«No hay dramas, hay confianza», aseguraba Ancelotti en la rueda de prensa posterior al encuentro que el Real Madrid empató ante el Rayo Vallecano en el estadio Santiago Bernabéu el pasado domingo. Un pinchazo para los blancos, pero del que se recuperó ganando al Sporting de Braga tres días después en un encuentro donde todo lo que pueden rescatar los madridistas son cosas positivas.
La primera, la clasificación para los octavos de final de la máxima competición continental en cuatro partidos. Al Real Madrid le ha sobrado dos duelos, los que le medirán al Nápoles en el Santiago Bernabéu y al Unión Berlín en Alemania, para lograr el primero de los dos objetivos. El segundo será hacerlo como primero de grupo, lo que le permitirá jugar la vuelta de los octavos de final casa. Para ello necesita un punto más.
Además, el Real Madrid puede presumir de que ha superado las 28 liguillas de la Champions en las que ha participado desde la temporada 1995-96. La cifra sube hasta las 32, también sin fallo, si se incluyen las segundas fases de grupos que se jugaron entre 1999 y 2003. Un pleno que ningún otro equipo en el Viejo Continente ha logrado en la historia ha logrado desde el cambio de formato.
Brahim no fue la única gran noticia
La otra buena noticia de la noche fue la de Brahim. El malagueño hizo un grandísimo partido ante el Sporting de Braga en el estadio Santiago Bernabéu. Por fin fue titular y aprovechó la oportunidad. Hizo dos goles, le anularon uno, dejó un repertorio de acciones de calidad y se marchó poniendo al Bernabéu en pie.
«Ha jugado un partido en el que ha mostrado una gran calidad y sacrificio defensivo. Ha hecho las cosas muy bien. En la posición en la que ha jugado hoy suele jugar Bellingham y hoy lo ha reemplazado muy bien. Puede que haya sido injusto con él. Es obvio que podía tener más minutos. Su mejor posición es donde ha jugado hoy», aseguró Ancelotti en rueda de prensa sobre Brahim.
No obstante, no fue la única buena noticia. La noche en la que el Real Madrid fue fiel a su tradición de superar la liguilla, esa palabra que Ancelotti conoció tras ganar al Sporting de Braga, de la Champions, también dejó la mejor versión de Vinicius Junior y Rodrygo Goes, una pareja que está obligada a dar muchas alegrías al madridismo.
Vinicius y Rodrygo pusieron punto final a sus respectivas sequías goleadoras contra el Sporting de Braga. El primero en hacerlo fue el ‘7’, que aprovechó un pase de Lucas Vázquez para batir al meta luso con toda la calidad del mundo. Después, fue el ’11’ que hizo un golazo de vaselina para recuperar la confianza perdida.
Vinicius llevaba 32 días y cuatro partidos sin ver portería. Tras el gol, se quitó un peso de encima que le permitió mostrar su mejor versión. Por otro lado, Rodrygo hizo su tercer tanto de la temporada. Ambos, esta vez sí, aceptaron el reto de Ancelotti de marcar más goles que Bellingham y Joselu al final de temporada.
Y en el apartado de buenas noticias, también está Lunin. El ucraniano jugó por la lesión de Kepa y rindió a un gran nivel. Al comienzo del partido paró un penalti, una especialidad suya. Y es que, con el Real Madrid ha detenido la mitad de las penas máximas que le han lanzado. Dos de cuatro. Y en la última jugada del duelo, tras estar todo el partido siendo un espectador más, hizo una grandísima intervención para dejar su portería a cero.