El Real Madrid está pagando caro el peaje de haber acumulado tantos minutos de juego en los primeros meses de la temporada. El conjunto blanco ha llegado a mediados del mes de enero habiendo superado la treintena de partidos jugados (33 en total –20 de Liga, siete de Champions, dos de Copa del Rey, dos de Supercopa de España, uno de Intercontinental y uno de Supercopa de Europa), una cifra totalmente impensable hace unos años.
El calendario aprieta y los futbolistas lo sufren. Este mes el Real Madrid ha sufrido otro varapalo con la lesión muscular del bíceps femoral de Eduardo Camavinga para tres o cuatro semanas, pero la del francés tan sólo es la última dentro de un maremoto de inconvenientes físicos.
La enfermería del club blanco ha llegado a estar colapsada durante cierto tramo de la temporada y, aunque ahora está más aliviada, estas pequeñas lesiones están lastrando a los jugadores, que padecen las consecuencias de un inicio de curso matador.
La lesión de Camavinga es la más común en el fútbol actual, ya que la zona de los isquiotibiales es la que más se resienten de los esfuerzos día sí día también. De hecho, el propio centrocampista ya sufrió la misma dolencia a finales de noviembre, la cual le mantuvo dos semanas alejado del césped.
Todos sufren
Pero el francés no es el único que se ha visto perjudicado del bíceps femoral. También le pasó a Vinicius Junior en noviembre, a Rodrygo Goes en octubre o a Kylian Mbappé en septiembre. La delantera del Real Madrid, que vive su mejor momento en sociedad, estuvo diezmada por las molestias musculares, el gran efecto secundario de la estrechez del calendario actual.
Incluso al propio Jude Bellingham se le pudo ver en el descanso del último choque de Champions ante el Salzburgo, claramente magullado de la espalda. Lesiones repentinas que aparecen cuando menos se espera, como la de Aurélien Tchouaméni, que se perdió la cita liguera ante Las Palmas y, pese a estar convocado, no jugó ni un sólo minuto contra los austriacos.
Que la mayoría de jugadores del Real Madrid se hayan cargado con más de 30 partidos en este punto de la temporada tan prematuro no es normal. Más si cabe cuando la presente campaña podría finalizar el 15 de julio con la final del Mundial de Clubes.
El Real Madrid sigue vivo en todas las competiciones, pese a haber perdido la final de la Supercopa, lo cual le llevó a disputar los dos encuentros del torneo, y apunta a continuar en la pelea, aunque eso conlleve una gran exigencia a todos los niveles.
El plan del Real Madrid es claro
Los entrenamientos en la ciudad deportiva de Valdebebas son muy laxos y los días después de partido los únicos exigidos son los suplentes o aquellos jugadores que tuvieron menos minutos. Es la única forma de conservar el físico de unos chicos que pese a ser superdotados, sufren de forma inevitable tal acumulación de minutos sobre el campo.
Todo ello contando con que la rodilla de dos miembros de la plantilla dijo basta hace unos meses. Dani Carvajal y Eder Militao tienen pocas opciones de reaparecer esta temporada, aunque la irrupción de David Alaba más de un año después ha servido como halo de esperanza para ellos, que viven día a día la parte más dura y oscura del fútbol.
