en el trabajo. Si pasamos la mayor parte del día en la oficina es normal que terminemos por tener más relación y cosas en común con un compañero que con tu pareja.

Los diferentes perfiles de infieles en las cenas

El arriesgado. Son descarados, les gusta la adrenalina, no se esconden si tienen que liarse con un compañero o compañera, lo hacen delante de todo el mundo, viven al límite, pero las consecuencias del día siguiente, cuando se baje el alcohol, puede ser el despido.

El perfil discreto: Se esconde en los lugares más típicos para hacerlo (hotel, taxi, escaleras…). Siente algo de reparo si los compañeros le ven enrollándose con alguien del trabajo porque quieren evitar los cotilleos. Además, en este caso, este es el perfil más infiel, ya que, si se esconde, es precisamente para mantener el secreto y que la infidelidad nunca llegue a oídos de su pareja.

¿Dónde se cometen este tipo de infidelidades?

Normalmente, la infidelidad no se comete en la propia fiesta dónde tenemos a todos los compañeros mirando, si no que suele culminar en los siguientes lugares, según el estudio.

El 43% reserva una habitación en un hotel: Estos serían los del “aquí te pillo, aquí te mato”. (Foto: Getty).

El 43% reserva una habitación en un hotel: estos serían los del «aquí te pillo, aquí te mato». Suelen ser los que se van al hotel a mantener sexo. Es el caso más fuerte de todos porque es en el que se pasa a otro nivel de intimidad.

El 29% lo hace en el taxi: el magreo ya empieza dentro del taxi, que comparten bien para ir de un sitio a otro, por ejemplo, del restaurante a la discoteca, o bien, para volver a casa. Con la excusa de “nos vamos y compartimos taxi, que vivimos cerca”, los compañeros no sospechan y ellos pueden tener esos minutos de intimidad.

El 23% lo hace en la escalera del evento o el baño de la discoteca: estos serían los amantes del riesgo. «Este perfil no se molesta en ir a un hotel o esperar al taxi, prefieren esconderse cuando los compañeros están distraídos, enrollarse en la escalera a oscuras o en el baño del local o discoteca, y luego volver a la fiesta como si nada. Les gusta el riesgo y la adrenalina de hacerlo en el mismo lugar en el que están sus compañeros porque la adrenalina de ser descubiertos les pone a 100», explica Ferreiro.

El 22% lo hace en el escritorio de la oficina. Sabiendo que todos los compañeros están en la discoteca, «van a enrollarse a la oficina porque allí estarán solos y alejados de las miradas y cuchicheos. Además, les pone hacerlo en el escritorio de otro compañero o incluso, en el despacho del jefe, donde probablemente haya más espacio o sillones más cómodos».

¿Con quién te liarías en la cena de Navidad?

Siguiendo con los estudios de la aplicación de Ashley Madison, los españoles han confesado que un 26% de los encuestados llevan varios meses con el ojo puesto en alguno de sus compañeros. Además, un 39% asegura que lo que les llevó a ser infiel a su pareja en la cena de empresa de Navidad, fue la tensión sexual no resuelta con ese compañero durante todo el año. Sabiendo esto… Llegada la cena de empresa de Navidad… ¿Con quién sería más probable que nos liemos?

El 13,6% se liarían con su superior. Aquí podríamos hablar del Síndrome de la Moncloa y la erótica del poder. (Foto: Getty).

En el número 1, según los datos de Ashley Madison, lo haríamos con un compañero/a de otro departamento (46,7%). La razón sería no tener que verlo todos los días en el trabajo, por si la cosa sale mal y se arrepienten. También porque entre distintos departamentos de una empresa puede haber piques y cotilleos, y decir que el de informática se ha liado con la de ventas, tiene mucho más salseo.

En el segundo puesto, con compañero/a del mismo departamento (16,1%). El roce hace el cariño. Hay estudios que demuestran que si pasamos más de 200 horas al lado de una persona, podemos desarrollar atracción física, sexual e incluso, romántica con esa persona. Aquí entra en juego la oxitocina, la hormona del amor, lo que les lleva incluso a enamorarse, además de tener sexo. Y suele ocurrir entre dos compañeros casados o entre una persona soltera y una casada. Sobre todo en profesiones que tienen que ver con el riesgo, el peligro y la adrenalina, como los médicos, bomberos o policías.

El 22% lo hace en el escritorio de la oficina. Sabiendo que todos los compañeros están en la discoteca, van a enrollarse a la oficina porque allí estarán solos. (Foto: Getty).

En el número 3, con el jefe/a (13,6%). Aquí podríamos hablar del Síndrome de la Moncloa y la erótica del poder. La sexualidad y las figuras de autoridad siempre van de la mano, ya que el poder es afrodisíaco y las relaciones de poder generan mucha atracción. Liarse con el jefe puede ser un arma de doble filo. Hay quien lo hace solo por puro morbo, por la erótica del poder. Hay quien lo hace para conseguir un puesto mejor. Pero si las cosas salen mal con nuestro jefe… Mucho cuidado, porque ponemos nuestro puesto de trabajo en riesgo. Los que se lían con los jefes, por lo general, suelen ser más discretos, para que el resto de compañeros no se entere y te puedan coger manía, o para evitar habladurías.

En el número 4, con el secretario/a (13,6%). Los secretarios y secretarias son esas personas que normalmente siempre son muy serias, profesionales y extremadamente profesionales en su trabajo, pero, «cuando salen de fiesta, son los primeros en soltarse la melena porque necesitan desinhibirse y soltar todo ese estrés que les hace estar reprimidos en el día a día. Además, para muchos, pueden representar el clásico estereotipo de la secretaria o el secretario sexy, y si los vemos de fiesta con un look diferente al que llevan normalmente, podemos ver en ellos un sex appeal que hasta ahora nos había pasado desapercibido», sostiene la experta.

Por último, con el becario (10%). Los becarios suelen ser los más jóvenes, aprendices y serviciales. Su inocencia puede despertar el interés de sus otros compañeros veteranos, eso puede resultar atractivo para algunas personas, pero, como normalmente han sido los últimos en llegar y son los que menos tiempo pasan en la empresa, concretamente, suelen quedarse sólo unos 6 meses por lo que no tienen tanto tiempo para intimar con el resto de compañeros, por lo que es menos probable que despierten atracción sexual con alguien, por eso tienen el porcentaje más bajo.

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