El streamer Mellstroy fue el culpable de la invasión de espontáneos en la final de la Champions
Tres espontáneos saltaron a Wembley en los primeros minutos de la final de la Champions League
El streamer bielorruso Mellstroy se ha hecho muy famoso en la última final de Champions League, pese a no asistir a Wembley. El creador de contenido ofreció a sus seguidores 350.000 euros si eran capaz de saltar al campo con una camiseta promocional con su nombre consiguiendo que hasta tres personas saltasen en los primeros minutos del partido.
El encuentro se vio obligado a detenerse durante todo ese tiempo enturbiando una vez más una labor de seguridad de la UEFA que fue buena en los exteriores, pero terrible dentro del estadio. No sólo se colaron los espontáneos, sino que también la afición del Dortmund introdujo multitud de bengalas que encendieron al inicio de la segunda mitad.
Mellstroy, quien realmente se llama Andrey Burim, es un fenómeno en una red social pujante como Kick donde retransmite su vida diaria y también habla de apuestas deportiva. Con casi medio millón de seguidores, su efecto llamada tuvo un éxito rotundo que ahora pone en jaque futuros eventos deportivos.
De hecho, el creador de contenido puede provocar que la UEFA tome cartas en el asunto al ser muy perjudicada en su imagen durante su partido estrella del año entre el Real Madrid y el Borussia Dortmund. El joven de 25 años podría recibir una denuncia millonaria al fomentar estos comportamientos en un terreno de juego.
Mellstroy y su polémica agresión
El popular joven, a sus 25 años, también se presenta con tres millones de seguidores en Instagram y 1,8 millones en TikTok. Mellstroy se adentró en el mundo de las redes sociales en 2015 inicialmente como youtuber jugando a CS, Dota 2 o Minecraft. Posteriormente se ha ido mudando a la red social más pujante como es ahora el caso de Kick.
Mellstroy alcanzó la fama global por un comportamiento más que reprobable en uno de sus directos. El bielorruso agredió a la modelo Alena Efremova delante de las cámaras en un secuencia en la que la chica quedó herida en labios y boca. La joven, de 21 años, decidió denunciar a streamer quien fue condenado a seis meses de trabajos forzados.
Ese asunto lo único que hizo fue incrementar la popularidad de un Mellstroy que parece no encontrar límites tras conseguir boicotear la final de la Champions League. La UEFA, tras estos comportamientos, avisó por megafonía de que todo aquel que saltase al campo sería encarcelado esa noche y que sería sometido a juicio.
Los jóvenes, quizá viendo los ‘baratas’ que salen sus acciones a Mellstroy, ven inspiración en un streamer que vende un humor negro y ácido que no tiene cabida en Europa, pero que cuenta con muchos adeptos en Rusia. La Champions League no olvidará a este personaje.