El Real Madrid vive en un estado de felicidad constante. Los blancos son líderes en Liga, donde sólo han cedido dos puntos ante Osasuna, y ya están clasificados para los octavos de final de la Champions. Sólo necesitan confirmar la primera plaza del grupo. De hecho, desde que ganó la Supercopa de Europa al Eintacht de Frankfurt un lejano 10 de agosto, todo lo que les ha pasado a los madridistas es bueno. Bien en cuanto a resultados, pocas lesiones y, poco a poco, mejorando el juego. Todo va bien por Valdebebas y desde el vestuario lo reconocen. El campeón de Europa y de Liga vive instalado en un permanente estado de felicidad y esto a Carletto le gusta, aunque prefiere bajar a la tierra a sus jugadores.
Ancelotti no quiere que sus jugadores se relajen lo más mínimo. El objetivo del italiano es que sus hombres mantengan este nivel competitivo hasta que se celebre el Mundial de Qatar. El entrenador está convencido de que nadie sabe qué pasará cuando acabe la cita mundialista, por lo que todo lo que puedan ganar antes de que se pare el futbol de clubes será muy importante para los blancos. El reto de Carletto es que sus jugadores sigan teniendo “continuidad” y, en ningún momento, dejarse llevar por la confianza.
“A veces nos miramos mucho al espejo. Hay muchas cosas que se pueden mejora a nivel colectivo, pero a nivel individual no podemos mejorar nada. Hay que agradecérselo a sus padres, que nos han dado jugadores de gran calidad”, aseguró Ancelotti en la rueda de prensa previa al duelo contra el Sevilla que se celebrará en el estadio Santiago Bernabéu.
En definitiva, Ancelotti tiene ojos y es consciente de que su Real Madrid está en un momento excelso. Posiblemente, ha alcanzado el nivel más alto en el año y medio que lleva como técnico en esta segunda etapa, pero también sabe que su reto es mantener el nivel y la intensidad, por lo que no hay espacio para la relajación. Sólo así serán capaces de conseguir títulos a final de temporada.
