Xabi Alonso tiene trabajo
El Real Madrid no pasó del empate ante el Al Hilal en el estreno de Xabi Alonso en el banquillo blanco
Los blancos mostraron demasiadas carencias y Fede Valverde falló un penalti en el 92
Xabi Alonso tiene trabajo. Mucho trabajo. Más que los abogados de Santos Cerdán. El nuevo entrenador del Real Madrid vio de cerca todos los defectos de su equipo, superado en muchas fases del partido por el Al Hilal de Arabia Saudí, que rascó un empate en el debut de los blancos en el Mundial de Clubes. Gonzalo adelantó al Madrid pero Rubén Neves igualó el partido por un innecesario penalti de Asencio. Mejoraron los de Alonso con los cambios pero no les dio para ganar. Y eso que Fede Valverde falló un penalti en el 92 que habría dado el triunfo al equipo madridista.
Día 1 de la era Xabi Alonso. Ahí va un spoiler: nos vamos a divertir. Un huevo. Hoy no, es verdad. El técnico tolosarra dejó el sello en su primera alineación de cómo se van a hacer las cosas en el Real Madrid desde ya: con naturalidad. Si te faltan los dos delanteros del primer equipo, no se pone al mediapunta de delantero, ni al extremo izquierdo de delantero, ni al portero de delantero. Se pone al delantero del filial y chimpún. O sea, que si te faltan Mbappé y Endrick, no se pone a Bellingham de falso nueve, ni a Brahim, ni se recoloca a Rodrygo. Juega Gonzalo. Primera lección de xabialonsismo. Tranquilos, vendrán más.
Apostaba el tolosarra, amén de Gonzalo, por un 4-3-3 a lo Ancelotti o a lo Zidane en los tiempos de la BBC. Los dos fichajes entraban directos al once ante la carestía de defensas. Así que a Courtois, indiscutible por los siglos de los siglos, le escoltaban Trent y Fran García en los laterales y Asencio con Huijsen, el bebé jefazo, en el centro de la zaga.
El centro del campo se lo iban a repartir entre Tchouaméni, Fede Valverde y Bellingham, que será más centrocampista y menos chupagoles que con Ancelotti. Arriba la derecha era para Rodrygo (veremos hasta cuándo), la izquierda para Vinicius y el centro para Gonzalo, un muchacho excelente que ha metido un porrón de goles en el Castilla.
Primer mensaje de Alonso
Enfrente el exótico Al Hilal de Arabia Saudí, del que dicen que es el Real Madrid de Asia. Equipo compuesto a golpe de talonario por un sinfín de mercenarios procedentes del fútbol europeo. Allí estaban viejos conocidos como el portero Bono (ex del Sevilla), Cancelo (ex City, Barça y Bayern), Koulibaly (ex Nápoles), Lodi (ex Atlético) o el portugués Rubén Neves que nos acaba de quitar una Nations League. En el banquillo Simone Inzaghi, el gran derrotado de la final de Champions, que ha ido a curarse las heridas a Arabia Saudí con billetes de 500 euros.
Hacía calor en Miami. Y humedad. Es lo que tiene jugar a las tres de la tarde (hora local) para que el partido se pueda ver en Europa en un horario decente. el partido arrancó nervioso y con susto para el Real Madrid. Milinkovic-Savic le ganó un balón aéreo a Fran García y probó los guantes de Courtois. En el rechace se llevó de propina una falta peligrosísima que estrelló en la barrera. El Al Hilal avisaba pronto.
Los saudíes habían pillado al Madrid como la UCO a Ávalos: con los pantalones bajados. Asencio se multiplicaba apagando fuegos en defensa y Xabi Alonso llamó a capítulo a Tchouaméni y Bellingham aprovechando un parón por un coscorrón que se llevó Fede Valverde. Antes de los diez minutos llegó el segundo aviso. Los de Inzaghi cocinaron una contra fulgurante. Ni Vinicius, ni Rodrygo ni Gonzalo regresaron. Vamos, como en los tiempos de Ancelotti. Al Dawsari ganó la espalda a Fran García y la puso al área. Allí perdonó casi en el área pequeña Marcos Leonardo.
La cosa no mejoraba para un Real Madrid en el que Vinicius vio una rigurosa amarilla por tirarse ante una entrada de Koulibaly. Y se puso peor después de un error infantil de Trent, que regaló una pelota en el centro del campo, provocó la contra del Al Hilal y el gol de Lodi. Por suerte para los de Xabi Alonso el ex rojiblanco estaba en fuera de juego.
