Fede Valverde resucita al Madrid
Un golazo de Fede Valverde en el minuto 92 dio la victoria al Real Madrid ante el Athletic y permite a Ancelotti salvar la cabeza y a los blancos seguir en la pelea por la Liga
Pésimo primer tiempo del equipo blanco, que mejoró notablemente en la segunda parte y se mereció de largo la victoria
Un gol milagroso y divino de Fede Valverde resucitó al Real Madrid a tiempo para ganar al Athletic y seguir asiéndose a la pelea con el Barcelona por la Liga. Pésimo primer tiempo del equipo de Ancelotti, que mejoró notablemente tras el descanso e hizo méritos de sobra para ganar el partido. El Madrid volvió a toparse con el colegiado y con el VAR, que anuló un gol a Vinicius y dejó sin sanción un penalti sobre Bellingham.
Había ambiente de funeral en el Bernabéu. Certificada la defunción del Real Madrid en la Champions, faltaba por escribir la de Ancelotti por mucho que la suya ya parezca la crónica de una muerte anunciada. La visita del Athletic, resacoso tras su clasificación para las semifinales de la Europa League, podría adelantar el epitafio de un Carletto que tiene fecha de caducidad: la jornada 38 de esta Liga que, si Dios no lo remedia, va a perder su equipo tras dilapidar siete puntos de ventaja.
Ancelotti recibía al Athletic con la vista puesta en el salvavidas que le queda en mitad de la tempestad: la final de Copa ante el Barcelona. Por eso, a falta del lesionado y sancionado Mbappé, ensayó con un once en el que Ceballos volvía a manejar al equipo desde el centro junto a Tchouaméni y en el que Fede Valverde y Camavinga ejercían como laterales para blindar los costados de un Real Madrid endeble. El equipo regresaba al 4-4-2 en el que se manejó con solvencia hace un año con Vinicius y Rodrygo arriba y con Modric y Bellingham ejerciendo de interiores en el centro del campo.
El Athletic, por su parte, se plantaba en el Bernabéu con los deberes europeos hechos y el pase a la Champions del año que viene casi sellado por la vía de la Liga. Ernesto Valverde, a lo bajini, ha vuelto a conformar un equipo reconocible, que no se resiente en las rotaciones y que está muy cerca de esa final soñada de la Europa League en San Mamés. Y hablando de rotaciones, en los leones las había masivas. De los once que derrotaron el jueves al Rangers en San Mamés, sólo repetía Berenguer. Valverde cambiaba hasta de portero para colocar a Unai Simón, el internacional español titular en Liga. No estaban ni Sancet, ni los hermanos Williams, ni Vivian, ni De Marcos… Un Athletic absolutamente nuevo para asaltar el Bernabéu.
Salió intenso y mandón el Real Madrid, quizá para desagraviar lo del miércoles. Se ordenó atrás el Athletic en plan Arsenal. El Bernabéu se mantenía expectante. Poco a poco, el juego del equipo de Ancelotti se fue diluyendo. Insulso, lento y desesperante como siempre. Casi media hora de partido no sirvió para nada, más que para constatar que el equipo blanco no juega absolutamente a nada.
Un partido soporífero
Todos los jugadores del Real Madrid, como siempre, la querían al pie. Todos de espaldas. Todos parados. Fácil para una defensa tan ordenada como la del Athletic de Ernesto Valverde. Una jugada individual de Vinicius abrochada con un disparo alto, ya en el minuto 27, arrancó el primer uy del Bernabéu. La grada, entre la magnanimidad y el aburrimiento, tenía pereza hasta para silbar. Bellingham se desesperaba sin encontrar su sitio en el campo. Y Rodrygo volvía a ser el hombre invisible.
La desesperación fue extendiéndose por la grada tan despacio como el Real Madrid movía la pelota. Se extendió, se extendió y se extendió y al descanso la gente dijo basta. La pitada fue notable, a pesar de que el Bernabéu anda narcotizado convertido en atracción turística como el Museo del Prado o el bacalao de Casa Labra. Los jugadores y Ancelotti enfilaron el túnel de vestuario con la cabeza más agachada que un japonés saludando.
