Jornada 3 de la Euroliga

El Madrid falla el último paso de un baile muy agarrado

Igual que ocurrió en Barcelona con Llull, Tavares falló sobre la bocina el tiro para evitar la derrota

Musa (17), Llull (14) y Tavares (14) fueron los máximos anotadores del equipo blanco

El Real Madrid ha encajado su segunda derrota consecutiva en la Euroliga tras un igualadísimo partido ante el Olympiacos que no se decidió hasta la última posesión (87-89). Edy Tavares falló el gancho para mandarlo a la prórroga y el triunfo fue para un rival incansable que nunca se rindió pese al acierto de Dzanan Musa (17) y Sergio Llull (14). Sasha Vezenkov (23) durante casi toda la noche y  Kostas Sloukas (14) al final se erigieron en los ejecutores del equipo entrenado por Chus Mateo, que igual que ocurrió en el Palau Blaugrana desperdició la última posesión para ganar.

Primer partido europeo como local esta temporada del Real Madrid y la hinchada recordó cuál es el gran objetivo de cada año en la casa blanca con un tifo muy claro: ‘Un año más… ¡Locos a por ella!’. El plateado objeto de deseo es la Copa de Europa, evidentemente, que hace unos pocos meses se quedó a una canasta de volver a Madrid en aquella final de infarto en Belgrado contra el Efes. Así que de nuevo manos a la obra a por la Undécima.

Pancarta de los Berserkers. (OKDIARIO)

Uno de los clubes que también estuvo en aquella última Final Four fue precisamente el Olympiacos, que llegaba con dos ex del Barcelona como referentes, Bartzokas de traje y Vezenkov con uniforme de juego. Bajo los aros, duelo de titanes entre Edy Tavares y Moustapha Fall, solo tres centímetros más bajo. El africano y Sergio Rodríguez volvieron a evidenciar fallos de conexión. Son como esas parejas que todavía se están conociendo y no saben si un chiste hará gracia o sentará como un tiro. El día que aprendan a entenderse, nadie duda de que vivirán felices en ese nido de amor llamado ‘pick and roll’.

Un día más, tuvo que ser Yabusele quien encendiera la traca ofensiva frente a un Olympiacos que se plantaba como uno de los cuatro equipos invictos de la Euroliga después de dos jornadas. Dzanan Musa, autor de un triple en la primera pelota que tocó, regaló una ventaja mínima a su equipo al final del primer cuarto (21-20).

Ya en el segundo cuarto, Petr Cornelie demostró que su adaptación avanza sin prisa pero sin pausa y anotó dos triples seguidos. Sumado al mate de Hezonja al contraataque, el Real Madrid ensayó escapada (37-29, min.17). El histriónico Bartzokas pidió tiempo muerto, ajustó cuentas con los suyos y la respuesta fue inmediata con Vezenkov al frente de las operaciones. Sumado a un par de ataques malos del Madrid, la ventaja mermaba a la mínima expresión al descanso (38-37).

Botellas rosas en ambos banquillos por el Día Internacional contra el Cáncer. (OKDIARIO)

Sloukas decide el partido

Vezenkov, mucho más curtido que aquella joven promesa que llegó al Palau Blaugrana con apenas 20 años, se dedicó a barrer a canasta los tiros fallados por sus compañeros, sobre todo de Shaquielle McKissic, capaz de lo mejor y lo peor. Por un momento se escuchaba cantar a la veintena de aficionados del Olympiacos que gritaban desde el gallinero. Se agarraban los griegos al partido con un parcial de 0-7 (57-59).

Pero también irrumpía en el partido Tavares, extrañamente apagado en los últimos partidos de su equipo. Sujetaba al Real Madrid en un partido sin dueño claro y demasiados errores, propio de las primeras semanas de temporada. Una inocente falta en ataque de Yabusele sobre Vezenkov cuando el francés corría la penúltima posesión del cuarto así lo demostraba. Dos segundos de jugada le bastaban a Sloukas para poner por delante a los helenos antes del parcial definitivo (62-63).

Fino desde la larga distancia, el Madrid encadenaba triples de Musa, Cornelie y Llull, pero no conseguía quitarse de encima a su adversario incansable. Se sumó a la fiesta el Palacio, que estalló de rabia por una falta pitada a Poirier en un taponazo sobre Vezenkov. A falta de cinco minutos, ya estaba la fiesta montada al completo en esta velada entre dos púgiles que no se cansaban de bailar pegados (76-73).

Cuando parecía volver a tenerlo de cara (83-79), al Madrid se le enredaron las piernas y se tiró dos minutos sin anotar, sequía que le hizo entrar con desventaja en el último minuto (83-85). Tampoco ayudó que todas las decisiones arbitrales controvertidas cayeran del lado griego, concretamente tres faltas personales a Tavares y Causeur. Lo empató Llull y respondió Sloukas poniéndole los patines a Tavares. El Madrid tenía una última posesión de apenas tres segundos para prórroga o victoria, en caso de triple. Recibió Tavares en el poste bajo y su gancho fue escupido por el aro. El próximo viernes, oportunidad de redención contra el Estrella Roja en el mismo escenario (20.45).

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