A Laporta le sirven los lloros en Europa: del penalti de Lamine a un gol fuera de tiempo por un minuto

Remontada histórica del Barcelona en Champions, que queda manchada por otro bochornoso arbitraje. A Joan Laporta le sirvieron sus quejas de los últimos días por lo sucedido en Getafe, que fue considerado por el presidente azulgrana de una «vergüenza». Habría que preguntarle cómo califica que su equipo gane en Lisboa gracias a un penalti por un piscinazo claro de Lamine Yamal y por un gol de Raphinha fuera de tiempo –por más de un minuto– que llega en una contra tras otro cometido sobre el Benfica que tampoco se pitó.

Pavlidis parecía protagonizar otra noche negra en Lisboa, puesto que marcaba un hat-trick en la primera parte. Además, Araujo hacía en propia puerta el 4-2. Pero entonces acudía al rescate el colegiado. Danny Makkelie aparecía para conceder un penalti sobre Yamal, que se tiraba en el área y el VAR no le corregía, a pesar de que era un piscinazo claro.

Lo transformaba Lewandowski, que metía de nuevo al Barça en el partido. El empate llegaba en los minutos finales y, en el último minuto, el Benfica pedía un penalti que parece claro, puesto que le empuja Fermín cuando el delantero se plantaba justo delante de Szczesny y le derriba. De ahí salió una contra con un balón en largo a Raphinha que puso el 4-5.

Todo, después de lo que había sido un recital de Pavlidis y una actuación escandalosa de Szczesny. Hasta que apareció el neerlandés Danny Makkelie para acaparar los focos del encuentro. El árbitro pitó un penalti a favor de los culés con el 1-0, sobre Balde, que sí que fue. Sin embargo, volvió a conceder otro cometido sobre Lamine Yamal que no fue, además de obviar las peticiones del Benfica en la última jugada del partido.

Y SE DESATÓ LA LOCURA EN DA LUZ.

Raphinha marca el 4-5 para el Barça en el 96′ tras una acción en la que el Benfica reclamó penalti. #UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/0I5R50EGn0

— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 21, 2025

El penalti a Lamine cambió todo

Hasta entonces, era el delantero heleno el principal héroe de la noche, con un hat-trick, mientras que Szczesny se convertía en el villano, con dos cantadas clamorosas que permitieron al griego marcar sendos goles. Dos minutos se habían jugado de partido cuando hizo el primero de los tantos. Aprovechó un centro lateral del español Carreras para batir al polaco. Lo hacía tras colarse entre los centrales y ganarle la partida a Cubarsí.

Era el primero de los tres golpes que daría Pavlidis, que se aprovecharía en dos ocasiones de una actuación tétrica del portero polaco. Aunque empató desde los 11 metros Lewandowski, el conjunto portugués volvería a adelantarse por medio de su delantero. Pavlidis aparecería de nuevo para aprovechar un error clamoroso de Szczesny. El meta salía de su área para despejar un balón al que iba Balde. Arroyó a su compañero y dejó el balón suelto para que el heleno hiciera a placer el segundo de la noche para el Benfica y volviera a adelantar al conjunto local.

Pero quedaría más, tanto del show de Szczesny como del recital de Pavlidis. Una vez más, salía a destiempo el portero, esta vez al área grande, y se llevaba por delante a Aktürkoglu, cometiendo un penalti clamoroso. El griego fue el encargado de lanzarlo y de transformarlo, poniendo el 3-1. Además, participaba en el cuarto, puesto que provocaba el fallo de Araujo que se metía el gol en propia.

Después de eso, llegaría la remontada, con ayuda por parte del árbitro. La actuación de Danny Makkelie recordó a las grandes ayudas que recibieron años atrás los culés en Europa. Una polémica que llega después de las quejas de Laporta por lo sucedido en Getafe.