El Real Madrid tiene un gen, un ADN, un aura, que cada uno lo llame como quiera, que le hace único, diferente y mítico. Da igual en qué situación llegue, en plenitud y tremendamente lastrado, da igual que horas antes del partido Ancelotti se plantee apostar por una revolución con el único objetivo de poner el mayor número de defensas en la defensa, valga la redundancia. Por fortuna, apostó por lo lógico. No importa nada, porque este equipo aparece cuando muchos le dan por muerto para dejar claro al mundo entero que el 15 veces campeón de Europa siempre puede escribir una página más en su brillante historia.
El Real Madrid llegó a Mánchester, donde tanto ha sufrido en los últimos años, lleno de bajas. Sí, alguno dirá que este City tampoco es el equipo fiero del pasado, y es verdad, pero Guardiola por lo menos pudo poner cuatro defensas en su zaga. Ancelotti ni siquiera pudo hacer eso. Tuvo que sacar a Valverde de la medular para retrasar su posición al lateral derecho. Hizo lo mismo con Tchouaméni para ponerlo en el centro de la zaga. Apostó por Asencio, al que ya se le debe quitar la etiqueta de canterano para considerarlo un jugador más de la primera plantilla. En definitiva, sólo Mendy entraba en lo lógico. Pero dio igual.
El Real Madrid hizo un partido casi perfecto en defensa. Sí, donde podía hacer aguas, brilló. Es cierto que recibió dos goles, pero siempre es complicado frenar a un jugador como Haaland. Hay que recordar que el noruego hizo de penalti su segunda diana. En definitiva, los blancos, con cuatro jugadores que formaron en defensa y el compromiso de los otros seis que estaban por delante, fueron capaces de frenar a todo un City.
Curiosamente, donde peor pudieron estar fue en ataque. Y es que, de haber estado un poco más acertados, es posible que la vuelta pudiese ser un mero trámite. El Real Madrid tiene el honor de ser el primer club que en la era Guardiola como entrenador del Manchester City ha tirado 20 veces a la puerta de los ingleses, 11 de ellas entre los tres palos.
«Ha sido un partido bastante sorprendente y no pensaba que el equipo fuese capaz de tener un sacrificio así en este momento», aseguraba Ancelotti en rueda de prensa. El italiano, siempre sincero, reconoció su admiración ante un grupo de jugadores único que no se cansa de seguir agrandando su leyenda.
Ahora, tiene por delante una semana para terminar de finiquitar el trabajo hecho en Mánchester. El Real Madrid debe resistir en el estadio Santiago Bernabéu donde buscará la clasificación para los octavos de final. Si mantienen el nivel, no deberían de tener problemas visto lo visto.