El Real Madrid tropezó por tercer partido consecutivo en un conato de crisis que comienza, si bien leves, a mostrar visos de realidad. El conjunto blanco cerró su peor actuación de la temporada ante un Espanyol que fue superior y se llevó los tres puntos de un choque en el que el único brote verde del Madrid fue, un día más, un Karim Benzema que suma y sigue en su candidatura a mejor jugador de la Liga, pero que se ha quedado solo en una ofensiva que necesita un cambio para que su ‘9’ no sea más que un maravilloso oasis dentro de un desierto de pegada.
Benzema anotó su noveno gol de la temporada, un tanto de bellísima factura y que resume su actuación en comparación con la del resto del equipo. Muchos pudieron dejar detalles con un control, un regate o un movimiento provechoso, pero ninguno más que Karim fue capaz de elevar la acción a lo que necesitaba el Madrid: el gol.
No había estado bien en la primera mitad y tampoco en la reanudación, pero Karim, ya con 2-0 en contra y el carácter encendido, tiró de garra y calidad en una combinación perfecta para completar una conducción y tiro maravillosos, convertidos en coalición en el primer, y a la postre único tanto del Real Madrid en el partido. Él es el pichichi de la Liga y también el máximo asistente, pero con eso no le vale a este Madrid.
Vinicius se apaga de cara a gol
Porque este Madrid, además de Benzema, contaba con un Vinicius extraordinariamente inspirado en las primeras jornadas de Liga. El ratio de minuto/gol del brasileño era irreal, más aún si sumamos su complicada relación con el remate que le acompañaba meses atrás. Ante Villarreal y Sheriff regresó ese desacierto y frente al Espanyol, que le esperó con un repliegue intensivo, no llegó ni a disparar a puerta. Su bagaje se quedó en tres regates y la nada más allá de eso. Quizá el brasileño necesite un descanso o quizá, simplemente, que todos los ataques dejen de pasar por sus botas o por las de Karim.
La exhibición de Karim no fue suficiente
Más allá de la dupla francobrasileña, el Madrid no contempla demasiadas alternativas en ataque y ello, posiblemente, fue lo que llevó a Carlo Ancelotti a probar con un sistema en forma de 4-4-2 con cuatro interiores en el once. Camavinga y Valverde no se adaptaron a la posición en banda y Alaba y Lucas no estuvieron lo acertados que se necesitaba en sus incorporaciones.
El resultado, sin Vinicius capacitado para acabar jugadas y con un Benzema gris, fue la limitación ofensiva vista en la primera mitad… hasta el despertar de Karim en la segunda. Desde su gol, golazo, el Madrid aceleró y giró alrededor de la mente privilegiada del galo, que ya había anotado anteriormente otro tanto, anulado por fuera de juego de Jovic, y participó en el tercero de la tarde para los blancos, también invalidado, con una dejada magnífica aunque en fuera de juego para Hazard.
