Ven al equipo sería más sólido con cuatro centrocampistas que con tres arriba

Los jugadores quieren que Zidane cambie el sistema

Zidane y la plantilla, tras la jornada de reflexión después de la debacle del Real Madrid en Kiev, mantuvieron una suerte de gabinete de crisis antes de afrontar los dos próximos compromisos que marcarán el futuro del equipo tanto en la Liga como en la Champions… y la continuidad del propio entrenador. Ha sido una reunión sin voces, no ha sido una bronca. Entrenador y futbolistas saben que han cometido errores pero que sólo todos juntos podrán sacar la comprometida situación adelante.

La plantilla y el técnico se ven con fuerzas para que sacar el Real Madrid de la crisis de manera inmediata primero en encuentro ante el Sevilla el Pizjuán y después en el trascendental partido de Champions frente al Moenchengladbach. «De peores hemos salido», coinciden en señalar varios pesos pesados del vestuario blanco.

Precisamente han sido estos pesos pesados, los jugadores que tienen más experiencia y han conocido las dos etapas de Zidane –la de las tres Champions consecutivas y la de la Liga de la temporada pasada– los que han sugerido al técnico un cambio de sistema que podría ayudar a que el Real Madrid volviera a ser ese equipo casi blindado que consiguió diez victorias consecutivas en la Liga a la vuelta del parón por el coronavirus.

Blindarse con y sin balón

No se trata ni de autogestión ni de hacerle las alineaciones a Zidane. Nada de eso. Sencillamente, algunos jugadores creen que en la situación actual el equipo necesita crecer en torno a la pelota y estar más ordenados cuando la pierden. Los jugadores creen que les viene bien tener más el balón para sufrir menos y estar organizados en el repliegue para evitar que les cojan mal parados como ocurrió ante el Shakhtar, especialmente en el segundo gol del equipo ucraniano.

Por eso han sugerido a Zidane la conveniencia de cambiar el sistema del 4-3-3 al 4-4-2 en rombo. La idea es blindar el centro del campo con un especialista más a cambio de sacrificar a uno de los tres de arriba. No sería la primera vez que Zizou utiliza el 4-4-2 en rombo en cualquiera de sus dos etapas. Lo hizo tanto en el equipo que conquistó la Champions en Cardiff (posiblemente, su mejor Madrid) como la temporada pasada, cuando ganó la Supercopa con una especie de 4-4-2 con Isco de segundo delantero y Jovic arriba, que se convertía incluso por momentos en un 4-5-1.

El 4-4-2 fue el sistema preferido de Zidane cuando la BBC dejó de emitir con regularidad por las continuas lesiones de Gareth Bale. En aquel momento Zizou apostó por un Isco que dio sus mejores partidos en el Real Madrid en una demarcación que, cuando está en forma, le sienta como un guante. Por detrás del malagueño, los sempiternos Casemiro, Kroos y Modric se repartían el centro del campo.

Un cuarto centrocampista… sin Isco

En el Real Madrid actual Isco no tiene cabida. Ni en el 4-3-3 ni en el 4-4-2 ni en ningún sistema que se haya inventado. Ni está ni se le espera. Sin embargo, esa formación con cuatro centrocampistas permite a Zidane alinear juntos a Casemiro, Kroos, Modric y Ödegaard. Además, permite desenganchar bien al noruego bien al croata en la demarcación de mediapunta y primero en la presión tras pérdida.

Además, cuando vuelva Fede Valverde, uno de los fijos de Zidane, el técnico podría llegar a jugar incluso con cinco en el medio o bien ir rotando a uno de los centrocampistas para que todos lleguen a final de temporada lo mejor posible.

Zidane escucha y toma nota. Sabe que necesita hacer algo para invertir la tendencia negativa del Real Madrid y sabe que tiene que hacerlo ya. Puede que el técnico quiera morir con su 4-3-3 o puede que dé su brazo a torcer y pruebe a cambiar al 4-4-2. No habrá que esperar mucho, hasta este sábado, para saber por qué sistema se decide.

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