Asusta el Al Hilal
En los primeros 20 minutos el Real Madrid no la había olido. El Al Hilal dominaba a placer. ¿Presión? Ni alta, ni baja ni mediopensionista. El repaso de los saudíes no admitía asteriscos. Más rápidos, mejor posicionados, más concentrados. Mejores. Muchísimo mejores. El partido se jugaba en el campo del Madrid. Si me apuran en el área de Courtois. El parón para beber agua refrescó un poco al equipo de Xabi Alonso, que se animó a verle la cara a Bono con un disparo alto de Rodrygo. Era el minuto 32.
Y después del aviso, zas, el gol. Fue una contra como las de los tiempos de Mourinho. La inició y la finalizó Gonzalo. El canterano condujo la pelota, recorrió 60 metros y descargó en Vinicius, luego en Fede Valverde y finalmente en Rodrygo, que asistió al propio Gonzalo para que hiciera el 1-0 con un remate picudo con más toques que el penalti de Julián Álvarez.
El propio Gonzalo perdonó después el 2-0 tras un genial pase de Bellingham. Controló mal, se perfiló peor y Bono le arrebató el doblete. De ahí nos fuimos a un regalo del Real Madrid. Lo hizo Asencio, el Le Normand blanco, con un estúpido agarrón cuando había perdido la pelota. No es la primera ni la última de un chico devorado por su propio éxito. Y no, no da (al menos todavía) el nivel para ser central titular de este equipo. El penalti lo ejecutó Rubén Neves y puso el 1-1 que, dicho sea de paso, reflejaba más lo que se estaba viendo en el césped del Hard Rock Stadium.
De ahí al descanso el Al Hilal retomó los mandos. Al Dawsari campaba a sus anchas ante la pachorra de Trent, que no le seguía. El capitán del equipo saudí la tuvo en el 45 y su disparo, que olía a 2-1, se estrelló contra el trasero de Asencio. Y con esa ocasión y el enfado monumental de Xabi Alonso nos fuimos al descanso.
Un cambio revolucionario
Del que regresamos con un cambio en el Real Madrid que no habría hecho Ancelotti ni en mil vidas: Arda Güler por Asencio. Y con dos tiros al palo seguidos del Real Madrid. El primero del propio Güler y el segundo de Gonzalo. El reajuste táctico de Xabi Alonso pasaba por andar a Tchouaméni al centro de la defensa, a Fede Valverde al pivote y a Güler y Bellingham como interiores.
El cambio de Alonso provocó que el partido se girara en un pispás. El Real Madrid cercó el área del Al Hilal para disfrute del bullicioso público de Miami. Güler participaba en todas las jugadas y Bellingham también espabiló. Los saudíes sabían sufrir y sólo un bajón físico podía sacarles del partido. Ahora sí estaban apretando los de Xabi Alonso.
Media hora más el alargue tenía el Real Madrid por delante para ganar el partido. Xabi metió dos cambios de golpe para reconstruir la banda derecha: Lucas y Brahim por Trent y Rodrygo. Nada más salir la lio Lucas Vázquez y casi le cae el segundo al equipo blanco. Menos mal que Leonardo la echó al cielo de Miami cuando tenía todo a favor para marcar el 2-1.
Respondió el Real Madrid con una acción de Brahim que finalizó con un disparo raso y flojo Fede Valverde. Estábamos ya en el 73. Cinco minutos después Xabi Alonso quitó a Vinicius (pitado por el público) y metió al canterano Víctor Muñoz. Luego sacó a Modric, ovacionadísimo, para quitar a Bellingham. Estábamos ya en el 85 y al equipo de Xabi Alonso se le agotaba el tiempo.
En el 86 a Fran García le metieron un codazo (involuntario, sí, pero codazo) dentro del área. El colegiado, Facundo Tello, ni se coscó pero desde el VAR le advirtieron de lo obsceno de la jugada. Era penalti, sin duda. Lo revisó en el monitor. Se tomó su tiempo y lo pitó. No cabía otra. A falta de Vinicius, Bellingham y Mbappé, se lo pidió Fede Valverde. Lo tiró rasito y algo flojo. Bono adivinó el sitio y la atrapó. El paradón del ex portero del Sevilla dejó al Real Madrid compuesto y sin triunfo en el debut de Xabi Alonso que, vive Dios, tiene trabajo por delante. Pero mucho.