Los blancos vuelven a remontar y empatan la serie ante Efes (82-76)

¡Otro milagro mantiene vivo al Madrid!

El Real Madrid se gana el derecho a soñar después de una nueva remontada épica ante Anadolu Efes. El equipo blanco se impuso por 82-76 y se jugará el pase a la Final Four en el quinto partido en Estambul

Usman Garuba, con 24 puntos y 12 rebotes, se vistió de héroe a sus 19 años para lanzar al Madrid al duelo por el todo del próximo martes.

El Real Madrid lo volvió a hacer. Era imposible y, por segunda vez, lo logró de la forma más inverosímil posible y tirando de unas dosis de épica pocas veces conocidas en el baloncesto europeo. Los guerreros de Pablo Laso reinaron en un partido loco con unos minutos finales escandalosos, por segundo día consecutivo, e igualan una eliminatoria en la que tenían todo absolutamente en contra. Todo menos soñar, que es gratis, y es lo que hizo el Madrid para vencer a Anadolu Efes (82-76) y ganarse el derecho de jugarse un cara o cruz por el pase a la Final Four.

Efes era un equipo superior en calidad al actual Madrid, mermado por las bajas de cuatro de los cinco teóricos titulares a principio de curso. Campazzo y Deck hicieron las maletas sobre la marcha rumbo a la NBA y a Randolph, lesionado para toda la temporada, se sumó Walter Tavares, prácticamente inédito en la serie por un golpe en el costado. Lo dicho, todo en contra para el Madrid en lo baloncestístico, pero no en términos de coraje, experiencia y determinación. Ahí, y en la unidad, el Real volvió a demostrar su grandeza y dar una lección al baloncesto europeo.

Garuba, cada día con más pinta de estrella y jugador NBA la próxima temporada, fue el líder de un equipo que volvió a vestir a sus veteranos para el momento clave. El mejor fue Llull en el tercero y Carroll tomó el testigo en el cuarto, a base de triples y con el menorquín, Rudy y Abalde de nuevo como escuderos suyos y del joven Usman, que ha hecho la mili en una serie que le lanza directo al primer nivel de pívots europeos.

Efes no supo que hacer, después de remontar un parcial inicial sobresaliente y manejar más tarde rentas de 16 puntos. De nuevo estaba hecho y de nuevo lo deshizo un Madrid de órdago a la grande, impresionante en el momento clave y que pone patas arriba una serie en la que el favorito vuelve a casa con dos golpes de los que no le será fácil levantarse. Esto es el Real Madrid.

Después de la épica remontada del tercer partido, el Madrid llegaba al cuarto espoleado por su propia actuación, sin comparar plantillas, niveles o condicionantes del partido. Así, los primeros minutos fueron una máquina de hacer baloncesto para el conjunto merengue, que borró de la pista a uno de los grandes favoritos al título con un parcial de nuevo extraordinario, que puso el marcador en un irreal 17-0.

Inicio de órdago… sin continuidad

El partido tomaría luego múltiples derroteros contrarios y prácticamente calcados a este inicio, pero cabe resaltar que en la historia escrita en los primeros minutos de choque, Jaycee Carroll fue el líder de un quinteto en el que Alocén, Abalde y Garuba pusieron el rumbo adolescente que necesitaba el Madrid para creer. Sin embargo, las pilas duraron cinco minutos y después, el apagón fue blanco, permitiendo que Efes se encontrara en el partido, empatando la contienda mucho antes de lo deseado.

Beaubois era el villano, con Larkin sustituyendo a Micic a los mandos del equipo. Bueno no, buenísimo para el Madrid que las dos estrellas no hayan coincidido a tope más allá de un rato del segundo partido, pero insuficiente si la inspiración en ataque es guadianesca. La tapa en el aro merengue se contraponía con el aguacero de triples que llegaba desde Estambul. La segunda parte llegaría con panorama negro para el Real.

La reacción urgía, pero todos los tiros que le entraron a Llull en el delirio final del tercero los escupía el aro en el cuarto, y Laprovittola y Causeur tampoco se encontraban en disposición de dar alternativas. Así las cosas, Efes se colocó con ventajas de 16 puntos que volvían a dar por sentenciada la eliminatoria. Total, un milagro puede suceder una vez, pero no repetirse. O sí.

SuperGaruba desata la locura

El Madrid se la jugaba a todo o nada y volvía a ir a la guerra prácticamente desnudo ante un capo de la competición, pero la aparición de un superhéroe salido de Azuqueca le iba a acercar al triunfo. Garuba, con el mejor partido de su vida, iba a ser el escudo con el que el equipo blanco resistiera cada acometida de Efes. saltos, mates, robos, 24 puntos, 12 rebotes y una incidencia descomunal en ambos lados de la cancha. Carne de NBA. El peaje que deberá pagar el Madrid a cambio de soñar con una nueva Euroliga.

La remontada estaba en ascenso y el guión volvía a estar escrito por los mismos directores que en el tercer episodio. Las canastas pasaron a llegar sólo del lado merengue y en forma de triple –Carroll, Abalde–, mientras Laso animaba y Ataman gesticulaba, incrédulo al ver que a los suyos se les volvía a ir el encuentro en circunstancias calcadas a las del martes. Incluso se amagó con el mismo resultado, pero Garuba, ya con el trono conquistado, sentenció con dos tiros libres que lanzan al Madrid a una batalla final por el todo en la que, pase lo que pase, habrá que honrar a los héroes del Palacio.

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