Calma antes de la tormenta. El Metropolitano, desnudo del alma de los 70.000 aficionados que abarrotarán este miércoles, acogió el último entrenamiento de los de Simeone previo a la vuelta de octavos de final de Champions contra el Real Madrid. La totalidad de la plantilla rojiblanca se ejercitó sobre el feudo dentro de 24 horas elevará su temperatura hasta entrar en ebullición.
El Atlético busca lo desconocido, que no es otra cosa que remontar y eliminar al equipo blanco de su competición fetiche. Muchos pensamientos rondan la cabeza de los jugadores rojiblancos que durante la sesión realizaron divertidos ejercicios de reacción. El buen ambiente reinó en un entrenamiento que contó con la atenta mirada de Simeone.
Por momentos sin perderse los ejercicios de los suyos y por otro encapsulado en su mundo. En lo que viene, visualizando el partido, imaginando el escenario en el que su equipo puede hacer daño… En el balón encontró un oasis de relajación. Fue recogiendo uno tras otro y golpeando a portería. Dentro, al palo, ajustado… Simeone se refugió en la pelota.
No es la primera vez que el Cholo hace este tipo de acciones. Es su manera de soltar los nervios y relajarse ante la gran cita. «Estoy bien, preparado para el partido. El fútbol tiene diferentes energías. Vamos a atravesar momento difíciles y otros en los que haya mejores sensaciones. La frescura de los jugadores que estén en el campo decidirá. Ellos tienen ventaja, nosotros tenemos que buscar el gol que nos lleve a estar vivos», analizó Simeone en rueda de prensa antes del entrenamiento.
Antes de la primera batalla en el Bernabéu daba la sensación de que el doble enfrentamiento le llegaba en mejor momento al Atlético que al Real Madrid. Apenas siete días después, la percepción ha mutado. Los blancos llevan mejor moral tras la última jornada liguera. Al Metropolitano se aferra el Atlético para remontar su desventaja mínima de la ida. Los rojiblancos no han perdido en su feudo un partido de eliminatoria europea.
La cuestión es que no perder tampoco les sirve, deben ganar de un gol para forzar la prórroga o de dos para evitar el alargue. En cualquier caso, de dinámicas entiende poco un derbi, máxime cuando suenan los acordes del himno de la Champions. Real Madrid o Atlético. Del Metropolitano al cielo, de Madrid a cuartos de final.