2020, el año que nunca olvidaremos. El año que nos cambió la vida. Los 366 días -encima ha sido bisiesto y ha durado 24 horas más- donde el mundo se paró. Y el Real Madrid, como es lógico, también. De hecho, los blancos empezaron a sufrir al maldito coronavirus antes que el resto de los equipos españoles, ya que el 12 de marzo Thompkins se convirtió en el paciente cero del deporte español, lo que obligó a que tanto el equipo de baloncesto como el de fútbol se fuesen a su casa.
Pero antes de llegar a marzo vamos a empezar por enero. Y si comenzamos por el primer mes del año hay que hablar de la Supercopa de España. La primera que se jugó fuera de nuestras fronteras y con un formato de final a cuatro. En concreto, fue Yeda la que acogió el torneo español, que se terminaron llevando los blancos tras ganar al Valencia con autoridad en semifinales y después de doblegar al Atlético de Madrid en una final que se decidió en la tanda de penaltis.
Febrero comenzó con un derbi que ganaron los de Zidane gracias a un gol de Benzema en el Santiago Bernabéu. El mes más corto de este año tan diferente tuvo de todo. Momentos buenos como la victoria frente a los rojiblancos y otros más complicados como la derrota ante la Real Sociedad que dejó a los blancos fuera de la Copa, la derrota ante el Levante en Liga o la que sufrieron en la ida de los octavos de Champions contra el City en casa. Más tarde hablaremos de la vuelta, antes pasaron cositas.
Y llegó la pandemia
Llegó marzo. El mes de los meses. El mes donde todo cambió. Donde todo se paró. Pero antes, el Madrid ganó un Clásico al Barcelona con goles de Vinicius y Mariano -el último tanto que ha celebrado el Santiago Bernabéu tal y como le conocíamos- y una derrota ante el Betis en el Villamarín que llenó a todos de dudas. Pero para dudas lo que vendría días después. Por aquel entonces el coronavirus ya estaba entre nosotros, aunque nosotros no quisiéramos estar con él. En ese 8 de marzo este maldito bicho era un virus chino que se estaba cebando con Italia, pero que por nuestras fronteras no iba a pasar y que como mucho no íbamos a tener “más allá de algún caso diagnosticado”. Ya saben, palabras de Fernando Simón.
El caso es que el Real Madrid abandonó Sevilla preocupado por su fútbol, pero tres días después el foco ya se centraba en el coronavirus. Ya estaba aquí y se iba a quedar. De esta forma, el 12 de marzo Valdebebas echó el cierre y todos se tuvieron que ir a su casa. Dos días después, España entraba en estado de alarma. El país se había parado en seco, el fútbol también. La pandemia empezaba a golpear con dureza a la sociedad. Los contagiados no paraban de crecer, los ingresados más de los mismo y, lo que es peor, los muertos nos golpeaban constantemente.
En estos meses, el Real Madrid se centró en ayudar. Donó 3,3 millones para ayudar a luchar contra la pandemia, puso el Santiago Bernabéu al servicio del país para que fuese un gran almacén donde se pudiese guardar material sanitario y estudiaban cómo frenar el impacto económico. Para evitar un ERTE, los jugadores y los técnicos de las primeras plantillas de fútbol y baloncesto, encabezados por sus capitanes, junto con los principales ejecutivos de las distintas direcciones del club acordaron rebajar voluntariamente su retribución. Así fue sobreviviendo la entidad blanca, hasta que llegó el ansiado 11 de mayo.
Volvió la vida
Ese día Zidane y sus chicos volvieron al trabajo. Se acabaron los gimnasios caseros. De manera individual y con un gran número de restricciones, pero ya se veía la luz al final del túnel. Con el paso de las semanas la normalidad fue aumentando hasta que el 16 de junio se volvió a jugar. Retornaba la Liga. La Liga del coronavirus. La más especial de la historia. Eso sí, con muchas diferencias.
Sin público y en el estadio Alfredo di Stéfano, ya que lo blancos había decidido mudarse a Valdebebas para acelerar las obras del Bernabéu, el Real Madrid recibió a un Eibar al que ganó. Los mismo que hizo en los nueve partidos siguientes para terminar conquistando la Liga número 34. El campeonato que se ganó sin el calor de la gente, pero uno de los más especiales en la historia de la entidad.
Mánchester, triste final
Luego llegó la Champions. Había que terminar la eliminatoria de octavos contra el City y el resultado no fue el esperado. La gesta no era sencilla, pero los blancos tampoco estuvieron a la altura. Especialmente un Varane que sin Ramos, que fue expulsado en el primer partido, se perdió y cometió dos errores que acabaron en gol para los ingleses. Así se puso punto final a la temporada más rara en la historia del club, aunque en el presente curso las cosas no han variado mucho.
El Real Madrid ha terminado 2020 instalado en una montaña rusa de resultados. Grandes victorias compensadas con grandes petardazos no le han dejado vivir tranquilo. El último, tras seis victorias seguidas y coquetear con la Europa League, ante el Elche para cerrar el año. Zidane y los suyos esperan 2021 con ganas y muchos retos, el primero la Supercopa de España que se celebrará en Andalucía en el mes de enero.