«Tenemos que mejorar defensivamente», es prácticamente un mantra para Carlo Ancelotti desde que llegó al Real Madrid en esta nueva etapa. El italiano está obsesionado con la mejora del equipo en este sentido, comenzar a solidificarlo todo desde atrás. Primero mostrar solvencia defensivamente y luego comenzar a crecer con lo demás. Es consciente que calidad le sobra, tiene jugadores para jugar en casi cualquier escenario que se le ocurra pero quiere que sus jugadores vayan a más a nivel defensivo. Más seguros y más férreos.
Tras encajar tantos en las dos primeras salidas, primer en Mendizorroza ante el Alavés (1-4) y luego en el Ciudad de Valencia ante el Levante (3-3), Carlo Ancelotti tenía claro que antes de regresar al Santiago Bernabéu ante los suyos, debía conseguir dotar a su equipo de un rigor defensivo mayor. Ante el Betis, el entrenador italiano logró su objetivo de mantener la portería a cero. No pasó demasiados apuros el equipo blanco pero sí tuvo que aparecer en varias ocasiones un Thibaut Courtois que pese a encajar jornadas atrás, demuestra que está fino.
En las dos primeras jornadas Ancelotti repitió la misma zaga. Lucas Vázquez ocupaba el lateral diestro, Alaba el izquierdo y Militao y Nacho eran los centrales del equipo. Las circunstancias de la semana, con varias lesiones y molestias, llevaron a tener que alterar la zaga. Sin Nacho, Alaba tuvo que pasar al centro de la defensa y Miguel Gutiérrez ocuparía el lateral zurdo. Además, Carvajal volvía a la titularidad en el diestro.
Quién sabe si los cambios empujaron a esa mejoría pero estos fueron los protagonistas que lograron contener la creatividad bética. Fekir, Canales y Juanmi fueron los hombres más peligrosos de los verdiblancos, siempre rápidos, técnicos y capaces de encontrar el pase que quebrara el orden. Pero la defensa merengue se mantuvo muy concentrada durante los 90 minutos del partido y solo pasó apuros en situaciones de contragolpe en inferioridad numérica.
Cabe destacar el buen estado de forma que presentaron Alaba y Militao como pareja de centrales. El brasileño está logrando brillar tras un par de años de adaptación y bajo la tutela de Sergio Ramos y Varane. Ha crecido mucho y su físico y velocidad son un lujo para cualquier situación. Puede mejorar el marcaje pero su evolución agrada mucho al madridismo. En cuanto al austriaco, se trataba de su primer partido como central desde que llegó al Real Madrid. Las lesiones de Mendy y Marcelo le llevaron eventualmente a la izquierda pero su sitio está en el centro de la defensa. «Es más posible que juegue de central», decía el italiano en rueda de prensa.
«Fue complicado. Tuvimos más intensidad en la segunda parte, donde mejoramos en la presión, en los pases y tuvimos más calidad. No hemos mostrado un juego espectacular, pero conseguimos la portería a cero», era el balance que hacía Ancelotti tras el 0-1 ante el Betis en el Villamarín. El italiano ponía en una balanza el juego y la portería a cero y el peso de lo segundo ganaba por goleada, quiere un equipo sólido, solvente y que conceda poco o nada a los rivales. Está por buen camino.
El papel de Casemiro como escoba es también determinante en el orden del equipo. El brasileño, sin la jerarquía de Modric o Kroos, es si cabe más importante en que el equipo no se parta y se mantenga ordenado y firme durante todo el partido. Su anticipación y velocidad para ir al corte permite robar en campo rival, algo que limita el peligro. Mientras mejor y más arriba se presione, más fácil será encontrar espacios en la zaga rival.
El brasileño es el timón del equipo y es parte de la intensidad constante del equipo. Fue algo en lo que también insistió Ancelotti en sala de prensa, no quiere despiste ni falta de intensidad: «Estaba enfadado por la falta de intensidad. Sin balón tenemos que ser más y lo hicimos muy bien en la segunda parte. Hay que hacer mejor presión ofensiva». Presión, orden y rigor defensivo son palabras que Ancelotti quiere que vayan por delante de otras como el juego y el espectáculo.