Los misterios de la tumba de los Reyes de Aragón

Al estudiar la historia de Aragón, su riqueza paisajística y monumental, es imposible pasar por alto los panteones reales de sus antiguos monarcas. Los lugares elegidos por los sucesivos reyes de Aragón para su descanso eterno han adquirido una gran relevancia histórica, tanto por su significado cultural y patrimonial, como por los intrigantes misterios de la tumba de los Reyes de Aragón.

Los panteones reales de Aragón y el misterio de sus tumbas

El misterio de los restos del Príncipe de Viana

El Monasterio de Poblet se convirtió en el panteón real de la Corona de Aragón por órdenes y deseos de Alfonso II. Sin embargo, no fue sino hasta el reinado de Pedro IV El Ceremonioso que se puso en marcha la construcción de la Capilla Real, donde reposan los restos de varios monarcas: Alfonso II, Pedro IV, Jaime I, Juan I, Fernando I y Juan II.

Uno de los tantos otros reyes y príncipes de Aragón enterrado en Poblet fue Don Carlos de Navarra y Aragón, Príncipe de Viana. Su tumba, al igual que el resto de las tumbas reales, fue profanada en 1837 en medio de una revuelta anticlerical. Los huesos y cráneos fueron esparcidos por fuera del monasterio, pero un capellán los resguardó en la iglesia de l´Espluga y luego en la Catedral de Tarragona.

Muchos años después, el egiptólogo y arqueólogo español Eduard Toda se encargó de restaurar los restos del Príncipe de Viana, a pesar de que desconocía a quienes pertenecía los restos de las tumbas profanadas. La momia del Príncipe de Viana regresó a Poblet en 1935, lo cual generó gran expectación entre el catalanismo. Lo que no se imaginaban entonces, era que la momia estaba formada por tres cuerpos distintos, ninguno de los cuales pertenecía a Don Carlos.

Desde que se descubrió que la momia falsa del Príncipe de Viana en 2008, no se han hecho nuevos estudios arqueológicos al respecto.

Origen de los sarcófagos

Uno de los misterios que rodea a la tumba de los Reyes de Aragón es el origen de los sarcófagos que albergan los restos de los monarcas. Se cree que fueron encargados por los propios reyes durante su reinado, pero la precisión y la calidad de su construcción han desconcertado a los historiadores durante siglos. Algunos expertos sugieren que los sarcófagos podrían haber sido realizados por artistas italianos, lo que añadiría un elemento de misterio a su origen.

Inscripciones en latín y en catalán

Otro enigma que rodea a la tumba de los Reyes de Aragón es la presencia de inscripciones en latín y en catalán que adornan los sarcófagos. Estas inscripciones hacen referencia a la vida y los logros de los monarcas, pero también contienen mensajes enigmáticos que han desconcertado a los investigadores. Algunos sugieren que podrían contener pistas sobre la verdadera identidad de los Reyes de Aragón, mientras que otros las interpretan como simples epitafios conmemorativos.

¿Son o no son los restos?

En 1952, Francisco Franco visitó el monasterio de Poblet para presidir la inhumación de los restos de los reyes de Aragón con el propósito de recuperar las esencias españolas de la historia de Cataluña. A pesar de la gran importancia que significaba tal acto, la realidad era que los cuerpos que se estaban enterrando nuevamente en Poblet no eran los restos exactos de los Reyes de Aragón.

Debido a la dispersión y mescolanza de los restos, no era posible siquiera intentar identificar a los reyes o personajes reales. Por tanto, los restos colocados en las tumbas restauradas de la iglesia del Monasterio de Poblet no pertenecían a las personas para las cuales fueron reconstruidas.

Curiosamente, entre los restos de la tumba de Jaime I el Conquistador había dos cráneos diferentes que, hasta la fecha, no se sabe a ciencia cierta si de verdad le pertenecen.

El desconocido paradero de los restos de Petronila I de Aragón

A lo largo de los años, se tenía la certeza de que los restos de doña Petronila, reina de Aragón, hija del rey aragonés Ramiro II el Monje, estaba enterrada en la catedral de Santa Eulalia, en la Ciudad Condal. Este hecho figura en el testamento de la monarca, pero lo cierto es que su verdadera ubicación es todo un misterio.

En 2001, el arquitecto de la catedral de Barcelona, Juan Bassegoda Nonell, publicó un texto en el que aseveraba que los restos de doña Petronila se encuentran en realidad en el sepulcro de la condesa Almodis en el transepto del espacio religioso. La conclusión Bassegoda se basó en tres manuscritos de la Biblioteca de Cataluña, en el testamento de Jaime II de Aragón y la dudosa atribución de los sarcófagos a Ramón Berenguer I y Amoldis por parte de Francisco Tarafa.

Aunado a ello, desde los años 90 se tiene conocimiento de que la tumba que hay junto a la salida a la sacristía de la misma catedral, muy probablemente pertenezca a la reina de Aragón.

Ante este gran misterio, el Gobierno de Aragón formuló una petición para constatar si, efectivamente, son los restos de Doña Petronila o no, y cotejarlos con las muestras de linaje real que se han obtenido de su padre, Ramiro II.

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