La remontada imposible del Madrid campeón
El Real Madrid completa una remontada histórica de un equipo que parecía hundido y finaliza campeón
El emotivo discurso de Pablo Laso tras proclamarse campeón de la Liga
Imagen para la historia: Laso levantó el trofeo tras el detallazo de Llull
La temporada del Real Madrid ha sido una montaña rusa de sensaciones, imprevistos y resultados que acaba con el equipo donde acostumbra: en lo más alto. El conjunto blanco conquistó de manera brillante su 36ª Liga ACB después de imponerse al Barcelona en el cuarto partido de la final, el segundo en un Palacio de los Deportes que resultó clave para el título. Sin embargo hace dos meses, todo parecían malas noticias para un proyecto que apuntaba a acabado, en la previa a una resurrección extraordinaria que pasa de rozar el suspenso a hacerse con el sobresaliente.
La derrota ante Bilbao Basket del pasado 13 de abril terminaba de dibujar un panorama desolador para el Real Madrid. Era la quinta derrota consecutiva y la octava en nueve partidos entre todas las competiciones de un conjunto que, valga la redundancia, no estaba preparado para competir con los mejores. Las lesiones, el covid e incluso incidentes fuera de la cancha parecían acabar con un equipo que, sin embargo, se juntó en torno a los capitanes y comenzó a construir su vuelta para el tramo clave.
Las decisiones se sucedieron, comenzando por una conjura de equipo liderada por Rudy y Llull, y los resultados empezaron a salir, al principio con ciertas dudas para terminar de explotar en la serie de cuartos de final de la Euroliga ante Maccabi. Uno tras otro, las victorias se iban agolpando en una racha triunfal que acaba vigente y con dos únicos lunares en el expediente. La final de la Euroliga, perdida por un solo punto ante el todopoderoso Efes de Micic y Larkin y el segundo partido de la final de la Liga Endesa, con desenlace más que riguroso, frente al Barcelona.
En total, 18 victorias en 20 partidos en los que el Madrid no ha dejado de combatir con la mala suerte. La lesión de Williams-Goss dejaba al equipo sin bases, con Alocén también de baja y Heurtel apartado, la de Randolph, de nuevo grave, suponía un duro mazazo a un equipo que también tuvo que lidiar con el infarto sufrido por su entrenador, Pablo Laso. Todo ello no tumbó al grupo, sino que lo hizo mucho, mucho más fuerte, hasta imponer su físico y coraje ante la práctica totalidad de los rivales que tuvo enfrente.
El resultado es un Real Madrid campeón de Liga con absoluto merecimiento, que pasó por encima de Manresa y Baskonia en las previas de cuartos de final y semifinales y que superó con claridad al Barcelona en una serie final con el factor cancha en contra y en el que el Palacio, tras el primer triunfo en el Palau, pudo dictar sentencia. Ahí se vio la esencia de este nuevo Madrid, construido por Laso y Mateo y que se muestra preparado para luchar contra todo y contra todos en una de sus historias más épicas.
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