El Real Madrid gana una guerra a Olympiacos y ya está a un paso de la duodécima
El campeón de Europa defenderá su corona ante Panathinaikos este domingo a las 20:00 horas en el Uber Arena de Berlín
El Real Madrid ya está en la final de la Euroliga tras derrotar a Olympiacos (87-76) en un combate que fue adquiriendo dureza a medida que pasaban los minutos. El rey del viejo continente peleará por el título después de una trabajada victoria contra los griegos, que se quedaron con su sed de venganza pese a invadir las gradas del Uber Arena de Berlín. La fidelidad del conjunto madrileño a la Final Four es infinita y este idilio está cerca de vivir un nuevo episodio. El mejor Dzanan Musa afloró en el día más importante con 20 puntos, tres rebotes y dos asistencias para salvar a su equipo en los momentos decisivos y contrarrestar la gran actuación de Alec Peters (23-10-1).
Un primer tiempo de color blanco adquirió tintes rojos en una segunda parte muy buena de Olympiacos que no le sirvió para darle la vuelta a un resultado realmente adverso al descanso. Un partido demasiado plácido para el equipo de Chus Mateo se convirtió en una auténtica guerra de la que salió vencedor el campeón de Europa, que se citará una vez más con la historia este domingo a las 20:00 horas frente a Panathinaikos.
Media hora quedaba para que el árbitro lanzara la pelota al aire y la marea rojiblanca ya se estaba dejando la garganta en la grada del Uber Arena. Los aficionados de Olympiacos habían hecho de Berlín su Pireo y el Real Madrid se tenía que enfrentar a una semifinal inmerso en un ambiente muy hostil en el que lo más cariñoso iban a ser las pitadas en cada posesión. Aun así, los blancos pudieron silenciar el alboroto griego con un fuerte arreón en el inicio de un partido que se retrasó 15 minutos.
Fue la consecuencia de un aplazamiento mayor que sufrió la semifinal anterior, en la que venció Panathinaikos, por esas detenciones dentro del pabellón a aficionados turcos del Fenerbahce que intentaron colarse sin entrada. Con un ambiente más frío en los aledaños y más caliente en el interior del pabellón, los de Chus Mateo desempolvaron la Final Four cuajando un gran primer cuarto ante los helenos.
Gran primera parte del Real Madrid ante Olympiacos
El estilo ofensivo del cuadro madridista se impuso desde el primer instante a pesar de que un marcador que fallaba más de la cuenta no lo quisiera mostrar. El Real Madrid fue un ciclón desde el exterior de la pista con Mario Hezonja y Musa con la flecha hacia arriba en un primer cuarto en el que un parcial de 9-0 en un visto y no visto decantó la contienda. Los blancos se escaparon hasta una renta de 18 puntos y hacían la situación más cómoda de lo esperado de cara a lo que estaba por venir (28-10).
Chacho y Poirier. Así se explicaba un igualado segundo cuarto en el que esta alianza eterna sostuvo los empujones de un Olympiacos obligado a reaccionar, pues perdía de 25 en el minuto 18. Despertó sobre todo gracias a un hombre: Mckissic. El veterano escolta estadounidense se dio un homenaje de 13 puntos con triple sobre la bocina incluido que rebajó la veintena de ventaja al descanso para el conjunto blanco (56-37), que calcaba la puntuación del primer parcial.
Pero como bien venía avisando Chus Mateo en los días previos, Olympiacos siempre vuelve. Los griegos se beneficiaron de una desconexión de varios minutos del Real Madrid tanto en ataque como en defensa, con un Tavares que no se encontraba a sí mismo en un quinteto muy titular que no acababa de transmitir confianza tras el descanso. Por suerte, Hezonja desde fuera y Musa desde dentro consiguieron detener el parcial en 0-9.
Musa activó el modo MVP para achicar aguas en un tercer cuarto atípico para este Real Madrid, que no paraba de conceder rebotes ofensivos de Olympiacos y que castigaron Williams-Goss y Peters. Un triple del alero americano para reducir la ventaja a 10 puntos forzó un necesario tiempo muerto en el que Chus aprovechó para volver a poner a Poirier en pista y así tratar de reactivar su muro de Berlín.
Musa decide el partido
Dos tiros libres encestados por el pívot francés sumados a otra canasta de Sergio Llull aminoraron el aluvión heleno antes del último cuarto, en el que se presentaba un panorama completamente nuevo y distinto al que se veía después del intermedio (71-58). Peters seguía enchufado y ejerciendo como el líder absoluto de los de Georgios Barzcokas, en un inicio de asalto algo falto de energía por parte del bando madridista.
Llull iba a generar con una mandarina una oportunidad de bajar la intensidad de los de El Pireo. Lo hizo provocando una falta de Fall con la que se ganó tres tiros libres, de los cuales sólo aprovechó uno. La distancia seguía acortándose y a 5:38 minutos del final Williams-Goss consiguió que fuera menor a la decena de puntos (77-69) después de todo un encuentro bastante por detrás en el marcador.
Con una goma interminable se iban quemando los minutos y la final estaba cada vez más cerca para el Real Madrid pese a que Olympiacos no lo estaba poniendo nada fácil. La tercera personal de Tavares provocó una nueva entrada de Poirier en un quinteto con un toque de improvisación, propia de la situación a la que se estaban enfrentando los blancos.
Musa de nuevo al rescate para elevar la ventaja a 14 puntos y dejar sentenciado el partido a un minuto del final. Los últimos segundos ni se jugaron y el Real Madrid se proclamó finalista de la Euroliga con una victoria de campeón ante Olympiacos, sufriendo lo justo y mordiendo en el momento justo para derrotar a un clásico como es el equipo griego.