Llull resucita a un Real Madrid supercampeón
El Real Madrid se proclamó campeón de la Supercopa Endesa después de remontar al Barcelona (83-88) en la gran final gracias a la actuación de Sergio Llull con 24 puntos. Los blancos se llevan el primer título de la temporada en la reedición de las dos últimas finales de esta competición
Después de manejar una desventaja de 19 puntos con un Barça intratable, el Madrid reaccionó a tiempo y culminó una actuación final descomunal que le da un merecido título de Supercampeón
La Supercopa Endesa es territorio acotado del Real Madrid. El conjunto blanco, siempre ejemplar en su lucha contra todo pese a que el favoritismo no esté de su lado, resucitó a tiempo en un encuentro en el que estaba a remolque y se llevó su cuarto título consecutivo de supercampeón en un Clásico ajustadísimo en el que acabó tumbando al Barcelona. Sergio Llull, un mar de baloncesto durante el encuentro y de lágrimas tras la bocina del final, fue el más que merecido MVP con 24 puntos que nos retrotraen a los mejores tiempos de una de las grandes figuras de la historia de la entidad.
Los blancos se llevan el primer título de la temporada en la reedición de las dos últimas finales de esta competición. El Barça partía como favorito después de lo visto en semifinales, donde arrollaron al Valencia mientras el Madrid pasaba a la final y activaba el modo clásico a duras penas después de muchos minutos detrás de Tenerife. El Barcelona era favorito y lo demostró hasta el tercer cuarto, donde se imponía por 19 puntos a un Real Madrid que resucitó en ese momento y comenzó con un vendaval de baloncesto que les lanzaría a la victoria.
Se cayó Abalde antes del torneo, Rudy en las semifinales y Tavares, la gran estrella del plantel, sólo jugó seis minutos en la final, en los que ni anotó, ni reboteó ni taponó. Todos ellos se echaron en falta en un largo tramo en el que Higgins maniató a los blancos y Davies y Mirotic colaboraron como secundarios de lujo. El Madrid no se encontraba y a mediados del tercer cuarto la diferencia alcanzaba los 19 puntos de desventaja. Laso pidió tiempo muerto y todos los cables que no enlazaban trazaron por arte de magia un puente. El puente del campeón.
«Ha sido impresionante y te digo por qué. La situación a la que llegamos a la Supercopa, que llegábamos muy justos. Hemos mostrado una energía un convencimiento, el equipo ha mostrado un carácter. Hemos perdido por 19 puntos y nadie deja de creer», aseguraba Laso al término del partido, feliz por una victoria repleta de épica y en la que Llull fue el líder. Como antes de la lesión y precisamente en el estadio, el Santiago Martín de Tenerife, en el que su carrera cambió y cayó desde lo más alto del panorama europeo.
Alocén y Poirier, MVP’s en la sombra
El menorquín se redimió con 24 puntos, actuando como un auténtico francotirador al tiempo que Carlos Alocén, inédito en semifinales, le secundaba en ataque y le cubría en defensa para mantener al ’23’ fresco para la batalla. Bajo los aros, ante la ausencia de Tavares, Poirier se bastaba para alcanzar un espectacular doble-doble de 16 puntos y 11 rebotes que bien le podrían haber valido el MVP. Fue Llull, de forma más que merecida, pero la labor de Vincent bien merecía un premio partido.
Y es que el Madrid ganó merced a sus bemoles, a su capacidad de supervivencia y el cortocircuito ofensivo del Barça, superado por la intensidad de Taylor, Hanga, Yabusele o el propio Alocén. Los intangibles pasaron a marcar el partido y ahí los soldados de Laso, peleones, colocados y decididos, marcaron la diferencia para que los blancos amplíen su ventaja como el club más laureado de la Supercopa, con ocho títulos y los cuatro últimos en su haber. El último lo ganó el Real a lomos de Campazzo y Deck. Parece haber pasado un mundo pero no es así. El equipo ha cambiado por completo pero sigue teniendo a Llull… y sigue siendo el Supercampeón.