El Real Madrid tiene un seguro de vida bajo los palos. Thibaut Courtois, año y medio después de su llegada al equipo blanco, ha alcanzado su mayor nivel, y frente al Getafe volvió a ser clave para el conjunto dirigido por Zinedine Zidane. Sus paradas dejaron de ser noticia hace tiempo, lo que no quita para volver a etiquetarle como salvador del Madrid en uno de los campos más complicados de la Liga.
El regreso del parón escondía una trampa de enorme peligro para el Real Madrid. El Coliseum Alfonso Pérez esperaba al segundo clasificado de la tabla, que no podía pinchar si no quería ver cómo el Barcelona se marcha en la clasificación. La intensidad del Getafe pasó por encima de un Madrid descolocado en la primera mitad, pero el desacierto de David Soria contrastó con la actuación de Thibaut Courtois. El guardameta belga realizó una de las intervenciones de la temporada tras una volea mortífera de Mauro Arambarri, que le pegó con todo directo a gol, pero se encontró con la estirada de Courtois, de puros reflejos y con falta de visión por la presencia de Militao y Casemiro.
Esta intervención se sumó a otras dos, en los últimos minutos de la primera mitad. Primero, atento y bien colocado, Courtois despejó a córner un disparo de Fajr desde fuera del área y minutos después, Cabrera tampoco pudo superar al belga con un cabezazo despejado con técnica por el portero del Real Madrid, a pesar de que le pilló a contrapié. En la segunda mitad, el Madrid también necesitó de la actuación de Courtois, esta vez sobrio en un mano a mano con Jaime Mata en el que despejó con mérito con el pie antes de que Munuera Montero anulara la jugada por claro fuera de juego.
El asedio del Getafe después del 0-2 no se tradujo en ocasiones claras en el marcador. Mata, Ángel y Jorge Molina fallaron en los toques previos a enfrentarse y permitieron respirar a Courtois, que junto a Varane se marcha como héroe de una victoria de garra del Real Madrid.