El descanso estuvo más animado que el juego narcotizante del Real Madrid. La cara de Ancelotti era un soneto con la ceja levantada. Su equipo, al menos, salió con algo más de ritmo y pudo lograr el primer gol en una acción individual de Rodrygo que culmino con un disparo tocadito que se marchó a la izquierda de Unai Simón. Y repitió ocasión el equipo de Carletto en una jugada box to box de Camavinga, que trotó por la banda siniestra, se internó en el área y resolvió con un tiro duro y centrado que desvió a córner el meta del Athletic.
Vive Dios que había mejorado el equipo de Ancelotti en el segundo tiempo. Encerró al Athletic en su área, tocó más rápido y acercó a los laterales al área rojiblanca. Ceballos comenzó a mandar en el centro del campo. Pero Carletto, puede que para cuidarle, le quitó el primero para sacar a Endrick y volver al 4-2-3-1 con los cuatro de arriba y sólo dos en el centro del campo.
Espabila el Madrid
Tuvo la primera el Athletic en el 59 en un disparo abajo de Unai Gómez que despejó con mano firme Courtois. Respiró el Bernabéu. Devolvió la ocasión el Real Madrid en un dos por uno. En ambas fue la cabeza de Bellingham la que estuvo a punto de lograr el 1-0. En la primera ocasión lo evitó Unai Simón con un paradón y en la segunda se cruzó de por medio el travesaño. Ernesto Valverde reaccionó con un triple cambio en el que cambió a los de arriba para afilar las uñas de sus leones. Entraron Sancet, Maroan e Iñaki Williams.
Siguió apretando el Real Madrid y siguió Unai Simón sosteniendo el fuerte del Athletic. Los leones amenazaban con las contras de Maroan y Sancet. Y el equipo de Ancelotti empezaba a partirse. El reloj, además, corría en su contra. Los blancos tenían prisa, casi urgencia, por hacer un gol que les permitiera seguir asidos a la pelea por una Liga que se antoja imposible.
Lo intentó Bellingham en el 74 pero su disparo se topó con el trasero de Paredes. Luego vería Asencio una amarilla justa por derribar a Maroan, que se lo estaba merendando en cada jugada. Ancelotti reaccionó con la entrada de Güler por Rodrygo. Otro infame partido del brasileño, que sigue clavando clavos en su propio ataúd. También salió Brahim por Modric. Estábamos ya en el 78, así que al Real Madrid le quedaba un cuartito de hora, más o menos, para hacer un gol.
El VAR entra en acción
A Vinicius le sobraron 14 porque en el 79 recibió una pelota en el pico izquierdo del área, trazó la diagonal, se deshizo de dos rivales y la puso tocadita por el palo corto de Unai Simón. Era un golazo, pero el VAR revisó la acción para analizar la posición de Endrick en la jugada previa al gol de Vini. Martínez Munuera acudió al monitor y no tuvo dudas: anulado.
Siguió insistiendo el Real Madrid con un Vinicius ubicuo. Los Unais, Simón y Núñez, sostenían al Athletic que estaba cerca de rascar un puntito del Bernabéu. Bellingham pidió penalti por un toquecito de Unai Núñez dentro del área. El contacto existió y por menos de eso se han pitado penaltis, pero el árbitro y el VAR se abstuvieron.
La falló Bellingham desde el área pequeña en el 89. Su tiro, algo forzado, se marchó por encima del travesaño de Unai Simón. Después lo intentó Fede Valverde desde lejos y la sacó con apuros el meta del Athletic. Al Real Madrid se le iba agotando el tiempo. Fueron 7 los minutos de añadido. Y entonces apareció Fede Valverde para marcar un gol milagroso y bello con una volea mágica que se coló por la escuadra derecha de Unai Simón.
El gol salvador, otra vez en la prolongación, hacía justicia al gran segundo tiempo del Real Madrid, que se mereció ganar y lo acabó logrando para seguir manteniéndose a esos cuatro puntos del Barcelona que hoy parecen un mundo, pero quién sabe lo que está por pasar en las jornadas que todavía le quedan a esta Liga.