Los blancos evidencian varios problemas en su derrota contra el Athletic

Las consecuencias del batacazo en la Supercopa

La derrota del Real Madrid en la Supercopa hace regresar a viejos fantasmas. El encuentro ante el Athletic deja varias lecturas negativas, destacando la figura de Zidane, la espera con Hazard, la falta de gol y los errores atrás

La derrota del Real Madrid en la Supercopa de España pone fin a la racha de resultados positiva obtenida por los blancos en el último mes y medio. Los blancos encadenaban nueve partidos consecutivos sin perder, pero ahora únicamente han ganado uno de los últimos cuatro. Una situación que, aunque no les devuelve a la crisis deportiva en la que se encontraban inmersos a primeros de diciembre, sí que atrae fantasmas del pasado y reabre debates que estaban ya cerrados.

Pocos esperaban la derrota ante el Athletic. Además, por la imagen dada por el equipo, fue quizás la menos merecida de la temporada. Sin embargo, los blancos volvieron a acusar problemas que se han venido dando a lo largo del curso y que parecían haberse superado tras la buena dinámica de los anteriores encuentros.

La semifinal deja varias lecturas. Aunque hay algunas positivas, como la capacidad de reacción de los blancos y la garra que mostraron para no darse por vencidos en ningún momento, no se pueden escapar las negativas, que dejan varios señalados.

Zidane vuelve a perder crédito

Zinedine Zidane queda de nuevo tocado tras la derrota frente al Athletic. El entrenador ha llegado a estar muy discutido esta temporada, llegando a correr peligro su continuidad. Encontró la fórmula para salir de la crisis y darle un vuelco a la dinámica del equipo, sin embargo sus decisiones le vuelven a poner en cuestión.

El entrenador del Real Madrid ha confiado en estos últimos encuentros en un equipo muy reconocible. Dejó atrás las rotaciones en un momento clave de la temporada, hasta el punto de volverlo más que previsible. Su incapacidad para cambiar el transcurso de los partidos según avanzan, le ha costado varios puntos a los blancos esta temporada, a lo que se unen sus discutibles decisiones.

Ante el conjunto rojiblanco destacó una por encima del resto: la sustitución de Benzema. En el tramo final del partido, con la eliminatoria abierta y con el francés a pleno rendimiento, siendo determinante en el ataque, decidió quitarle para introducir a Mariano. No es la entrada del canterano lo que llama la atención, sino que en un momento en el que se necesitaba un gol, hiciese un cambio de hombre por hombre para «refrescar el equipo», como él mismo señaló.

Se agota la paciencia con Hazard

Eden Hazard sigue sin despegar. El astro belga se ha visto mermado desde su llegada por las lesiones. Una vez se ha recuperado al cien por cien de su último contratiempo, ha entrado de lleno en los planes de Zidane, pero sigue sin dar el paso adelante que se le exige. Llegó en calidad de estrella, para ser un jugador diferencial y, temporada y media después, aún no hay rastro de lo que se esperaba.

Contra el Athletic jugó 65 minutos, hasta que fue sustituido por Vinicius. Su principal aportación en el partido fue una asistencia a Asensio, que acabó estrellando el balón en el palo. Se mostró muy activo durante el primer cuarto de hora, en el que rondó el gol, pero poco a poco se fue apagando, hasta que el técnico decidió quitarle.

La presión sobre la figura de Hazard es cada vez mayor. El atacante madridista llegó convertido en uno de los mejores futbolistas del mundo, sin embargo aún no se le ha visto en una versión similar en el conjunto blanco. Apenas ha tenido continuidad desde que se incorporó a la disciplina de Valdebebas y, ahora que ha vuelto a la titularidad, sigue sin dar muestras del jugador que se espera que sea.

Se agudiza la falta de gol

Uno de los principales problemas que ha arrastrado el Real Madrid en las últimas temporadas ha sido la falta evidente de pólvora arriba. Únicamente Benzema durante el pasado curso y en parte de este ha conseguido hacer olvidar uno de los grandes males de los blancos en los últimos tiempos. Durante el pasado mes, el equipo funcionaba y parecía olvidar esa falta de efectividad, pero en los cuatro últimos encuentros se ha vuelto a ver que tienen serios inconvenientes a la hora de ver puerta.

Durante gran parte del partido, los blancos mostraron no sólo falta de gol, sino que no fueron capaces de generar ocasiones. Según fue avanzando el encuentro, los blancos fueron encontrando la forma de hacer daño, manifestando de nuevo su falta de puntería. En total, remataron 21 veces, por ocho de los bilbaínos. De ellos, seis fueron a puerta, y otros dos se estrellaron en la madera.

Se repite la misma situación que ante Osasuna y Elche. Entonces, el conjunto blanco empató aunque sus problemas para superar a rivales de la parte baja de la clasificación fueron más que evidentes. Un problema que se da con bastante asiduidad y cuya solución sigue dependiendo de la inspiración de Benzema, que es el líder indiscutible del equipo en ataque.

Regresa la fragilidad defensiva

Algo que también parecía olvidado era la fragilidad atrás. Si el pasado curso el Real Madrid se hizo fuerte en defensa y basó sus éxitos en la solidez a la hora de defender, esta temporada los constantes errores les están condenando. Después de haberlos solventado durante la buena dinámica en la que habían entrado, contra el Athletic volvieron a aparecer.

Tras cometer escasos errores a lo largo de nueve partidos, ante el equipo que dirige Marcelino, dos fallos impropios del Madrid les costaron la eliminación. Los madridistas no supieron entenderse ante la intensa presión de los rojiblancos, haciendo que los fantasmas sobre la inconsistencia defensiva regresen.

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