Mano a mano con su Champions
Así queda la clasificación del grupo del Real Madrid tras su victoria frente al Celtic
Resumen Real Madrid - Celtic ✍️: Mano a mano con su Champions
Así queda la clasificación del grupo del Real Madrid tras su victoria frente al Celtic
🔴 Resultado Real Madrid 5 - Celtic 1
Después de la manita al Celtic el Real Madrid ya está mano a mano con su Champions. En octavos como siempre y con el extra de acabar primero de grupo y evitar a algunos de los cocos europeos en el sorteo. Aunque en la Champions no hay nadie más coco que el Madrid. Los blancos encarrilaron el duelo con sendos penaltis por manos de las que sí eran. Modric, Rodrygo, Asensio, Vinicius y Valverde hicieron los goles del equipo de Ancelotti, que se queda como único representante de nuestra devaluada Liga en la máxima competición continental.
Ancelotti vistió a su alineación con el esmoquin de la Champions. Porque el Real Madrid lo vale. Y la Champions también. Dejó las rotaciones para otro día y afrontó la última noche europea del Bernabéu antes del Mundial con un equipo plagado de futbolistas titulares. La misión parecía sencilla, ganar al Celtic, pero vistas las peladas barbas de los vecinos Barça y Atlético, convenía no confiarse.
Por eso regresaron al once del Real Madrid pesos pesados como Militao o Mendy y se mantuvieron los demás titulares. En la recámara se guardaba Ancelotti la bala de Benzema, en un inicio de temporada guadianiesco entre lesiones, molestias y la alargada sombra del Mundial de Qatar a la vuelta de la esquina. Y jugaba Asensio, cuyo no penalti ante el Girona empañó sus buenos minutos. Así que Carletto apostaba por un once fiable como un coche alemán formado por Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Mendy; Kroos, Modric, Fede Valverde; Asensio, Vinicius y Rodrygo.
Enfrente un Celtic con más aficionados que méritos. Un clásico del fútbol europeo con más pasado que presente y sin opciones de nada en esta Champions. Así que el Real Madrid quiso pasaportar el partido por la vía rápida. Pero los escoceses, al contrario que sus hooligans, no habían venido a Madrid a tomar cervezas en la Plaza Mayor. Salieron al Bernabéu osados e imprudentes como un espontáneo en Las Ventas.
La mano que sí era
El Real Madrid tardó apenas cuatro minutos en encarrilar el partido. Aceleró Rodrygo, que se internó en el área y de su rechace disparó Fede Valverde. El central Jenz despejó como si fuera un portero de balonmano. La colegiada Stéphanie Frappart, bien colocada, le pilló y pitó penalti. Lo ejecutó con sutileza Modric, que engañó a Hart para hacer el 1-0.
El Celtic acusó el gol del Madrid pero no se arredró. Se echó arriba como si hubiera decidido morir de una flecha en el pecho antes que en el culo. Valga el ejemplo del minuto 12, cuando Maeda retrató a Carvajal por velocidad y asistió al centro del área. Allí asomó Furuhashi, que llegó forzado al remate, la echó fuera. Igual que Hatate, el otro japonés del Celtic, que echó arriba una volea desde la frontal en el 16.
Tres minutos después llegó la segunda mano en el área del Celtic, la hizo O’Riley, que despejó con el brazo un disparo a gol que Rodrygo. Frappart, que esta vez no lo vio, fue advertida por un VAR que sí funciona, el de la Champions, fue al monitor y no lo dudó: penalti y amarilla. La pena máxima la marcó Rodrygo en el 21. Pues nada. El Real Madrid se ponía 2-0 y con los octavos en su mano.
Como en su mano (o en su pie) tuvo Vinicius el 3-0, que echó a las nubes un pase medido de Rodrygo como en los tiempos en los que era más meme que futbolista. Llegaron luego las paradas nuestras de cada día que Courtois nos dio hoy. Dos vuelos sin motor del estupendo portero del Real Madrid para evitar que el Celtic pudiera agarrarse al partido. Y no habíamos llegado siquiera a la media hora.
Courtois no es de este mundo
En el 33 tuvimos el tercer penalti en el Bernabéu, esta vez lo cometió Mendy, en uno de sus habituales cruces de cables. Atropelló a su par, que le había dejado atrás en el área. El penalti lo tiró Juranovic y lo paró Courtois, que por algo es el mejor portero del mundo, con una imponente mano firme. Nada, que el Celtic no marcaba ni por esas. Ancelotti respiraba pero sus jugadores, que se veían muy superiores al rival, cometían el pecado capital de la pereza. Y subidos a ella llegamos al descanso.
Del que regresamos con el mismo escenario de partido. Dominio del Real Madrid y repliegue del Celtic, que pagó el esfuerzo del primer tiempo. En el 50 llegó el tercero en una jugada en la que participaron Valverde y Carvajal y que culminó Asensio con un remate que demuestra que su zurda es un arma de destrucción masiva. Pues 3-0 y misión cumplida: el Real Madrid ya estaba virtualmente como primero de grupos en octavos de la Champions. Su Champions. No como otros.
El festival goleador del Real Madrid no acabó ahí. El cuarto llegó por obra y gracia de Vinicius, que se anticipó al central del Celtic para hacer un gol de delanterazo después de una gran asistencia de Fede Valverde. Se divertían los jugadores de Ancelotti y se divertía el Bernabéu. Con el 4-0 Carletto hizo un par de cambios: Benzema y Lucas Vázquez por Vinicius y Carvajal. Y luego Ceballos y Nacho por Modric y Alaba.
Valverde firma la manita
En los minutos de la basura llegó el quinto que, como en los toros, no fue malo. Lo marcó Fede Valverde con un sutil toque de interior desde fuera del área. El uruguayo no hace más que marcar goles para que su entrenador no tenga que prender fuego a su carnet. Precisamente Ancelotti decidió entonces hacer su quinto cambio: Vallejo, que debutaba esta temporada, por Militao.
Al Real Madrid aún le quedaba un cuarto de hora por delante para seguir llenando el saco de goles del Celtic pero tampoco era cuestión de hacer más leña del árbol caído. Los blancos levantaron el pie y, aunque siguieron atacando, eran balas de fogueo. Los escoceses, voluntariosos pero muy inferiores, sobrevivieron a los últimos minutos en el Bernabéu e incluso se dieron el alegrón de marcar el gol del honor merced a una falta botada con precisión y maestría por Jota. Pues eso. Los del Celtic se volvieron para Glasgow con una manita pero con la sensación de haber pisado tierra santa y de que le quiten lo bailao.